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Plantas solares con nidos y casas de insectos: así quiere ser más verde la energía verde

La patronal fotovoltaica UNEF se autoimpone nuevos compromisos para reducir el impacto ambiental de sus instalaciones a las puertas del boom renovable que se espera en la próxima década.

Una planta de energía solar fotovoltaica.

Una planta de energía solar fotovoltaica. Flickr | Theaelix

España se prepara para un auténtico boom de nuevas energías renovables en la próxima década. El plan energético diseñado por el Gobierno contempla disparar el uso de las energías limpias, hasta representar en 2030 dos tercios de toda la potencia de generación eléctrica del país.

En este proceso, recogido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que ha dejado hecho el Gobierno de Pedro Sánchez, proporcionalmente el mayor crecimiento lo protagonizará la energía fotovoltaica. Las plantas solares multiplicarán por siete su potencia actual, hasta alcanzar los 36.800 megavatios MW al final de la próxima década.

Ante este aluvión que viene, el propio sector fotovoltaico ha decidido ampliar sus compromisos ambientales y redoblar sus esfuerzos para reducir el impacto ambiental de sus propias instalaciones. La energía verde quiere ser más verde. Y lo quiere ser no sólo con la energía que produce, también con las instalaciones que construye.

La patronal fotovoltaica UNEF ha definido nuevas recomendaciones y compromisos para el sector para elevar los estándares tanto para reducir el impacto ambiental de sus plantas (durante su funcionamiento y también en su construcción) e incluso para revertir parte de ese impacto con actuaciones adicionales de protección del medio ambiente.

Uno de los ejes fundamentales del plan de acción pasa por proteger el hábitat de las especies animales locales allá donde se construyan plantas solares. Es por ello que las compañías fotovoltaicas se comprometen a adoptar medidas como la instalación de nidales para garantizar el hábitat de las aves, la construcción de los denominados hoteles de insectos, la instalación de charcas para anfibios o la reubicación de majanos para evitar su desaparición.

En este sentido, también se apuesta por instalar vallas que permitan tanto el paso de animales y también que no supongan un peligro para los pájaros, a realizar estudios de seguimiento de avifauna no sólo en las fases previas de construcción de las granjas solares sino también en los primeros años en que estén operativas, según el documento que ha elaborado UNEF para trasladárselo a todo el sector.

Pasto para ovejas junto a las placas

La patronal fotovoltaica propone fomentar el uso de terreno de los parques solares, cuando ya estén construidos y funcionando, para pasto de ganado. “Si la zona tienen una actividad pastoral o está cerca e vías de trashumancia, se permitirá el paso de pastores a las instalaciones”, defiende la organización.

En paralelo, la patronal insta a las compañías a cumplir estrictamente las prohibiciones de los usos de herbicidas para proteger la capa vegetal y no se removerá el suelo fértil. Y, n caso de revegetación, las empresas tendrán que utilizar plantas que favorezcan la proliferación de insectos polinizadores, para contribuir a la conservación singularmente de la población de abejas.

En los procesos de construcción, UNEF quiere que sus asociados minimicen el impacto en el terreno y para ello propone reducir el uso de hormigón en las instalaciones. Para ello, se priorizará, siempre que sea viable técnicamente y por seguridad, el hincado directo de las vallas y de las estructuras sobre el terreno y no utilizando hormigón en la cimentación.

Además, así será más fácil el restablecimiento del estado original del terreno cuando las instalaciones se desmantelen. Otro factor que se busca cuidar es la reducción del uso de agua en la limpieza de paneles y, en todo caso, que sea agua reciclada y sin productos químicos que afecten a la calidad ecológica del terreno.

Reforestar zonas incendiadas

Además, el sector fotovoltaico apuesta por ser verde más allá de sus propia actividad, y se encomienda a utilizar vehículos eléctricos e híbridos para las operaciones de mantenimiento o a instalar autoconsumo en los edificios aledaños a las plantas solares.

Las compañías pretenden compensar las emisiones de CO2 equivalentes asociados a los procesos previos a la explotación de las instalaciones: fabricación de componentes, transporte, construcción… Y para ello se quiere impulsar proyectos como las repoblaciones forestales con cambios de uso de suelo o actuaciones en zonas incendiadas para el restablecimiento de masa forestal. En la medida de lo posible, estas repoblaciones se realizarán en zonas cercanas a las plantas solares.

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