Mientras Telefónica busca fórmulas para poder dar entrada a un socio industrial a su televisión de pago, el Gobierno monitoriza todos los movimientos de esta operación. Vivendi se ha convertido en una de las opciones para adquirir parte de Movistar+, pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ve con buenos ojos que aterrice en uno de los activos más importantes de la corporación española. 

Los motivos son muchos y de calado. El primero de ellos, tal y como sucede en Prisa, el Gobierno de coalición es reticente a que una televisión con millones de abonados caiga en manos extranjeras, tal y como explican fuentes conocedoras de la situación. La irrupción del conglomerado francés en Prisa ya puso en alerta al Consejo de Ministros y, más aún, cuando tiene que decidir si ha de permitir que Vivendi pueda adquirir hasta el 29,99% de los títulos de la editora de El País o Cadena Ser. Por ahora, el Gobierno está en plazos y aún faltan varias semanas para que la sociedad gala tenga el plácet del Ejecutivo.

Precisamente, el que pueda tener el control de dos corporaciones es una idea que no gusta en el Palacio de la Moncloa. Las conversaciones ya han comenzado entre el Gobierno y el equipo de Álvarez-Pallete para conocer las intenciones de Telefónica al respecto y encontrar una cooperación fructífera. Es aquí donde entra Atresmedia. Según avanzó Lainformacion.com, el grupo mediático español ha sondeado la posibilidad de comprar un paquete accionarial de Movistar+ y ser el aliado de la operadora española en la nueva hoja de ruta marcada por la dirección de Distrito Central. 

El factor ideológico, cuentan las fuentes consultadas, también pesa a la hora de que el Gobierno haya contactado con Telefónica para conocer las posibilidades de que Vivendi acabe siendo socio industrial en la televisión de la operadora. El grupo francés se convirtió en el aliado perfecto de Marine Le Pen y su partido político (Rassemblent National) en las últimas elecciones francesas por lo que su sintonía con la extrema derecha podría suponer un “grave problema” para el Ejecutivo, explican voces del sector de las telecomunicaciones. 

Vincent Bolloré es la cabeza visible de Vivendi y tiene una larga trayectoria empresarial, financiera y mediática. El directivo fue consejero del Banco de Francia y llegó a presidente de la empresa familiar, Papeteries Bolloré, en 1981, firma que empezó a cotizar en 1985 y sobre la que construyó su imperio. Sus negocios actuales incluyen la firma de comunicación y marketing Havas (que preside su hijo Yannick), Universal Music Group (discográfica muy rentable que separó de Vivendi, sacó a bolsa en septiembre y de la que tiene un 18%), o Blue Systems, con la que fabrica baterías para autobuses. Tras apostar durante años por los videojuegos de Ubisoft, en 2018 vendió su participación del 27,3% a varios inversores, entre ellos Tencent, por 2.000 millones de euros.

El patrimonio que maneja la familia, según Forbes, alcanza la fortuna de 7.600 millones de euros y su conglomerado tiene una capitalización de 14.000 millones en bolsa. Según sus cuentas anuales, el 32% de sus ingresos proceden de los medios de comunicación, entre los que destacan Canal+, Prisa o la agencia Havas. 

El sector político de Prisa se mueve

Dentro de Prisa los movimientos también se suceden. A pesar de que oficialmente el grupo editor no quiere valorar posibles movimientos de uno de sus principales accionistas, espera nuevos movimientos corporativos para aparecer en escena. La compañía, que se encuentra inmersa en nuevos retos audiovisuales desde hace varios meses -tal y como avanzó este medio-, ultima la llegada nueva división de contenido para televisión y radio. 

El grupo editor entiende que el nuevo escenario que se ha abierto en Movistar+ podría beneficiar a la compañía ya que, de entrar Vivendi, podría ser un proveedor de contenido durante los próximos años. No obstante, fuera de la posición oficial, varios cargos de peso de Prisa tampoco ven con buenos ojos el aterrizaje del grupo francés en la televisión de Telefónica y anhelan que la empresa pueda ser socio de José María Álvarez-Pallete.

Los hombres de confianza de Pedro Sánchez que tiene en Prisa creen que, al igual que el pensamiento de Moncloa, Movistar+ no puede caer en manos de Vivendi. El ala socialista del grupo editor con Javier de Paz, Miguel Barroso y Rosauro Varo a la cabeza, consideran que sería una gran oportunidad para que la compañía iniciase un “proyecto visible e importante” en España de la mano de Telefónica, tal y como explican fuentes del sector de las telecomunicaciones. No obstante, fuentes de la empresa dueña de Cadena Ser y El País “ven complejo” este encaje debido a la “difícil situación económica” por la que atraviesa la cotizada española.