Cada vez que una institución económica publica sus previsiones macro, se comparan con las del Gobierno. En general los organismos critican el optimismo del Ejecutivo: cuando van mal dadas, aseguran, desde Moncloa intentan hacer un esfuerzo por ver el lado positivo de unos datos que en multitud de ocasiones no son demasiado halagüeños.

Es lo que ha sucedido esta misma semana, cuando el Gobierno y el Banco de España han vuelto a chocar por sus pronósticos sobre la economía. El Ejecutivo desveló el martes la cifra del crecimiento del PIB de 2023 sobre la que ha elaborado los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Estima que el país avanzará un 2,1% el próximo año, seis décimas menos de lo que preveía este verano.

Tres días después, el Banco de España le llevaba la contraria apuntando a un crecimiento casi un punto menor (siete décimas), del 1,4%. El supervisor estima que el contexto internacional, sobre todo marcado por la guerra de Ucrania y los altos precios derivados de esta, la altísima inflación y la mayor incertidumbre que ahora soportan hogares y empresas llevará al país a crecer 1,5 puntos menos de lo que pronosticaba en julio.

La diferencia es muy significativa, pero año tras año este tipo de proyecciones vienen seguidas de otras proyecciones, sin demasiado análisis sobre qué organismo acertó, ni, por tanto, cuál es más fiable de cara a sus próximos informes. Durante los últimos ocho años los vaivenes han sido constantes y tanto Gobierno como el BdE han patinado de una manera u otra, según los datos publicados durante este período.

Para el análisis, se han tomado las previsiones de crecimiento de PIB que estaban vigentes por parte de los dos organismos en enero de cada año, respecto a ese mismo ejercicio. La cifra que se incluye es el porcentaje de variación del PIB con respecto a su volumen del año anterior, y ambas cifras se comparan con las tasas anuales del PIB, ya revisadas, que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se han tomado datos desde 2014, último año al que llegan los registros públicos del Banco de España. Hay que tener en cuenta, por tanto, que el Gobierno ha cambiado de signo político a lo largo de ese periodo, por lo que solo pueden atribuirse al equipo de Pedro Sánchez los aciertos o errores a partir del año 2019 -en enero de 2018 gobernaba aún Mariano Rajoy-.

Previsiones macroeconómicas del Gobierno y el Banco de España
Previsión del GobiernoPrevisión del Banco de EspañaCrecimiento real (INE)
20141%0,6%1,4%
20152%2%3,8%
20163%2,8%3%
20172,5%2,5%3%
20182,3%2,4%2,3%
20192,2%2,2%2%
20201,8%1,7%-11,3%
20219,8%6,8%5,5%
20224,4%4,5%Dato no publicado
20232,1%1,4%Dato no publicado
Pronóstico de cada institución en enero de cada año.

Los datos observados revelan un empate de aciertos entre el Banco de España y el Gobierno, siempre y cuando se tengan en cuenta el año de la pandemia y los posteriores. Sobre todo en 2020 acertar en los pronósticos fue imposible para los economistas, dado que ese invierno no se esperaba que la pandemia del coronavirus llegase a España en el mes de marzo, y, por tanto, las estimaciones recogen crecimientos significativos del PIB -del 1,7, 1,6 o 1,5%- que contrastan con fuerza con el dato que finalmente se registró, de una caída del 11,3%. Pero después, en 2021, las cifras también fueron muy dispares.

Si solo se valoran los datos de 2014 a 2019, incluidos ambos, el Gobierno habría acertado más que el Banco de España, porque todos los años que las dos instituciones no apostaban por la misma cifra, como sucede en 2019, 2017 y 2015, no es solo que el Ejecutivo fuese el que se acercara más al crecimiento del PIB que finalmente se dio, sino que acertó de pleno con el dato. Fue el caso de 2018, cuando pronosticó un avance del 2018, como sucedió, y el de 2016, cuando habló de un 3%, justo la cifra en que creció.

Los datos reflejan también la inestabilidad económica que ha sufrido España en ejercicios como los posteriores a la pandemia, así como la calma de los años anteriores, en los que prácticamente todos los organismos -incluyendo, ahora sí, los análisis de Funcas, BBVA Research, el Instituto de Estudios Económicos, y también los de importantes instituciones como la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)- apuestan por las mismas cifras.

En 2021, en cambio, el Gobierno empezó el año pronosticando un avance del PIB del 9,8%, más de cuatro puntos por encima del 5,4% de la Comisión Europea, el 5% de la OCDE o el 7,2% del FMI. Ese año el Banco de España decidió publicar una horquilla, de entre el 4,2% y el 8,6%, aunque en su escenario central utilizó el dato del 6,8%. Finalmente, el PIB sumó un 5,5%.