Ana Botín, presidenta del Banco Santander, ha asegurado que la exposición de la entidad a la guerra en Ucrania es limitada y la ha cifrado en 80 millones de euros. El banco ha realizado un análisis “bajo el supuesto de que no habrá mayor escalada y que la invasión se limitará a Ucrania”.

Además, la presidenta ha afirmado en la Junta de Accionistas celebrada este viernes que el banco "cumple con todas las restricciones y sanciones" impuestas a Rusia por la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos.

Además, ha resaltado la importancia de que los bancos cuenten con la taxonomía y regulación para la financiación verde "cuanto antes" para saber "qué préstamos son compatibles con los objetivos de descarbonización del banco" y se pueda financiar la transición energética a fin de reducir la dependencia de la UE al petróleo y gas rusos.

En su discurso, Botín también ha recordado que Rusia es un "importante productor" de aluminio, níquel y paladio, así como uno de los principales exportadores junto a Ucrania de cereales y fertilizantes, lo que puede llevar a agravar la crisis en sectores como el de la automoción y a incrementos en los precios de alimentos y materias primas como ya está sucediendo.

De este modo, ha considerado que una inflación significativa "afectará a todas las economías" y ha sostenido que los bancos centrales "tienen que definir sus políticas monetarias considerando un escenario de mayor inflación y, al mismo tiempo, el riesgo de un menor crecimiento económico".

"No es una tarea fácil y requerirá un mayor protagonismo de las políticas fiscales para controlar los desequilibrios que traerá consigo la guerra", ha afirmado.

Por su parte, el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, espera que el conflicto entre Rusia y Ucrania tenga "impactos limitados" para el grupo, aunque ha reconocido que las posibles consecuencias en la evolución del negocio y los resultados del banco son "altamente inciertas", dado que se desconoce tanto la duración como la posible extensión del conflicto bélico.

El consejero delegado ha asegurado que la situación de partida de Santander es "muy sólida". "Tenemos una excelente posición de liquidez y capital. No tenemos apenas exposición directa a Rusia y Ucrania y estamos reforzando los controles ante posibles amenazas en el ámbito operativo (ciberseguridad y blanqueo de capitales). También estamos aplicando con rigor las sanciones internacionales establecidas y hemos comunicado que no haremos nuevo negocio con empresas rusas", ha recordado.

En cualquier caso, los impactos esperados de la situación geopolítica, si bien serán "limitados", se distribuyen de forma asimétrica por regiones, siendo Europa el área que, en principio, puede verse más afectada por un crecimiento económico inferior al previsto, lo que podría implicar una menor actividad y afectar a la calidad crediticia.

"No obstante, las probables subidas de tipos de interés, unidas al proceso de transformación y mejora operativa que estamos llevando a cabo, deberían reflejarse en una mayor rentabilidad de la región", ha afirmado Álvarez.

El directivo ve "buenas perspectivas de crecimiento económico" en Norteamérica, que impulsarán las producciones del segmento de consumo en Estados Unidos y una vuelta al crecimiento de la actividad crediticia en México, mientras que la nueva situación tendrá un impacto "neutro o positivo" en Sudamérica. "El aumento de las exportaciones de materias primas a precios más elevados, junto con la consecuente apreciación de sus divisas, se deberían reflejar en nuestros resultados", ha apuntado.

En este escenario, el consejero delegado ha puesto en valor que, en cierta manera, Santander se ve protegido ante posibles escenarios adversos por su diversificación geográfica, que le "debería permitir obtener unos resultados sólidos y recurrentes y seguir mejorando la rentabilidad".

El consejero delegado ha finalizado su intervención en la junta asegurado que todo el equipo de Santander seguirá trabajando "incesantemente" para mantener la confianza de los accionistas, para ofrecerles una rentabilidad "atractiva" y para servirles "de la mejor manera" tanto a ellos como a los clientes y a la sociedad en general. "Creemos que es lo que debemos hacer, más si cabe, en situaciones excepcionales como las que nos está tocando vivir en los últimos tiempos", ha reconocido.