Desde el metro que conduce a los peregrinos hasta la Exposición Universal de Dubái a las materias primas o el diseño del interior de los pabellones. La presencia de las empresas españolas en ExpoDubái, que hoy visita Pedro Sánchez, condensa la implantación de los negocios patrios en los confines de Emiratos Árabes Unidos, el tercer exportador de petróleo de Oriente Próximo y una de las economías más potentes de la región.

El despliegue español no solo se ciñe a las multinacionales -algunos de sus presidentes y consejeros delegados acompañan al presidente en el viaje oficial- sino también a pequeñas y medianas empresas arrastradas por el empuje de las primeras. Uno de los propósitos del periplo es arrancar algunas licitaciones actualmente en proceso de adjudicación y ampliar su poderío en la economía del sexto país del mundo en PIB per cápita.

Emiratos, una federación de siete emiratos, está liderado por Abu Dabi, una de las potencias petroleras del planeta, con reservas de crudo que superan los 90.000 millones de barriles. Es la locomotora de un país con medio siglo de vida donde se concentran algunas de las principales oportunidades de negocio. Un puñado de compañías españolas simboliza ese maná: Indra está a la espera de la adjudicación de varios contratos; la constructora San José ha levantado el puntero hospital de Al Ain y Técnicas Reunidas diseña y construye una refinería.

Un grupo de danza tradicional en el pabellón de Emiratos, diseñado por Santiago Calatrava. FRANCISCO CARRIÓN

Acciona es una de las empresas con mayor presencia en el país. En consorcio con Alstom y Gulermak, ha construido la extensión del metro de Dubái hasta la Expo, un trayecto de 15 kilómetros cuya apertura completa coincidió con la inauguración de la exposición el pasado octubre. Según ha podido saber El Independiente, la multinacional de los Entrecanales ha ejecutado el interior de 52 pabellones de ExpoDubái, entre ellos, el de Emiratos cuyo diseño corre a cargo del estudio de Santiago Calatrava y el de Sostenibilidad, una de las banderas de la cita. Es un jugador clave en el sector de las desaladoras.

La huella española

Extramuros de la exposición, proceden de España los revestimientos de los alojamientos más lujosos del país -comenzando por el Burj al Arab, el único hotel de siete estrellas del planeta-; las plantas desalinizadoras y los parques solares que marcan un futuro energético alejado de los combustibles fósiles; las clínicas dentales más modernas; las escuelas de negocios más reputado o el centro oftalmológico más afamado.

Emiratos es el cliente número 30 de España, el segundo en Oriente Próximo por detrás de Arabia Saudí, según datos de la oficina comercial española en Dubái proporcionados a este diario. En 2020, marcado por la propagación del coronavirus, las exportaciones españolas de bienes ascendieron a 1.509,5 millones de euros. Las importaciones, entretanto, apenas superaron los 300 millones de euros. En total, más de 5.000 empresas españolas hicieron negocios en Emiratos. En los tres primeros trimestres de 2021, las exportaciones acariciaban los 1.300 millones.

Dubái desde el Borg Jalifa, uno de los techos del mundo. FRANCISCO CARRIÓN

Las principales exportaciones procedentes de la península se concentran en máquinas y aparatos mecánicos, aparatos y material eléctrico, vehículos, perfumería y semillas. La mitad de las importaciones son productos energéticos. El objetivo de la visita de este miércoles es precisamente reforzar esa presencia y la apuesta por sectores atractivos para los emiratíes como el agua, las energías renovables, el hidrogeno, el turismo, el aeronáutico o la defensa, donde Emiratos es uno de los principales compradores de armas del planeta. Muestra de la salud española, la Cámara de Comercio de España en Emiratos, que presume de ser la más potente de las cámaras españolas en África y Asia, cuenta en la actualidad con 106 empresas.

Las principales exportaciones españolas se concentran en máquinas, aparatos y material eléctrico, vehículos y perfumería

Aqualia o Abengoa son otras de las marcas que se han abierto camino por la federación, con 10 millones de habitantes de los que el 90 por ciento es extranjero. Aqualia gestiona desde una década el sistema de saneamiento de Al Ain, una urbe de más de 700.000 habitantes en la frontera con el sultanato de Omán. También se encarga del saneamiento de Abu Dabi y las islas adyacentes de Al Reem, Al Maryah y Al Saadiyat -donde se ubica la sucursal del Louvre y se levanta la del Guggenheim-. La española administra, en total, 1.320 kilómetros de redes y 54 estaciones de bombeo de agua residual en la capital de Emiratos, la que ja sido desde agosto de 2020 la residencia de Juan Carlos I.

