"Está en falta". Es una de las expresiones cade vez más frecuentes de los farmacéuticos. Dar con el medicamento recetado por el médico se ha convertido en algo no tan sencillo para algunos pacientes. En el primer semestre del 2023 había problemas de escasez con 1.532 presentaciones de las 32.893 autorizadas, según el último balance de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps). Es un 26% más que en el mismo período del año anterior, cuando el número de presentaciones con problemas era de 1.213.

En conjunto, se trata de un porcentaje minoritario, pero que puede causar algún quebradero de cabeza. La búsqueda de alternativas se ha convertido en el día a día de las oficinas de farmacia. Un solo fármaco puede contar con múltiples formas como cápsulas, comprimidos, envases con distinto número de unidades o de dosis. "Se trata de situaciones que conllevan una molestia y sobrecarga de trabajo a los profesionales sanitarios, por lo que la Aemps también trabaja para mitigarlos", reconoce el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad.

Ahora, el pico de afecciones como consecuencia de la gripe podría haber elevado la cifra. Desde la Aemps recuerdan que "en la gran mayoría de los casos, el problema no tenía repercusión en el tratamiento del paciente por ser de corta duración o contar en el mercado con otro medicamento comercializado con el mismo principio activo y la misma vía de administración". En total, estos suman 790 presentaciones.

Aunque hay casos muy minoritarios en que esto no es posible. Las faltas de medicamentos de impacto mayor, las que pueden causar un mayor trastorno a los pacientes que los necesitan, representan un 0,48% del total de presentaciones autorizadas. Eso sí, ahí la Aemps toma cartas en el asunto para que ningún paciente vea interrumpido su tratamiento.

En el primer semestre de 2023, la Aemps tuvo que realizar 232 autorizaciones de comercialización excepcional, 161 contactos con titulares de autorización de comercialización (TAC), 63 paradas de exportación a terceros países (frente a las 17 del mismo período de 2022), 43 paradas de exportación a Estados miembros de la UE (frente a ninguna de 2022) y 41 importaciones de medicamentos extranjeros no autorizados en España (frente a las 12 del mismo semestre del año anterior).

En este último grupo había un medicamento utilizado en casos de emergencia en el tratamiento de hipoglucemia grave y otro que se utiliza para la exploración de fondo de ojo. Asimismo, inició tres expedientes sancionadores a los TAC por cesar el suministro de ciertos medicamentos.

La Aemps también contactó con varios titulares de autorización de comercialización para requerir la modificación de los planes de prevención de problemas de suministro de los medicamentos estratégicos recibidos durante el semestre anterior.

Por categorías, 320 medicamentos con problemas de suministro eran relativos al sistema nervioso; otros 230 trabajan como Antiinfecciosos para uso sistémico; 270 afectan al sistema cardiovascular; 155 son Agentes antineoplásicos e inmunomoduladores; 117 de tracto alimentario y metabolismo; y otros 100 de sistema respiratorio.

Entre las intervenciones más destacadas por parte de la Aemps están las referidas a medicamentos como el Depakine -de la casa Sanofi-, indicado para epilepsias. Ante los problemas de capacidad en la planta de fabricación la Aemps gestionó la importación de mediación extranjera. Aunque al tratarse de un problema global, la gestión de importación de unidades de otros mercados se vio "dificultada en ciertas ocasiones", reconoce el organismo.

También tuvo que maniobrar para asegurar el suministro de Septrin pediátrico, indicado para el tratamiento y prevención de la neumonía; y de Hydrea, utilizado en el tratamiento de síndromes mieloproliferativos.

Las causas

Las principales causas que motivan los problemas de suministro ocasionados durante el primer semestre del año pasado fueron los problemas de capacidad de la planta, con el 33,3%. También entró en juego el aumento de la demanda (24%); y los problemas de fabricación no derivados de problemas de calidad (20,4% del total de las notificaciones). Solo un 6,9% tenía relación con el suministro de principios activos y un 6,2% con problemas de calidad.

"Además de lo anterior, la estacionalidad -como ha ocurrido en las últimas semanas- genera una multiplicación de la demanda y en algunos casos se rompen los stocks de seguridad de las compañías, aunque haya habido previsiones estas pueden fallar", explica Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria.

Los problemas técnicos, añade Esteve, "responden en muchos casos a la globalización del mercado y suceden cuando falta algún componente del medicamento, ya sea un principio activo, un excipiente o un elemento de la vía de administración (aluminio, cristal, plástico…)". A veces estos problemas no afloran porque se subsanan gracias a los planes de contingencia de las compañías.

En la patronal aseguran que, hasta la fecha, sus compañías asociadas no han advertido de que se esté produciendo algún problema relacionado con la crisis del Mar Rojo, que está obligando a las navieras a reconducir sus barcos por otras rutas más largas para evitar los ataques de los grupos rebeldes hutíes.

Entre los laboratorios más afectados por los problemas de suministro recogidos por la Aems están casas tan conocidas como Viatris, Sanofi, Kern Pharma, Accord Healthcare, Bayer, Cinfa, Teva, Sandoz, Glaxosmithkline o Pfizer.

La burocracia y los problemas administrativos son otra de las claves que explican en ocasiones la falta de algún medicamento, en un sector especialmente regulado. "Cualquier modificación en aspectos como el etiquetado, condiciones de dispensación, composición u otras, necesita autorización administrativa", abunda Esteve.

Un laboratorio, por ejemplo, conocía con tres meses de antelación que iba a tener un problema de suministro por un componente durante dos meses, pero no podía solucionarlo porque si solicitaba autorización para modificar el envase, la luz verde tardaría seis meses y el problema de origen ya estaría solucionado.

Precios fijados

Al margen de circunstancias extraordinarias como la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la Covid, también hay explicaciones económicas, derivadas del coste del fármaco. "Esto es un problema en España, con el sistema de precios de referencia, que obliga a muchos medicamentos a no superar un umbral de precio (1,60 euros en muchos casos) y que aboca a algunas presentaciones a niveles de producción insostenibles", remarca Esteve.

Precisamente, los medicamentos estratégicos (críticos para el sistema sanitario y vulnerables porque su producción depende de uno o dos proveedores), son los que mayores problemas de abastecimiento registran. "Están en una gran proporción sujetos al sistema de precios de referencia en España y en muchos casos el precio (apenas un euro y medio, como te decía anteriormente), hace que estén en un mayor riesgo", añade el portavoz de Farmaindustria.

¿Y cuál es la solución? La patronal se decanta por que se revise su precio y que la Administración establezca una nueva cuantía. "No nos referimos a un precio libre, sino a uno intervenido (como ocurre con todos los medicamentos de prescripción en España) pero no sujeto al Sistema de Precios de Referencia", concluye.

También abogan por aprovechar mejor la información actualmente disponible con algún cambio normativo. "Hoy sería posible a través del Sistema Español Verificación de Medicamentos, conocer de manera agregada los envases de medicamentos fabricados y todavía no dispensados (pueden estar en las estanterías de los mayoristas o de las farmacias). Si la demanda crece súbitamente y se dispusiera de esta información, el fabricante puede tener una mejor previsión de las tendencias y actuar más rápidamente en la fabricación de nuevos envases", remata Esteve.