Las peluquerías abrirán a partir del próximo lunes, 4 de mayo. Forman parte de la Fase 0 del plan de desescalada del Gobierno de Pedro Sánchez hacia la "nueva normalidad". No será una apertura normal. Cita previa, material de protección para trabajadores, aforo limitado... Y las listas de espera hasta arriba: "Hay una avalancha de llamadas pidiendo hora".

Hasta ahora no se podían organizar citas y había lista de espera, pero "multitud de clientes han ocupado ya las horas libres que había disponibles para las próximas tres semanas", cuenta a El Independiente Antonio Jaumandreu, asesor jurídico de CONEPE (Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética de España).

Aunque todos los peluqueros esperan abrir el lunes, probablemente muchos no podrán hacerlo"

Antonio Jaumandreu, asesor jurídico de ANEPE

Entidades como CONEPE y las propias peluquerías han manifestado su sensación de incertidumbre sobre la gestión de los aforos, ya que según su opinión, el presidente no fue claro a la hora de explicar cómo iban a materializarse las aperturas de este tipo de locales. Cuando habla de "cita individual", tienen claro que los negocios "con un solo peluquero tendrán que atender exclusivamente a un cliente".

Las peluquerías, según la estrategia de Sánchez, abrirán en la Fase 0 siempre que puedan concertar citas previas, el personal disponga de equipos de material de protección y cumplan los límites de aforo exigidos. Si no pueden ofrecer cita previa, tendrán que esperarse para abrir a la Fase 1, en la que España no entrará antes del 11 de mayo.

"Ayer llamó mucha gente. No paró de sonar el teléfono", reconoce Arancha. Ella es peluquera y trabaja sola. "Doy el tinte a una clienta y, mientras espero a que se seque, le corto el pelo a otra. Si solo puedo atender a una de las dos, iré más lenta", comenta.

Jaumandreu explica que "lo que no sabemos es si, en caso de ser más trabajadores, podrán atender cada uno a una persona, o si solo puede haber un peluquero con un cliente en todo el establecimiento". A esto se suma que, en un principio, los negocios iban a abrir el próximo 11 de mayo, por lo que "el día 4 ha pillado mal, sobre todo habiendo dos festivos. El plazo que habían previsto los peluqueros se ha acortado una semana, y aunque todos esperan abrir el lunes, probablemente muchos no podrán hacerlo".

En esta a disyuntiva se encuentra Arancha, a la que le gustaría empezar el mismo lunes: "No ha salido el BOE ni nada, estamos a expensas de saber cómo funcionar".

En definitiva, a pesar de que el sector ha podido ofrecer el servicio a domicilio desde que se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo, es ahora cuando realmente pondrá en marcha su actividad, según los protocolos higiénico-sanitarios que obligatoriamente por ley deben aplicar en sus establecimientos.

Entre las medidas incluidas, se fomentará que los salones y las zonas de espera sean lugares seguros, que el abrigo y el bolso se introduzcan en bolsas herméticas y que el pago sea preferiblemente con tarjeta. "Queremos trasladar a la gente la tranquilidad de que el sector lleva mucho tiempo preparándose para que las peluquerías se conviertan en lugares seguros". Lo que han dicho a los profesionales es que tienen que "llevar la pantalla, la mascarilla y los guantes, en caso de no tener mampara", explica Arancha.

Las cadenas de peluquerías como Llongueras, Jean Louis David, Franck Provost y The Barber Company, del grupo Provalliance, abrirán sus puertas también el 4 de mayo y, con el fin de asegurar la protección de sus empleados y de sus clientes, han preparado un protocolo higiénico-sanitario "muy exhaustivo y totalmente fiable". Aunque no todas las empresas puedan contar con un termómetro infrarrojo facial debido a su presupuesto, "lo que nosotros potenciamos es que, aunque el empresario no puede controlar que el peluquero o el cliente tengan coronavirus, coincidirán en un establecimiento que garantizará que no se contagie ninguno de los dos", detalla el asesor jurídico.

Según un estudio sobre el impacto del coronavirus en el sector de las peluquerías, promovido por la Alianza de Empresarios de Peluquería de España, realizado durante los 40 primeros días del confinamiento, la crisis del coronavirus puede provocar la desaparición del 42,4% de las peluquerías como consecuencia de la cuarentena, lo que podría suponer el cierre de más de 20.000 peluquerías en toda España.

Los resultados del estudio ponen de manifiesto la "fragilidad y vulnerabilidad" de un sector, en el que el 94,2% de las empresas son microempresas que tienen entre uno y cinco trabajadores, y que ya venía padeciendo el deterioro provocado por un IVA "desproporcionado" que soporta desde del año 2012.