Abengoa, por su parte, ha completado a principios de este año la construcción de tres campos solares en el Mohammed bin Rashid Al Maktoum Solar Park, el mayor complejo solar del mundo. Su instalación oculta cifras astronómicas, de récord: 160.000 toneladas de estructuras y 86 colectores cilindroparabólicos a la semana. La compañía sevillana, que se encuentra en concurso de acreedores, aterrizó en Abu Dabi con “Shams”, una planta termosolar de 100 megavatios inaugurada en 2013. También opera en el sector de la mayor desaladora de ósmosis inversa del planeta, emplazada en Abu Dabi y capaz de producir unos 909.000 metros cúbicos al día, suficiente para cubrir las necesidades diarias de 1,5 millones de vecinos.

España ha despuntado en sectores como el transporte, las infraestructuras, la energía, la ingeniería, el medio ambiente, la consultoría o el turismo. Desde La Moncloa insisten es que el viaje, en el que participa también el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, es llevar las relaciones económicas con Emiratos “a otro nivel”. Entre los varios memorandos que se rubricarán, figura el Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones que lleva negociándose desde 2003 y que persigue estrechar el “clima de confianza” entre ambos países. Fuentes gubernamentales reconocen que no ha sido una negociación sencilla, pero resulta vital para ampliar el catálogo español en tierras emiratíes.

Visitantes en Dubai Mall, durante algunos años el mayor centro comercial del planeta. FRANCISCO CARRIÓN

A la caza de los fondos soberanos

La misión es de ida y vuelta. El Gobierno de coalición también quiere vender las bondades del país, regado ahora por los fondos europeos para el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Y pescar inversiones entre los fondos soberanos emiratíes, unos gigantes que mueven carteras por valor de 1,3 billones de euros, ligeramente por encima del PIB de España en 2021 (1,2 billones). La delegación económica se reunirá con tres fondos, entre ellos la Abu Dhabi Investment Authority o Mubadala Investment Company.

Mubadala posee ya Cepsa y participa en Glovo

Las inversiones emiratíes en España resultan ya destacadas. En 2019, la última cifra disponible, alcanzaron los 6.148 millones de euros. Mubadala controla el 100 por cien del accionariado de Cepsa y a finales de 2019 en la compañía de reparto a domicilio española Glovo a través de una ronda de inversión. El principal reto es lograr la creación de compañías de capital mixto, en sectores como el agroalimentario. El propósito del Gobierno es seguir incentivando la llegada de capital emiratí, explotando los atractivos de un país que conocen por ser el lugar de vacaciones de algunos príncipes y el destino de aficiones como la cetrería.

Tras el parón que impuso el inicio de la pandemia, la economía de Emiratos -más diversificada que la de los países vecinos- muestra síntomas de rápida mejoría. Según FocusEconomics, la celebración de ExpoDubái está actuando como una palanca para la recuperación del turismo y del alicaído sector inmobiliario de Dubái, que ante la ausencia de oro negro fio su potencial al ocio y la creación de un nudo de comunicaciones, aprovechando su situación estratégica entre Asia, África y Europa.

El centro de análisis económicos prevé para este año un crecimiento del PIB por encima del 4,5 por ciento, animado por “la alta tasa de vacunación y la exposición universal además de la agenda reformista del Gobierno”. El aumento de los precios del petróleo y la intensificación de la diversificación también han contribuido al despegue.

En un panorama que parece soplar a favor, España busca aprovechar el impulso de un país de tribus nómadas a los que transformó el hallazgo del petróleo. Desde Asisa hasta Barceló, Meliá Amadeus o Cosentino, el fabricante de superficies para la arquitectura y el diseño con sede en Almería, ofrecen ejemplos de éxito. Desde la Cámara de Comercio, dibujan algunos de los nichos que pueden ocupar las compañías patrias: la industria agroalimentaria, el agua; las infraestructuras de transporte; el sector sanitario o el petróleo y el gas que todavía supone un tercio de su PIB.