El sector de la aviación ha sido uno de los más perjudicados durante esta crisis, con la mayoría de los vuelos suspendidos desde el mes de marzo por las restricciones de desplazamiento impuestas por los diferentes gobiernos a nivel mundial, con el objetivo de contener la pandemia. El número de aviones de pasajeros en servicio es el más bajo en 26 años, según la consultora Cirium, especializada en este mercado.

De hecho, en España, el número de personas que optó por viajar en este medio de transporte para desplazarse por el interior de nuestro país se hundió un 99% en abril respecto al mismo mes del año anterior. Se trata de la mayor caída desde el inicio de la serie, en 1996, informa Europa Press. En total, fueron 37.000 los viajeros que usaron el avión para sus desplazamientos en ese mes, según los datos que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el jueves pasado.

Las restricciones a la movilidad han obligado a las compañías aéreas a buscar una solución para gestionar el estacionamiento a gran escala de sus flotas. Las pistas de rodaje, los hangares y hasta las pistas de aterrizaje de grandes aeropuertos de todo el mundo se están transformando en aparcamientos para aeronaves, tal y como desvelan estas imágenes que la misión Sentinel-2 de Copernicus -que son son una flota de satélites propiedad de la Unión Europea, diseñados para suministrar una datos e imágenes fundamentales para el programa medioambiental-, capturó en Victorville (California, EEUU), Teruel, Lourdes (Francia) y en el remoto enclave australiano de Alice Springs.

Aviones aparcados. Fotos: ESA

El aeropuerto de Teruel, el más grande de estacionamiento de Europa, alberga en este momento unas 114 grandes aeronaves, aparcadas para que Tarmac Aerosave, una empresa especializada en el estacionamiento, conservación y reciclado de aeronaves, lleve a cabo labores de mantenimiento durante del parón aéreo. "Nosotros no nos hemos visto afectados por el Covid-19", dice a El Independiente Alejandro Ibrahim, director general del aeropuerto de Teruel, ya que esta instalación no es un aeropuerto convencional de pasajeros y, por lo tanto, no depende del tráfico aéreo para generar ingresos.

Este aeropuerto fue construido para desarrollar estas labores de "preservación", como señala Ibrahim. Desde el comienzo de la pandemia, el número de aviones que llegan cada semana para permanecer aparcados allí se ha duplicado, según indica la Agencia Espacial Europea (ESA).

A estas instalaciones de almacenamiento se las conoce como "cementerios", y suelen localizarse en lugares secos y áridos, dado que este clima permite una mejor conservación en estos ambientes antes de su vuelta al servicio o su reciclaje.

El aeropuerto de Teruel, que es el que se encuentra a mayor altitud en España, se localiza en una zona que cuenta con "un clima seco, con bastantes días de sol al año", afirma su director general. "Estas características son muy buenas para la conservación de aviones, porque lo que les afecta de forma negativa es la humedad o el salitre", explica, ya que "acortan la vida útil del avión".

Desde Cirium, afirman que es probable que se haya superado el pico en el número de aviones de pasajeros almacenados, aunque haya habido una ligera reducción de aeronaves aparcadas durante los últimos días. Entre el inventario inactivo se encuentran poco menos de 17.000 aeronaves de fuselaje o cuerpo ancho -conocidas como aviones de doble pasillo-, otras de cuerpo estrecho y, por último, las regionales, lo que supondría aproximadamente el 64% de la flota mundial.

"Los vuelos disminuyeron de alrededor de 100.000 al día a un mínimo de 24.000 a finales de abril", informa a este periódico Richard Evans, consultor senior de Cirium. Según indica este experto, "los últimos datos muestran que las aerolíneas están reanudando sus servicios a un ritmo muy limitados, principalmente en los mercados nacionales" de China y EEUU. 

Despegaron poco más de 1.200 aviones regulares de pasajeros el domingo 19 de abril, lo que supone un acusado descenso con respecto a los con casi 20.000 que volaron el domingo 23 de febrero, tal y como ha constatado Cirium, que analiza más de 600 fuentes de seguimiento de vuelos. Las aerolíneas de Asia Pacífico y de Norteamérica, según indica esta consultora presentaron también una cantidad significativamente menor de vuelos en el mismo periodo, aunque se mantuvieron en niveles muy superiores con respecto a Europa.

Como consecuencia de este parón en el sector, se han desatado drásticas reducciones en las concentraciones de dióxido de nitrógeno visibles sobre numerosas áreas a escala mundial. Este compuesto es producido por centrales eléctricas, vehículos y otras instalaciones industriales, y su alta concentración puede incrementar la posibilidad de desarrollar problemas respiratorios.

Concentraciones de dióxido de nitrógeno en Europa, vistas desde el satétile Copernicus Sentinel-5P. ESA

No obstante, la ESA afirma que estas acumulaciones cambian diariamente por las fluctuaciones de las emisiones y las variaciones en distintas condiciones meteorológicas (luz solar, temperatura o viento), que pueden afectar a la permanencia del gas en la atmósfera.