Pedro Sánchez ha confirmado este sábado su noviazgo inquebrantable con la militancia del PSC, y de paso los peores temores de Susana Díaz. El socialismo catalán ha respondido entusiasta a la llamada del ex secretario general, y Sánchez ha correspondido con la promesa de recuperar la España plurinacional, reconocer a Cataluña como una nación y trasladar a Barcelona un Senado reformado para convertirse en auténtica cámara de representación territorial.

Nada nuevo en realidad, pero mucho después de unos meses y años en los que la relación entre PSC y PSOE ha pasado por sus peores momentos precisamente después de que el último presidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, hiciera promesas similares.

'Muy identificado' con el PSC

En este contexto, Sánchez ha agradecido al líder del PSC, Miquel Iceta, su trabajo para reconducir la relación con el PSOE “que algunos han puesto en cuestión” y ha asegurado sentirse “muy identificado con la propuesta federalista del PSC, plasmada en Granada”.

Pedro Sánchez ha ofrecido su propia receta contra el secesionismo. “Reconocer a Cataluña como nación” y redefinir las reglas de relación, esto es, la reforma constitucional. Por el camino, el candidato ha asegurado que “hemos vivido una involución del autogobierno” con la recentralización de competencias del Gobierno del PP, por lo que ha propuesto reforzar al gobierno catalán para acabar con las tensiones y revertir leyes como la Lomce.

Sánchez ha hecho estas referencias después de que sus predecesores en la palabra se lamentaran por el maltrato de algunos sectores del PSOE al PSC en los últimos tiempos. El más plástico ha sido el ex alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. “Los que te critican han dicho cosas del PSC que habrá que superar y olvidar, pero algo queda” ha lamentado, para concluir que “tú no has fallado al PSC y tus costes has tenido, el 21 de mayo el PSC no te fallará”.

Tú no has fallado al PSC y tus costes has tenido, el 21 de mayo el PSC no te fallará'

Todo ello en un acto con el que Pedro Sánchez ha cubierto sobradamente las expectativas con lleno absoluto en la plaza de la antigua fábrica Fabra y Coats, en el barrio de Sant Andreu de Barcelona, un bastión tradicional del socialismo catalán. “Alguien duda que Cataluña está con Pedro”, se ha preguntado Carles Ruiz, líder de la plataforma de apoyo a Sánchez en Cataluña y alcalde de Viladecans, ante las más de 2.500 personas que han llenado el recinto fabril.

Alcaldes metropolitanos en primera fila

Con una primera fila en la que ha destacado un buen número de alcaldes, liderados por la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Núria Parlón, Raquel Sánchez (Gavà), Ana María Martínez (Rubí), Pilar Díaz (Esplugas) y Jordi Ballart (Terrassa), además de Ruiz. Sin olvidar al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, la alcadesa de Hospitalet, Núria Marin, y el secretario de Organización, Salvador Illa, este en papel institucional de representación de la cúpula del PSC, que se ha comprometido ha asistir a los actos centrales de todos los candidatos.

“Cataluña no es el problema de España” ni a la inversa ha señalado el candidato, “el problema son los malos gobernantes que se envuelven en la bandera para tapar sus problemas de corrupción”. Frente a este diagnóstico, Sánchez ha recetado “un Gobierno catalán que atienda a las demandas de los catalanes, que negocie con el Gobierno de España la nueva financiación y las inversiones como el corredor, y que hable con otras formaciones para impulsar la reforma constitucional”.

Más allá del conflicto territorial, el candidato ha prometido a partir del 21 de mayo un PSOE “paritario, federalista y tan a la izquierda” como quieran sus militantes, a los que se ha comprometido a consultar decisiones como la votación de la investidura.

El 21 mayo, ha advertido, “tiene que servir para que sea la última vez que un secretario general tiene que dimitir por cumplir con la palabra dada a sus militantes y votantes”.

Tras asegurar que el día después de las primarias la unidad del partido debe darse por descontada, Pedro Sánchez ha asegurado su lealtad porque "sé lo que es cuestionar diariamente a tu secretario general porque lo he vivido, eso significa debilitar y yo no lo quiero para mi partido".

Críticas a la vieja guardia

Tampoco ha olvidado los reproches a la vieja guardia, al prometer que "vamos a recuperar el partido socialista" y añadir que "cuando veo fotos de ilustres compañeros de los que nos sentimos orgullosos, pienso que con 35 años menos estarían con nosotros."

Más dura ha sido su principal valedora en Cataluña, Núria Parlón, quien ha afirmado que "ya va siendo hora de que los patriarcas, los que están tocados por los dioses, dejen paso a la gente del pueblo. Estamos en el siglo XXI, las recetas del siglo XX ya no sirven". Todo un toque de atención para la candidatura de Susana Díaz.