La imagen era "dura", durísima. Impactante. El hombre que ha conducido las riendas del PSOE desde 2021, y los cuatro años anteriores como segundo, Santos Cerdán, ingresaba este lunes en la cárcel de Soto del Real. Solo unas horas después de prestar declaración ante el juez del Supremo Leopoldo Puente y tras presentarse, a preguntas solo de su letrado, como una víctima de una persecución política por su "decisiva participación" en la formación del Gobierno de coalición, el exsecretario de Organización pasaba a ingresar en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Una instantánea imposible de olvidar para un partido que vive cada día angustiado, asfixiado por los avances judiciales del caso Koldo. Cerdán, el hasta el pasado 12 de junio todopoderoso número tres del PSOE, la mano derecha del presidente, su dirigente de máxima confianza, duerme ya entre rejas por haber cometido los presuntos delitos de integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias. Ahí es nada. El mazazo es brutal, y nadie lo niega.

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Los "notabilísimos indicios" de que Cerdán era, en realidad, el presunto jefe de la trama corrupta que integraban su antecesor en Organización, José Luis Ábalos, y su exasesor en el ministerio, Koldo García, no han hecho más que disparar la inquietud interna en el PSOE. Porque el juez apunta que el "botín" de los presuntos amaños de adjudicaciones públicas podría ser superior a cinco millones de euros, y porque también según el instructor "más personas, físicas o jurídicas", además del "triángulo tóxico" de Cerdán, Ábalos y García, pudieron haberse lucrado con esas licitaciones. Y por eso la presión en el partido es clara: Pedro Sánchez tiene que acometer cambios radicales, drásticos, "importantes" en su dirección. Nada "cosméticos".

El presidente ha escuchado el criterio de barones, dirigentes de peso y miembros de la sociedad civil y terminará de tomar sus decisiones en las horas previas al comité federal del 5 de julio

Y es que el PSOE mira ya hacia la pantalla siguiente, la del comité federal del próximo sábado, 5 de julio. El secretario general del partido y presidente del Gobierno se dirigirá al máximo órgano de dirección para verbalizarles los cambios en la estructura y las medidas internas que se introducirán para imposibilitar nuevas réplicas del caso Cerdán. Pero esa primera parte, la del comité federal, ha de unirse al segundo capítulo, su intervención en el pleno del Congreso del 9 de julio, cuando anunciará un paquete de medidas de regeneración democrática y de lucha contra la corrupción con la intención de amarrar a los socios de investidura a su lado. Aliados parlamentarios con los que ya habló justo después del estallido del escándalo.

Ya en el partido se escuchaba, desde que se levantó el secreto del sumario y se tuvo conocimiento del devastador informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que no bastaría con pequeños ajustes en Ferraz. Que hacía falta una suerte de revolución interna. Sánchez primero prometió una reestructuración global del organigrama, pero después limitó los cambios al secretario de Organización y su equipo. Ahora, sus colaboradores más cercanos no dan por hecho nada. Para empezar, porque el presidente, que en este tiempo ha escuchado el criterio de barones (no la del crítico Emiliano García-Page), dirigentes de peso y miembros cualificados de la sociedad civil, terminará de cerrar sus decisiones hacia el viernes, cuando regrese de Sevilla, que acoge hasta este jueves la IV Conferencia Internacional de Financiación al Desarrollo de la ONU.

En la Moncloa y en Ferraz subrayan que el secretario general anunciará cambios "importantes" en la estructura y en el organigrama y lanzará "un buen mensaje". Pero no adelantan cuáles. "Habrá cambios, y no solo de personas. No solo se cubrirá la vacante de Santos. No se va a quedar en la nada", apuntan desde el cuartel general del partido, conscientes de que la temperatura interna ha escalado en las últimas horas.

"Habrá cambios, y no solo de personas. No solo se cubrirá la vacante de Santos. No se va a quedar en la nada", apuntan desde el cuartel general del partido

Distintos dirigentes consultados por este diario, de diferentes territorios, insisten en que el ingreso a prisión de Cerdán dibuja un cambio de escenario importante. Porque solo esa imagen de entrada en la cárcel de los vips, la asociada a los grandes nombres de la corrupción, es traumática y erosiona más aún la reputación de los socialistas. Y no se esperaba tanto. En la Moncloa, cuando el informe de la UCO abrió un abismo a los pies del partido, estimaban que el envío a la cárcel no era la opción más probable, aunque habían quienes, entre los colaboradores directos del presidente, sí entendían que era la carta más lógica, dado que los agentes le apuntaban como el presunto cabecilla de la organización corrupta.

