Los bancos europeos tienen un impacto directo limitado a la guerra en Ucrania, tal y como ha asegurado la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, advierten que hay claros riesgos a medio plazo. Esta es la conclusión del panel trimestral de riesgos del cuarto trimestre publicado hoy viernes por la EBA, los riesgos de primera ronda derivados de la invasión rusa en Ucrania “no constituyen una amenaza fundamental para la estabilidad del sistema bancario de la UE, pero los efectos de segunda ronda pueden ser más importantes”.

Uno de esos riesgos importantes, según informa la autoridad bancaria, es el relacionado con los ciberataques. Asimismo, las fake news (noticias falsas) también suponen un riesgo importante “a medio y largo plazo” para las entidades financieras.

Según los datos de la EBA, los bancos del Viejo Continente están expuestos a Rusia y Ucrania por solo el 0,3% de los activos totales, concentrándose el mayor volumen en unos pocos países como Francia, Austria e Italia, un impacto directo "manejable”. En cifras absolutas, ese porcentaje es 76.000 millones de euros en Rusia y 13.000 millones en Ucrania, según los datos del cuarto trimestre de 2021. Los bancos austriacos y húngaros tienen más del 2% de la exposición total en los países en guerra.

Para los bancos españoles la exposición directa es muy baja, ya que en Rusia, Ucrania y Bielorrusia apenas suman unos 1.675 millones de euros.

La EBA explica que los principales riesgos son por la existencia de entidades subsidiarias en suelo ruso y ucraniano y mediante los contratos firmados a través de contratos y anticipos de liquidez. Además, alerta de que si se alarga el conflicto bélico, las consecuencias serán mayores y se traducirán en un menor crecimiento económico menor, un impacto por la sanciones y un efecto en la cadena de suministros. También alertan de que si sigue la guerra el precio de la energía y de las materias primas seguirá subiendo.

La autoridad supervisora ​​destaca que una mayor inflación y una disminución del crecimiento podrían disminuir los efectos positivos para los bancos derivados del aumento de los tipos de interés.