La primera reacción política, el pasado viernes, a la confirmación de CaixaBank y de Bankia negociaban su fusión fue de Unidas Podemos. Fue para quejarse de no estar informado de la operación, pese a formar parte del Gobierno de coalición junto al PSOE, y para defender que haya banca pública en España y rechazar una reprivatización de Bankia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este lunes la discreción con que se ha tratado dentro del Ejecutivo la operación que dará a luz al mayor banco de España y ha subrayado que los contactos para la fusión sólo los conocía la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y ningún otro ministro. Ninguno, ni de Unidas Podemos ni del PSOE.

En una entrevista con TVE, Sánchez ha justificado que sólo estuvieran al tanto de la futura operación los “responsables económicos del Gobierno” porque era “una información muy sensible” y para “garantizar la confidencialidad”. “No lo sabía ningún otro ministro del Gobierno”, ha zanjado el presidente.

Sánchez ha reconocido que se está “lejos” de poder recuperar las ayudas de 24.000 millones que el Gobierno inyectó en 2012 para salvar Bankia. Con la operación de fusión, el Estado, a través del Frob, diluiría su participación actual de casi el 62% hasta entre un 14 y un 17% en el nuevo banco nacido tras la integración con Caixabank.

El presidente del Gobierno ha subrayado que su objetivo fundamental es "maximizar la participación pública y dar estabilidad a un sector saneado" dada su relevancia para la recuperación, en un contexto de un sector que "ha sufrido por la pandemia y está altamente impactado por la transición digital".

"Yo también defiendo la banca pública", ha sentenciado Sánchez sobre las críticas de su socio de gobierno sobre la dilución de la participación estatal en Bankia tras la fusión. "Está bien tener presencia pública en el sistema financiero. Pero esa presencia ya está garantizada a través del ICO" (Instituto de Crédito Oficial), que ha activado líneas de crédito por 140.000 millones de euros que la entidad ha puesto en marcha para proteger la liquidez de empresas en problemas por la pandemia y para animar su inversión. "Para mí [el ICO] es realmente la banca pública", ha apuntado.

Además, Sánchez ha subrayado que el nuevo banco nacido de la integración -que seguirá con el Frob como accionista- tendrá presencia en el accionariado de empresas de "sectores vitales para nuestra economía" a través de la cartera industrial que ahora controla CaixaBank.

El jefe del Ejecutivo ha valorado que la entidad resultante de la fusión sería el primer banco español y décimo de Europa, algo muy bueno "desde el punto vista de la dimensión", un aspecto en el que el sector financiero español tiene que dar "pasos adelante". Igualmente, ha puesto en valor la "cohesión territorial" que conllevaría porque implicaría un banco con presencia muy importante en Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Baleares.