"Somos una víctima más del coronavirus". Julio Perales, presidente de la Asociación de Truficultores de Teruel, tiene claro el porqué de este "año duro y de emergencia para los truficultores". La pandemia ha atacado indistintamente a agricultores, hosteleros y demás sectores profesionales. El perjuicio económico irá más allá de un 2020 que ha supuesto la ruina para miles de personas.
El frenazo de la actividad económica ha tenido importantes consecuencias para la trufa negra -tuber melanosporum-. El cierre de restaurantes ha significado un menor consumo del producto. "Se trata de un efecto multiplicador. Si no hay restaurantes repercute en el consumo y en la demanda", explica Perales. Fuentes de AragoTruf, expresan un sentimiento similar, "Sin restauración estamos muertos".
Consecuencias de la pandemia
La dirección de AragoTruf describe la compleja situación a la que les ha expuesto el devastador virus protagonista del 2020, "Estamos con ánimo pero soy realista. Esta temporada la damos por perdida". La campaña de Navidad es, en condiciones normales, la de mayor provecho para los truficultores. Como en otros aspectos, el último año cambió el orden establecido para la gran parte de negocios, "El año pasado a estas alturas vendíamos el kilo de trufa negra a 700 euros y ahora lo tenemos a 150 euros".
Hace justo un año vendíamos el kilo a 700 euros y ahora lo hacemos a 150 euros
El descenso de la demanda explica esta variación en los precios, que se actualizan semanalmente. La trufa negra española tiene a Italia y Francia como destinos habituales. Las restricciones en hostelería en estos países han repercutido negativamente en el volumen de ventas de las empresas truferas españolas. A estas variables se suma la incapacidad de almacenar la trufa, ya que es un producto perecedero. La única alternativa es poner la trufa en conserva, aunque ante la caída de la demanda "Todavía hay conservas del año pasado", comentan desde AragoTruf.
La compañía de venta de trufas Trufato ha podido mantener sus niveles de temporadas anteriores "Gracias al trabajo de los últimos cinco años", asegura Eduardo Ramos, director de la empresa. Ramos expresa que "El 60% de nuestras ventas son a través de internet. Hemos funcionado bien gracias a eso". El mandatario de Trufato explica que "En mercados como el japonés si hemos sufrido por el cierre, pero en general, sólo hemos perdido un 5 % respecto al total del año pasado". Mientras que otros truficultores han tenido la obligación de bajar drásticamente los precios, Ramos mantiene que "Al particular vendemos a 1.200 euros el kilo y a restaurantes a 500 euros el kilo".
Trufa en casa
La trufa negra es un artículo "delicatesen pero no exclusivo", apuntan empresarios del sector. Los truficultores quieren evitar que el consumidor relacione únicamente la trufa con los restaurantes. El impacto de la crisis del coronavirus habría sido mucho menor si el cliente tuviera el hábito de comprar trufa para tomar en casa.
Históricamente la trufa se relaciona con un precio elevado; sin embargo, Perales sostiene que "Con poca cantidad es suficiente para aromatizar una comida, cinco gramos pueden cambiar toda una receta. Es la ocasión para que la gente a tomar trufa en casa". Los responsables de AragoTruf, señalan que "Es el momento de cambiar la cultura y aprovechar la situación para poder llevar el consumo de trufa a los hogares".
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