Red Eléctrica de España (REE), el gestor de las líneas de alta tensión eléctrica del país, pretende nombrar como nuevo miembro de su consejo de administración a Arsenio Fernández de Mesa, político del Partido Popular y que fue hasta el pasado noviembre director general de la Guardia Civil.

REE está controlada de facto por el holding público SEPI (con una participación del 20%), pero el Gobierno trata de desvincularse de la decisión de incorporar al ex jefe de la Guardia Civil en el órgano de gobierno de la compañía.

“Es la compañía la que determina el perfil profesional necesario para sus nuevos consejeros. Es REE la que determina la idoneidad de los mismos como consejeros”, ha subrayado hoy el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

Esa labor “no le corresponde ni al Gobierno ni a la SEPI”, ha subrayado Montoro, en cuyo Ministerio está inscrita la propia SEPI. El ministro ha dado a entender que el holding público votará a favor de la designación de Fernández de Mesa como consejero, dado que la propia REE ya habría decidido sobre la idoneidad del candidato.

El nombramiento del ex director de la Guardia Civil no será efectivo hasta que lo confirme la próxima Junta General de Accionistas de la compañía semi pública. Fernández de Mesa cubrirá la vacante existente en el consejo de administración tras la dimisión de Agustín Conde, ex alcalde de Toledo, que también fue senador y diputado, y ahora nuevo secretario de Estado de Defensa, con María Dolores de Cospedal.

El diputado de Unidos Podemos Antonio Gómez-Reino ha denunciado que la razón por la que se ha colocado a Fernández de Mesa en REE, con una retribución anual de unos 175.000 euros, por ser “amigo del jefe”, del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El diputado de la formación morada ha hablado de “puerta giratoria”, “corrupción legal”, “pago de favores”, “ley de omertá del PP” para referirse a la designación como consejero del también ex diputado del PP y ex delegado del Gobierno en Galicia cuando hubo que gestionar la catástrofe del Prestige.