Manuel Castells es la cuota catalana, la cuota de Colau, la cuota del profesor con lamparón de la tostada, la cuota de Punset y la cuota de Tricicle, todo a la vez. Castells no es un ministro, sino un profesor de Harry Potter filoindepe, abuhardillado, de calcetín al revés, gorro de dormir y palomar de libros, lechuzas y peines que le atacan. Castells es un intelectual que va por la universidad como un osito con corbata, a motorcito de pajarita, con un chucuchú entre el balbuceo y el ronquido, que es a lo que le suena a él la intelectualidad, a chapoteo pensante o durmiente en la bañera o en la clase. Después de estar desaparecido como un arqueólogo de sus escarmenamientos, algunos todavía pretendían que les organizara el curso pandémico en la universidad. Castells ha respondido como los buenos profesores, o sea, que cada uno se apañe como pueda, y luego ha seguido hablando para dentro una cosa como entregriega.
Te puede interesar
-
Plus Ultra abona 2,48 millones de euros a la SEPI como tercera cuota de amortización del préstamo
-
Polémica entre Ana Rosa y Pablo Iglesias por el juicio sobre las residencias
-
Bruselas aprueba el tercer paquete de fondos europeos para España
-
Lista de países que piden PCR negativa a viajeros procedentes de China
Lo más visto