Con motivo del Día Mundial de la Visión, que se celebra este jueves, Clínica Baviera ofrece las claves más importantes sobre la operación de presbicia, también llamada vista cansada, destacando que esta intervención aumenta la calidad de vida; además, se pueden corregir otros defectos visuales y el tiempo de recuperación suele ser corto.

La presbicia es el defecto visual más común entre la población española y afecta al 41,9 por ciento de la misma. Está directamente relacionada con la edad y puede comenzar a aparecer a partir de los 40 años. Su prevalencia va aumentando según se cumplen años, afectando al 21 por ciento de las personas entre los 40 y los 44 años, a más del 63 por ciento entre los 45 y los 55 años, y superando ampliamente el 70 por ciento de afectados entre los mayores de 55.

La presbicia se produce como consecuencia del envejecimiento del cristalino, que impide que éste pueda enfocar los objetos cercanos. El cristalino es una lente que se encuentra dentro del ojo y que realiza la función de enfoque.

Para solucionar las molestias derivadas de la presbicia, como la fatiga visual, enrojecimiento ocular, lagrimeo, sensación de arenilla y, especialmente, la necesidad de alejar los objetos para verlos mejor, la mayoría de las personas escogen las gafas como solución, informa Europa Press.

Mejorar la calidad de vida

"Sin embargo, existen técnicas quirúrgicas muy efectivas para tratarla que pueden mejorar la calidad de vida, aunque todavía muchas personas desconocen que la presbicia se puede operar", afirman desde Clínica Baviera.

De hecho, existen diferentes técnicas quirúrgicas para corregir la presbicia que se llevan realizando desde hace más de dos décadas, por tanto, son procedimientos muy experimentados. La más habitual, hoy día, es la colocación de una lente intraocular multifocal de última generación con la que se sustituye al cristalino envejecido y que podrá restaurar la visión a diferentes distancias.

Según aclaran desde Clínica Baviera, la intervención no necesita una preparación compleja. No obstante, en la primera consulta preoperatoria se tendrá que realizar un estudio oftalmológico completo en el que el especialista confirmará que el paciente es candidato a la operación y qué técnica es la más adecuada.

Asimismo, es una operación ambulatoria, con el paciente despierto, y solo son necesarias unas gotas anestésicas para evitar molestias durante la intervención.

Por otro lado, el tiempo de recuperación suele ser corto y el postoperatorio muy llevadero. "Es prácticamente indoloro y rápido, ya que al poco tiempo se puede empezar a hacer vida normal teniendo unos cuidados básicos para los ojos", explican estos expertos.

Otra ventaja de la operación es que se pueden corregir otros defectos visuales. "Gracias a esta operación, y a que las lentes intraoculares son totalmente personalizadas, se pueden corregir otros problemas visuales asociados y presentes en el paciente, como la miopía, la hipermetropía y/o el astigmatismo", explican. Además, debido a que se retira el cristalino envejecido, éste se no puede opacificar y se previene la futura aparición de las cataratas (en caso de que no las hubiese).

Por último, resaltan que "aumenta notablemente la calidad de vida". Tal y como recuerdan, la presbicia no es un defecto visual grave, pero sí que produce mucha incomodidad debido a la necesidad constante del uso de las gafas de cerca o progresivas. "Gracias a la operación, se puede eliminar dicha dependencia, por lo que los pacientes suelen experimentar una gran mejoría en su calidad de vida, ya que no las necesitan constantemente para realizar las actividades cotidianas", concluyen