Economía

Los inmigrantes rozan los niveles de empleo precrisis tras abrir un 34% más de negocios

El Banco de España o el Círculo de Empresarios sostiene que España tendrá que recurrir a los inmigrantes para pagar las pensiones futuras

Trabajador extranjero en el centro de Madrid.
Trabajador extranjero en el centro de Madrid. | Europa Press

Un total de 1.930.622 trabajadores extranjeros cotizaron a la Seguridad Social de media el pasado mes de abril, exactamente 179.206 menos que en el mismo mes de 2008, al inicio de la crisis, cuando la ocupación entre los extranjeros tocaba niveles máximos.

Este último registro de empleo entre los trabajadores inmigrantes muestra un avance del 3% intermensual y del 7,38% interanual. Se trata de un ritmo de crecimiento que, de mantenerse constante, permitiría recuperar todo el empleo perdido entre los extranjeros durante la crisis en un plazo de cuatro meses. Y esto, a priori, es una buena noticia para sistema público de pensiones.

Sin embargo, una dinámica se repite años tras año en lo que tiene que ver con el empleo entre los extranjeros. Cada ejercicio, la ocupación crece en el colectivo de forma constante hasta los meses de verano, cuando empieza decaer en una senda que se prolonga durante el segundo semestre.

En este sentido, cabe esperar que la afiliación entre los extranjeros siga creciendo al menos en los meses de mayo y junio con una referencia: los 2.151.880 ocupados alcanzados en julio de 2008. Dado que alcanzar esta cifra supondría sumar 221.250 empleados extranjeros más en los próximos meses, cabe pensar que, en línea con la ocupación total, los inmigrantes acariciarán estos niveles de ocupación anteriores a la crisis, pero no los alcanzarán este año.

Son inmigrantes que pagan las pensiones

Sea como fuere, cuando el Ministerio de Empleo saca pecho y publicita que la recaudación por cotizaciones sociales alcanzaron los 37.789,1 millones de euros hasta el 31 de abril, un 5,5% y que estas cantidades se sitúan ya sus mejores registros desde 2008, es preciso atender a la recuperación del empleo entre los extranjeros.

Tanto es así que, desde el Banco de España ya se ha hecho una llamada a revisar las restricciones a la inmigración para conjurar el previsible desplome de la población activa en las últimas décadas por el avance del envejecimiento. Dicho en términos más económicos que demográficos, harán falta inmigrantes para poder abastecer de nuevos cotizantes que paguen las próximas pensiones. Esta óptica también es compartida, por ejemplo, por el Círculo de Empresarios.

Sin embargo, cabe preguntarse qué inmigración necesita España y, antes de ello, ya se puede observar que el repunte del empleo entre los inmigrantes ha venido de la mano, sobre todo, de una proliferación de negocios propios.

Los dicen las cifras del Régimen Especial del Trabajo Autónomo (RETA). Salvando el efecto de la incorporación a 1 de enero de 2008 de parte del régimen especial agrario en este régimen especial, los afiliados autónomos extranjeros han crecido un 34% durante la crisis y ya suponen 315.447 personas, un 16,3% del total de los inmigrantes ocupados. Y esto pese a que desde 2014 se ha producido una vuelta de muchas mujeres extranjeras a la inactividad.

Además, si se observa la evolución a lo largo del año, ni en 2017 ni en 2016 se registró una caída del número de autónomos extranjeros. Salvo ligeros descensos, este colectivo avanza a un ritmo constante, ajeno a la estacionalidad, y solo en el último año ha crecido un 9%, un porcentaje 1,7 puntos superior al total de ocupados extranjeros.

¿Cuál era la situación en abril de 2008?

Si se compara la situación de partida y la actual resulta que entonces el peso de los extranjeros establecidos por cuenta propia sobre el total era algo superior al 11%, una proporción que supera actualmente el 16%.

A partir de ahí, la presencia trabajadores extranjeros en España procede en su mayor parte de países de fuera de la UE (57,9%), frente a los comunitarios (42,07%). Sin embargo, mientras que en el Régimen General hay un mayor peso de los inmigrantes de fuera de la UE (casi un 60%), en lo que afecta a los autónomos prácticamente hay paridad.

La mayor concentración de autónomos extranjeros se produce en dos sectores de actividad: el comercio y los talleres de reparación de vehículos y la hostelería. Entre estados ramas suman casi la mitad de todos los autónomos procedentes de otros países.

Por su parte, las actividades en las que se ha registrado un mayor incremento de los trabajadores autónomos en el último año son los de las industrias extractivas (27,8%), transporte y almacenamiento (24,9%) y la Administración Pública y Defensa y Seguridad Social (22,9%).

Como viene ocurriendo desde hace años, la mayor parte de los extranjeros afiliados a la Seguridad Social se encuentran trabajando en Cataluña (23,5%), Comunidad de Madrid (20%), Andalucía (13,3%) y Comunidad Valenciana (10,6%).

 

 

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