La más que inminente sentencia del Supremo en el juicio a los líderes del procés irrumpirá en plena campaña electoral con consecuencias todavía indeterminadas, pero para la que todos los partidos preparan una estrategia. En el caso del PP no se trata tanto de analizar el fondo de la sentencia pues, en todo caso se escudarán en su respeto a las decisiones judiciales, como la respuesta a dar ante una parte del mundo independentista que como el presidente de la Generalitat, Quim Torra, apela a una "respuesta contundente".

Partiendo del principio de que "no debemos ni quedarnos cortos ni pasarnos", ésta será una de las cuestiones centrales que debatan los populares en su próxima cita del comité de dirección, que esta vez se reunirá en viernes, y no en lunes como es habitual, y lo hará en Pamplona y no en Madrid. La semana pasada Pablo Casado reunió a su "núcleo duro" en Barcelona, en vísperas del 1-0, y tiene previsto hacerlo también en Vitoria, allí también como respuesta al veto que Bildu pretendía imponer a PP, Ciudadanos y Vox por "atentar contra la convivencia".

Los populares admiten que la sentencia del procés supone una distorsión en el diseño de campaña que "no nos viene bien". Entre otras cosas porque se corre el riesgo de que Albert Rivera y Santiago Abascal "inicien una escalada de dureza contra la respuesta del independentismo" que les obligue a subir demasiado el tono o llegar a un terreno en el que no se sientan cómodos, y no tanto porque Casado no tenga clara su posición con respecto a Cataluña, aunque lo cierto es que ya no habla tanto del 155 y sí de explorar otras vías como la Ley de Seguridad Nacional.

Génova quiere girar el eje de la campaña hacia la economía

Génova quiere centrar esta campaña en la economía, la que sigue siendo una de sus grandes fortalezas en época de vacas flacas. "Los ciudadanos se van a dar cuenta de que asoma la amenaza de otra crisis económica", dice un alto dirigente de Génova. Porque aunque no parece que vaya a ser tan demoledora como la que arrancó el 2008, ya comienza a ser motivo de preocupación en las instituciones internacionales y de la que ya han alertado organismos como el Banco de España haciendo una revisión a la baja en las expectativas de crecimiento de la economía española.

Otro dirigente popular entiende que "nada de lo que se ha dicho o propuesto hasta ahora, incluidas las promesas de Sánchez sobre las pensiones o el PER, sirven de nada porque la campaña de verdad no arrancará hasta conocer la sentencia del Tribunal Supremo".

Pero en su caso, cree que la reacción del mundo independentista a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés, no será tan airada como se teme "porque no les interesa. Quieren que sea Sánchez el que gane las elecciones y no se trata de ponerle en una situación difícil". Sin unos buenos resultados en Cataluña y en Andalucía, recuerda, "ningún candidato socialista ha podido gobernar España" por lo que "los dirigentes independentistas no llevarán al extremo su protesta".

Por eso fue "tan tibio"el líder del PSC, Miquel Iceta, dice este dirigente popular, en la moción de censura contra Quim Torra que presentó Ciudadanos al pasado lunes en el Parlament y que no prosperó por el voto en contra del independentismo y la abstención del PSC, a pesar de tener el respaldo del PP.

Señalan los mismos medios consultados por El Independiente que "como es habitual en él se puso de canto" y que, incluso cuando alude a la aplicación del artículo 155 de la Cosntitución para intervenir la Generalitat catalana, "es todo un escaparate" para no dañar las expectativas electorales de los socialistas catalanes.

El mundo independentista, dividido

En todo caso no hay unidad entre los antiguos convergentes y ERC a la hora de abordar la respuesta a la sentencia. Los republicanos, más cautos, hablan «mirada larga» al tiempo que apelan a al diálogo, en palabras del vicepresidente autonómico Pere Aragonés. Por su parte, Torra exige "contundencia" aunque pone la pelota en el tejado del Parlament, esto es, de Roger Torrent, también de ERC.

«Será el Parlament el que, ante una sentencia que va directa como un torpedo contra la convivencia en Cataluña tendrá que tomar una decisión, que espero que se enmarque en el ejercicio del derecho a la autodeterminación y el respeto a los derechos humanos», ha dicho.  Otra cosa será en qué se traduce eso exactamente.