Un comité crítico, "mucho más delicado"

Que Cerdán ya duerma en prisión añade, convienen varios mandos, "más presión" hacia Sánchez. "No pueden ser cambios cosméticos, a pesar de que dudo que a nadie ahí fuera le importe lo que es la ejecutiva federal", sentencia un barón. "Hay sorpresa, abatimiento —constata un responsable de Organización autonómico—. Para el sábado se esperan explicaciones y cambios en la dirección, y que sean importantes, por aquello de eliminar cualquier sombra de duda. Decepcionó que Santos siguiera en el congreso federal, y ahora puede ser igual y es mucho más delicado. La gente quiere caras nuevas. Aun así, se espera que Pedro resista a pesar de todo, y por eso preocupa que golpe a golpe acabe agotando la energía. O que los socios nos acaben dejando". "Yo creo que Pedro ya estaba suficientemente presionado para acometer grandes cambios", advierte un ministro.

"Creo que Pedro ya estaba presionado para acometer grandes cambios", opina un ministro. Sánchez no ha adelantado quién ocupará Organización, aunque dentro del partido se pide que sea una mujer y, como mínimo, un dirigente con autoridad

¿Y quién asumirá Organización? No hay pistas aún. Sánchez eligió un equipo interino para que condujera el aparato hasta el comité del 5 de julio, que forman Cristina Narbona, Montse Mínguez, Borja Cabezón y Ana Fuentes. Los rumores de nombres han corrido estas semanas, pero no hay confirmación ninguna. En la parrilla de salida se sitúa fuerte Mínguez, secretaria general del Grupo Socialista en el Congreso y mujer muy próxima al president, Salvador Illa, aunque en el PSOE no acaba de convencer que dirija Organización una integrante del PSC, un partido hermano, pero diferente. Otros posibles candidatos que han sonado son los de Paco Salazar, alto cargo en la Moncloa, el ministro Óscar Puente o las delegadas del Gobierno de Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha, Pilar Bernabé y Milagros Tolón. Más allá del sexo y del nombre, lo que se oye en las filas socialistas es que ha de ser un dirigente con autoridad y capacidad de mando en un momento de máxima debilidad.

La duda que tienen muchos en el PSOE es si Sánchez ha captado el mensaje, la hondura de la situación, la gravedad de los hechos. Porque, en efecto, en el 41º Congreso Federal, el que se cerró el 1 de diciembre de 2024 en Sevilla, hace justo siete meses, él decidió ratificar a Cerdán en el estratégico cargo de Organización. Con todos los poderes. Ya Víctor de Aldama le había señalado, también internamente había federaciones que latían disconformes con su gestión. Lo reafirmó en su puesto. En ese cónclave en Fibes, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla.

La casualidad quiso que este lunes el presidente abriera en el mismo espacio, en Fibes, la cumbre de Naciones Unidas, y que la noticia de la decisión del juez de enviar a prisión a su ex número tres le pillara en plena rueda de prensa con el secretario general de la organización, António Guterres. El jefe del Ejecutivo se limitó a decir que el PSOE ya había actuado "con contundencia" al apartar a Cerdán y que ahora es "el momento de la Justicia", la que tiene que "dirimir" las "responsabilidades". Prometió "colaboración y respeto" al trabajo de los tribunales. "Pero desde el punto de vista político creo que hay una posición muy distinta por parte del partido que yo dirijo respecto a otras organizaciones políticas que no asumen ningún tipo de responsabilidad", remachó, aludiendo implícitamente al PP. No dio ninguna pista más de qué hoja de ruta piensa seguir.

Sánchez se limita a decir que el partido ya ha actuado con "contundencia" y que ahora es el momento de que la Justicia decida. Y Montero asegura que es un asunto "de una persona que no tiene que ver con el PSOE"

"Ahora hace falta más cordón sanitario sobre el entorno de Santos y Ábalos. Retirar todo lo que huela a ellos dos, y supongo que también debe haber medidas preventivas y ejemplares. Cómo materializarlas... pues no sé", sanciona un jefe de un importante aparato regional. "Los ánimos otra vez están por los suelos. Y esto va a ser cíclico. La gente quiere más contundencia, pero no se sabe qué es eso en sí", opina un mando provincial. Ahí está una de las claves: el PSOE se siente perdido, al descubierto, pide mano dura a su jefe, pero no sabe cómo han de aterrizarse las medidas.

