El inicio de la campaña de aguacate 2023/2024 agota sus prolegómenos. A una semana de diciembre, los productores valencianos ya han cogido sus primeros frutos, "de un calibre aceptable y a un precio razonable"; mientras que los agrarios andaluces, en su mayoría procedentes de Málaga -más concretamente de la Axarquía-, aguardan con ciertas dudas la colecta del bacon, la variedad más tempranera: "Todavía estamos dándole vueltas".

Andalucía y Comunidad Valenciana esperan de diferente manera a la cosecha del hass, la clase del 90% de la producción de aguacate que se cultiva en España y que en condiciones normales se extiende de diciembre a mayo. Por un lado, Benjamín Faulí, responsable de frutas tropicales de ASAJA Málaga, señala en conversación con El Independiente las dificultades provocadas por la sequía: "Si no llueve se puede perder una parte muy importante de la producción". Por otro lado, Celestino Recatalá, presidente de ASOPROA (Asociación de productores de aguacates de Valencia), encara la recogida con otro todo: "Nuestra ventaja es que aquí no hemos sufrido nada por el agua".

La situación de los aguacateros de la provincia de Málaga, que concentran el 40,1% de la superficie total de este árbol tropical en España, va más allá de la preocupación. La falta de lluvias ha obligado a aprobar restricciones y cortes de agua para reducir un 20% el consumo de agua en la zona de la Axarquía, por lo que la situación en el campo es muy delicada. Los pantanos malacitanos se encuentran al 18,3% de su capacidad. La Viñuela, el embalse que riega la Axarquía, es el más afectado por la sequía, ya que se encuentra al 7,6% de su cabida, lo que ha provocado una reducción del caudal.

"Hay más conexiones para poder sacar agua desde arriba porque en la parte de abajo hay más fango que otra cosa y con eso no se puede regar", explica Faulí, que apunta a implementar los métodos para extracción de líquido elemento mientras las precipitaciones no acompañen: "Hay que intentar mejorar las depuraciones ya existentes para tener agua más limpia o esperar a que se amplíe la infraestructura. Pensar en trasvases parece imposible, a ver de dónde. Imagínate ir al embalse de Iznájar (Córdoba) a pedirles agua, salen con las escopetas y las ametralladoras porque allí están igual de mal que nosotros".

La utilización de agua depurada no es la solución para los regantes de Málaga. Se trata de agua desalinizada, procedente del mar, "hay bastantes fugas y se cuela sal que no es buena para el aguacate", comenta Faulí, que señala que a medio plazo, "todas las sales se van acumulando con los años y pueden provocar un colapso del suelo, por lo que se quedaría una tierra de muy mala calidad que habría que regenerar con el tiempo".

¿Ha estallado la burbuja del aguacate?

Las dificultades sufridas por los productores de aguacate en las últimas campañas ha puesto en el foco su actividad. La penúltima campaña en Málaga fue mala, la última peor y la que viene está a la espera de que llueva para que se salven todas las plantaciones posibles. "La gente tiene que saber que el terreno de regadío que hay es el que es, y no se pueden poner aguacates en todos lados, por lo que nunca se puede hablar de burbuja de aguacate", asevera Faulí.

El mercado de las frutas tropicales está liderado por el aguacate. En los últimos años, su cultivo en España ha experimentado un notable crecimiento, impulsado por la creciente demanda tanto a nivel nacional como internacional. La superficie nacional destinada al cultivo del aguacate abarca 19.519 hectáreas, de las que un 99,29% son de regadío (19.381 ha) y un 0,71% de secano (138 ha), según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

De 2011 a 2020, la superficie de cultivo de aguacate aumentó un 50,1% en España. El boom del aguacate ha transformado a la fruta de un cultivo alternativo a uno de los grandes negocios del campo. Muchos productores de cítrico quieren una vía que aporte mayor estabilidad a sus tierras, sin los altibajos propios de sus producciones tradicionales; sin embargo, esta expansión está limitada geográficamente por el clima. Como fruta tropical que es, el viento y las heladas acaban con el aguacate.

La Comunidad Valenciana, segunda región con más superficie de aguacate en España con 2.310 hectáreas, ha incrementado a razón de 250 hectáreas anuales sus cultivos en los dos últimos años. "Todas las zonas nuevas de aguacate son alternativas al cítrico, que es de regadío de toda la vida y que tiene las mismas necesidades hídricas: 5.500 metros cúbicos de agua por hectárea al año", explica Recatalá.

La publicidad del producto y la divulgación y demostración de los valores nutritivos y saludables del aguacate han conquistado al público. Su consumo ha crecido más de un 1.000% en la última década, con un promedio de 1,5 kg por persona y año. España sólo cubre el 10 % de la demanda europea de aguacate y cada vez son más los que se quieren adentrar en la mina de oro de la agricultura, "nuestra competencia se ha duplicado en los últimos cincos años", añade Recatalá, que insiste en que para poder abarcar al mayor público posible "es fundamental la mejora y profesionalización constante de toda la red y de la industria en general".

Faulí, responsable de frutras tropicales de ASAJA Málaga, sentencia: "No hay aguas ni para cítricos, ni para berenjenas, ni para pimientos ni para aguacates. No hay demasiados árboles, es que no llueve".