Las asociaciones de autónomos, a las puertas de cerrar el nuevo sistema de cotización para 3 millones de trabajadores

Las asociaciones de autónomos están ahora más cerca que nunca de ponerse de acuerdo sobre el nuevo sistema de cotización que regirá al colectivo durante los próximos tres años. Pero aún no lo consiguen, y si hace unas semanas parecía evidente que el pacto llegaría antes de que terminase junio, ahora ninguna de las partes se atreve a aventurarse con ninguna fecha concreta.

Los representantes de las asociaciones de autónomos que están negociando el nuevo sistema con el Ministerio de Seguridad Social esperan cerrar un trato antes de marcharse de vacaciones. Eso sí. La duda es cuándo podrán hacerlo. Idealmente, la semana que viene sería una fecha prudente. ATA ya daba el tema por zanjado el pasado lunes, tras seis meses de reuniones y avances en las que esta organización, adscrita a la patronal CEOE, era quien más trabas ponía al nuevo sistema diseñado por Escrivá.

Lo que no esperaban los negociadores es que las tornas cambiasen y que fuese Uatae, la asociación ligada a CCOO, quien dificultase el acuerdo en el último momento. Porque, aunque desde el Ministerio prefieren no comentar qué está frenando el pacto -"seguimos trabajando en ello", se limitan a afirmar-, otras fuentes de la negociación apuntan a Uatae, la organización dirigida por María José Landaburu y que desde el principio era favorable al planteamiento de Seguridad Social, como el actual escollo.

Desde la propia Uatae lo confirman, y son claros al respecto: ven insuficiente la propuesta actual. "Nosotros tal y como está la actual propuesta no la aceptamos", aseguran desde unión de autónomos. ¿Qué falla para ellos? Fundamentalmente, tres cosas: las cuotas para aquellos que menos ganan, que estiman que deberían bajar más; los subsidios y el cese de actividad -o "paro" del autónomo"-, que creen que deben definirse mejor, y la inclusión en la nueva ley de que después de nueve años los autónomos se desprenderán del sistema de tramos que ahora va a aprobarse, para pasar a cotizar por ingresos reales.

"Queremos que eso aparezca reflejado en el texto, para que otro gobierno que pudiera llegar al poder no deshaga la medida", apuntan, señalando que se trata de fijar que los autónomos pasarán a cotizar con un modelo mucho más parecido al de los asalariados, como se está pactando. Hasta ahora, afirman, es algo que no ha aparecido en los borradores del anteproyecto de ley que el Ministerio les ha hecho llegar -de los que ya se ha hecho eco este medio-.

Ellos no ven tan próximo el acuerdo porque, según denuncian, todo sigue "igual que la semana pasada, no ha habido movimiento". Entienden que el Gobierno está estudiando la situación y analizando cuál será su próximo movimiento si quiere conseguir que Uatae esté en el acuerdo final. Desde el principio en el Ministerio de Escrivá han insistido en que su voluntad es que las tres asociaciones que han participado en la negociación estén en el acuerdo, como ya consiguió con la reforma de las pensiones el verano pasado, y como logró también el Ministerio de Trabajo con la reforma laboral.

La duda, sin embargo, está ahí. "No sabemos si quizá tirarán adelante sin nosotros", dicen desde la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae). Además de lo mencionado, la organización echa en falta un subsidio para los mayores de 52 años, como el que existe para los asalariados, y más derechos relativos a los permisos de paternidad y maternidad del autónomo.

Por ahora, lo único claro es que ya no hay reuniones convocadas y que los contactos ya son solo telefónicos. Con ellos, las partes están corrigiendo el borrador del anteproyecto de ley, estudiando el detalle. "Mandamos una cosa, nos devuelven otra, la volvemos a enviar... son muchos los flecos. Simplemente se está trabajando a ese nivel: 'ahora propongo esta redacción', 'no, mejor esto'", explican desde ATA, quienes también confirman que no ya no hay grandes desacuerdos.

La negociación continúa con el nuevo secretario de Estado tras la dimisión de Arroyo

Las asociaciones están teniendo que terminar de pactar el nuevo sistema de cotización para el colectivo sin la persona que ha capitaneado la negociación hasta ahora, el ya ex secretario de Estado de Seguridad Social Israel Arroyo. Arroyo dejó el cargo agotado tras la pandemia, donde lideró las arduas negociaciones de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y también la primera parte de la reforma de las pensiones, aprobada en julio. Le siguió la negociación del mecanismo de equidad intergeneracional, el que busca asegurar la sostenibilidad futura de las pensiones, que se firmó en noviembre solo con los sindicatos, y el nuevo sistema de autónomos.

Desde su entorno insisten en que su dimisión no ha tenido que ver con ningún tipo de mala relación con el ministro Escrivá y que se trata de puro agotamiento. En esa línea, defienden que ha pedido volver a su trabajo anterior, en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), y descartan los rumores de que pudiera entrar a presidir el Instituto Nacional de Estadística (INE) en sustitución de Juan Rodríguez Poo, que dimitió la semana pasada en medio de acusaciones de injerencia por parte del Gobierno tras una cruenta guerra de cifras.

Quien ahora continúa al frente de la negociación es su sustituto, el hasta ahora director general de Ordenación de la Seguridad Social, Borja Suárez, que desde el principio ha acompañado a Arroyo en la primera línea de la elaboración y negociación del nuevo sistema. A él lo reemplaza José Fernández Albertos, que se incorporó en 2020 como vocal Asesor al Gabinete del Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.