Varios dirigentes también reconocen que ha sentado mal que la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, también vicesecretaria general de la formación, prácticamente hiciera ver desde Sevilla que Cerdán era cosa del pasado remoto: su entrada en prisión es un "asunto de una persona que no tiene que ver con el Partido Socialista". Como si no hubiera sido su número tres hasta el pasado 12 de junio. Eso sí, defendió que la Justicia ha de llegar "hasta el final para averiguar todo lo que ha ocurrido en torno a este caso". De nuevo, ella misma descartó un adelanto electoral.

"Los sondeos nos dan la razón"

La consigna en la Moncloa, de hecho, sigue siendo la misma: intentar capear el temporal. En el equipo directo del líder socialista insisten en que es "totalmente consciente" de la situación, pero agregan que no puede caer en la "ansiedad desmedida". No sería ni lo aconsejable, ni lo lógico, ni lo que esperan los ciudadanos, apuntan, mirando a encuestas como la que este lunes publicaba Sigma Dos para El Mundo, que vaticinan una caída del PSOE de 1,6 puntos en un mes, hasta el 26,8% y 111 asientos en el Congreso, 4,88 puntos y 10 escaños menos que en las generales de 2023 (31,68% y 121 diputados). "Parece que sabemos estar mirando más allá de los medios tradicionales. Los sondeos nos dan la razón. El PP sabe que el voto de izquierdas no se ha hundido". El estudio asigna un avance de los populares de 1,6 puntos respecto al anterior barómetro de Sigma Dos.

Para la Moncloa, el ingreso en Soto del Real "no cambia nada". "Cuando Pedro salió en rueda de prensa pidiendo perdón ocho veces y echando al secretario de Organización de manera inmediata ya pusimos la vara de medir muy alta. No nos hizo falta que Santos entrara en prisión", alegan

Los colaboradores de Sánchez sostienen que el presidente sí ha sabido reaccionar y "echar a todos los corruptos, cosa que el PP no ha hecho". "No caemos en el y tú más, pero lo que no queremos es que se nos aplique un baremo distinto, sino que se nos juzgue con la misma vara de medir. El PP protege a sus corruptos, y nosotros no podemos aceptar que se piense que nuestro listón moral es el mismo que el suyo", defienden.

Para la Moncloa, la entrada en prisión de Cerdán "no lo cambia todo", no es un antes y un después. "Cuando Pedro salió en rueda de prensa pidiendo perdón ocho veces y echando al secretario de Organización de manera inmediata ya pusimos la vara de medir muy alta. No nos hizo falta que Santos entrara en prisión. No supone que este caso escale —explican fuentes gubernamentales—. Asumimos ya que habría un reguero de noticias. Pero estamos muy convencidos de lo que estamos haciendo. Lo cómodo sería irnos. Dimitir, convocar unas elecciones generales que perderíamos seguro. Pero hemos decidido continuar. Hay que tener esperanza porque lo que nos jugamos es muy valioso, que es seguir avanzando desde el Gobierno en derechos. La solución es aguantar. Ahora habrá cambios. Cuando el presidente anuncie su decisión, se le podrá valorar". En el entorno del jefe del Ejecutivo niegan radicalmente que pueda hallarse financiación ilegal. El juez no cierra esa puerta al escribir que pudo haber "personas jurídicas" —otras empresas o bien un partido— pudieron beneficiarse de los supuestos amaños.

Los que integran el círculo de confianza de Sánchez saben que la teoría esgrimida por Cerdán de la persecución política del Gobierno progresista no les ayuda. Pero advierten de que nada tiene que ver con ellos, porque el Ejecutivo y Ferraz han sabido separar causas como las que afectan a la mujer y al hermano del presidente del caso Koldo. "Santos solo nos perjudica y todo lo que dice y hace solo sirve para dañarnos, para manipular y para salvarse. Pero la salida no puede ser entregar el Gobierno a PP y Vox", subrayan.

La decisión del presidente sigue siendo la de aguantar. Admiten en su equipo que la tesis de Cerdán desbarata la estrategia. Niegan, eso sí, que haya posibilidad de financiación ilegal del PSOE

Quedan aún cuatro días hasta el comité federal. Probablemente, el más difícil al que se enfrenta Sánchez desde que recuperó el poder del PSOE. La duda es hasta cuándo subirá la tensión interna. Los críticos anticipan, no obstante, que no será muy elevada, porque la inmensa mayoría de sus miembros "no abrirán la boca". "No hay margen para liar nada en el comité", recuerda un mando territorial con mucho oficio orgánico y que en absoluto se sitúa del lado de los contrarios a Sánchez, aunque sí discrepa de algunas de sus decisiones. El partido está, pues, a la espera. Mirando el siguiente movimiento de su líder. Esperando que actúe y no se quede en la superficie. Solo él tiene la respuesta.

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