Aena ya tiene nuevo presidente. El consejo de administración del gestor de los aeropuertos ha aprobado el nombramiento como presidente y consejero delegado de la compañía de Jaime García-Legaz, actual presidente de la empresa pública de seguros a la exportación Cesce, ex secretario de Estado de Comercio la anterior legislatura y con un largo currículo de puestos en la Administración.

García-Legaz se pone al frente de Aena a propuesta de la sociedad pública Enaire, que es a través de la que el Gobierno ejerce como accionista mayoritario del gestor aeroportuario al detentar un 51% del capital. Una elección que avecina otro choque entre el Gobierno y los fondos de inversión presentes en Aena, con el británico TCI a la cabeza (el más activo de todos, el que cuenta con mayor participación -el 11,3%- y el que tiene representación directa en el consejo de administración de la compañía).

La designación de nuevo presidente se produce tras la dimisión de José Manuel Vargas, que se marcha cansado de los corsés que impone tener al Estado como principal accionista. Corsés burocráticos, corsés para crecer con compras, corsés para la expansión internacional y corsés también salariales y operativos.

Los choques: privatización, tasas y Abertis

Durante los casi tres años transcurridos desde la privatización parcial de la compañía, la dirección de Aena comandada hasta ahora por Vargas y los propios fondos de inversión han mostrado su sintonía en temas delicados con los que han ido acumulando desencuentros con el Ministerio de Fomento.

Vargas y los fondos han defendido de manera clara un paso más en la privatización del grupo aeroportuario, que serviría para que el Estado perdiera la mayoría accionarial. Una posibilidad que el Ejecutivo incluso tanteó abiertamente en el comienzo de la nueva legislatura, pero que acabó descartando como adelantó El Independiente.

Los accionistas privados de Aena han mostrado su disgusto –TCI en ocasiones de manera pública- ante algunas decisiones adoptadas por el Gobierno, singularmente la rebaja de tasas aéreas para los próximos cinco años- o a algunas iniciativas vetadas por él -como la contraopa que se preparaba para tomar el control de Abertis-.

Los fondos temen que el nombramiento de un nuevo presidente de Aena con un perfil abiertamente político sirva para agravar la situación de una compañía que ahora ya ven “paralizada” y “maniatada” por el Ejecutivo, según fuentes conocedoras de la situación.

El consejo de administración de Aena, en paralelo, ha anunciado también la designación del ex ministro Josep Piqué como nuevo consejero independiente del grupo, ocupando el sillón que dejó vacante la dimisión de Simón Pedro Barceló, copresidente del grupo turístico Barceló. Piqué tras dejar la política también ha ocupado cargos de alta dirección en varias compañías, entre ellos presidente de Vueling o consejero delegado de OHL.