La Comisión Europea ha publicado este jueves sus previsiones macroeconómicas de invierno. En términos de crecimiento de PIB, el organismo ha mantenido sus perspectivas con respecto a España prácticamente en el mismo lugar que en otoño, esto es, muy alejadas de las del Gobierno y también enormemente distanciadas de su informe anterior.

Bruselas espera que la economía española crezca un 5,6% en 2022, lejos del 7% que espera el Ejecutivo y tan solo una décima por encima de lo que pronosticó en noviembre (5,5%). En 2021, el PIB español avanzó un 5%. Para 2023, la Comisión avanza que crecerá un 4,4%, lo mismo que recogía en su informe anterior. Con respecto a 2023, el Gobierno aún no tiene previsiones. Aun así, sería el mayor crecimiento de toda la UE solo por detrás de Malta, este año, y uno de los tres mayores el próximo.

Como principales impulsores de ese crecimiento, los expertos citan la recuperación del consumo privado y la inversión, por el ahorro acumulado durante la pandemia y también por las subidas de las pensiones, así como por el impacto de los fondos europeos. A la vez, la recuperación del turismo internacional debería impulsar la economía. Todos estos datos le llevan a pensar que España recuperará su nivel de PIB previo a la pandemia en el último trimestre de 2022.

El IPC de 2022 superará al de 2021 en medio punto

La Comisión sí ha modificado considerablemente sus cálculos de inflación para España. Cree que el IPC español se situará en el 3,6% de media en 2022, por encima del del año que acaba de terminar (cuando se situó en el 3,1%) (y 1,5 puntos más de lo que estimaba en noviembre), y que en 2023 se moderará hasta el 1,1% (cuatro décimas más que en el último informe).

A nivel europeo, Bruselas espera que la UE crezca un 4% en 2022 y un 2,8% en 2023, después de haber avanzado un 5,3% en 2021. En la zona euro, la expectativa es que el PIB sume un 4% en 2022 y un 2,7% en 2023. La UE recuperó su nivel de PIB prepandemia en el tercer trimestre de 2021 y la institución espera que, a nivel individual, todos los países consigan lo mismo a finales de este año.

La Comisión explica que el crecimiento económico se ha ralentizado más de lo esperado debido al repunte de los casos de covid, los altos precios de la energía y la crisis de suministros a nivel internacional. El crecimiento, así, está viéndose condicionado por la pandemia, con los sistemas sanitarios de un puñado de países bajo presión, así como por los problemas logísticos y los cuellos de botellas, la falta de semiconductores y de algunos metales, que van a continuar afectando a las economías al menos durante la primera mitad del año. A la vez, no espera que los precios de la energía bajen pronto, lo que llevará a que la inflación continúe elevada.

Del lado de la inflación, la Comisión espera que en la zona euro crezca del 2,6% en 2021 (2,9% en la UE) al 3,5% en 2022 (3,9% en la UE), para entonces caer al 1,7% en 2023 (1,9% en la UE). El pronóstico para 2022 está muy por encima del objetivo del Banco Central Europeo de mantenerla cerca pero por debajo del 2%. Son previsiones que ha revisado considerablemente por los altos precios de la energía, pero también porque estos altos precios se han trasladado a otros bienes desde otoño.

La medidas de contención de la pandemia y la falta de mano de obra podrían lastrar la economía de toda la UE, así como afectar a las cadenas de suministro más de lo esperado. A la vez, el consumo de los hogares podría crecer más de lo esperado, como sucedió cuando las economías "reabrieron" en 2020, generando un mayor impulso a la actividad. Asimismo, la inflación podría ser mayor de la esperada si las subidas de los costes se trasladan a los consumidores durante más tiempo de lo esperado.