El Gobierno cierra filas en torno al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y ampara los ataques que protagonizó éste y otros miembros de Unidas Podemos contra varios periodistas y medios de comunicación a principios de verano, en el marco de las diversas informaciones que se publicaron sobre el 'caso Dina' y la campaña que protagonizó la formación morada especialmente en las redes sociales para situar a los profesionales que firmaban estas noticias dentro de las denominadas como "cloacas" mediáticas.

Esta es la conclusión que se desprende de las respuestas que ha dado el Ejecutivo de Pedro Sánchez a varias preguntas parlamentarias registradas por el PP -firman el documento los diputados Luis Santamaría y Carlos Rojas-, en que preguntan directamente si Moncloa comparte las declaraciones del vicepresidente segundo cuando llegó a tachar de "gentuza" a "profesionales de El Mundo, OK Diario y El Confidencial" o que tildase de "tipejo" al periodista Eduardo Inda por la publicación de informaciones sobre el escándalo judicial que salpica a Unidas Podemos y que investiga el robo de la tarjeta SIM a la ex asesora de la formación, Dina Bousselham.

En la respuesta del Gobierno publicada este lunes en el Boletín Oficial de las Cortes Generales no hay espacio para la interpretación. "En democracia es fundamental el respeto a la libertad de expresión", suscriben, y recogen además uno de los argumentos en que fundamentó Iglesias hace meses sus ataques a periodistas como Vicente Vallés: "Todos los poderes están sometidos a crítica", sostienen.

Las explicaciones del Ejecutivo han sido criticadas por varios portavoces de Génova en redes sociales y evidenciadas en rueda de por el secretario general del partido, Teodoro García Egea. "Sánchez liga su destino al de Iglesias", ha sentenciado, subrayando una de las tesis más explotadas en su estrategia de oposición al presidente del Gobierno.

Sobre las críticas a medios de comunicación vertidas por el dirigente de Unidas Podemos, el PSOE corrió entonces un tupido velo y evitó pronunciarse sobre la opinión del vicepresidente segundo. Entonces, lejos de retractarse, Iglesias pidió "naturalizar" no sólo la crítica, sino también el insulto a los periodistas por el hecho de tener "presencia púbica" y "responsabilidades en una empresa de comunicación".