Podemos está manejando todos los escenarios posibles con respecto al futuro judicial inmediato de su líder, Pablo Iglesias, por el "caso Dina" y uno de ellos es que llegue el suplicatorio al Congreso de los Diputados para que declare ante el Tribunal Supremo en calidad de imputado, tal y como ha pedido el juez de la Audiencia Nacional García-Castellón. Y aún en esa circunstancia, en el entorno del vicepresidente apuestan por "aguantar" a la espera de si llega la apertura de juicio oral con el argumento de que, al no tratarse "de un caso de corrupción, no tendría porqué dimitir" de su cargo en el Gobierno, "puede aguantar perfectamente", defienden.

Comparan su situación con la del diputado canario de Podemos y secretario de Organización, Alberto Rodríguez, que precisamente este martes debía comparecer ante el juez del Supremo Antonio del Moral. Rodríguez iba a acudir voluntariamente en calidad de investigado por un supuesto delito de atentado contra agentes de autoridad y lesiones en el contexto de una protesta en la que participó en 2014 contra el entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert, de visita en La Laguna (Tenerife). No obstante, ayer mismo decidió no acudir y esperar que pidan el suplicatorio al Congreso, lo que también viene a cerrar la puerta a la posibilidad, remota, aunque posibilidad, de que Iglesias hubiera pedido comparecer voluntariamente.

Es una circunstancia verosímil que le imputen y, posteriormente, archiven las diligencias", dicen los morados

Aunque creen que es una circunstancia "verosímil que le imputen y, posteriormente, archiven la diligencias" por los presuntos delitos de denuncia falsa, revelación de secretos y daños informáticos, Iglesias podría "aguantar" en la vicepresidencia primera hasta ese archivo. Ni siquiera el Código Ético de Podemos le obliga a dimitir desde que en la última Asamblea Ciudadana acordaron modificar ese punto, de modo que sólo se renuncia al cargo público en caso de ser procesado o condenado por delitos de corrupción, acoso sexual o violencia de género, entre otros.

Están convencidos de que, salvo la acusación de denuncia falsa, las otras dos decaerán en cuanto Dina Bousselham vuelva a prestar declaración y que la de simulación de delito acabe corriendo la misma suerte. Están a la espera de lo que diga la Fiscalía, porque aunque su dictamen no es vinculante, "hay que ver quién acusa" ya que la ex asesora de Iglesias ha ido cambiando sus sucesivas declaraciones para salvar a su antiguo jefe.

"El tema se desmonta bastante si escuchas en declaración a la víctima y la denuncia falsa necesita de unos hechos demostrados" agregan los mismos medios consultados a quienes no les cabe duda que el caso buscaba "perjudicar a Pablo y a Podemos".

En el mejor de los casos para Podemos, la Sala Segunda, que es de la que depende la petición de los suplicatorios y preside Manuel Marchena, "podría ordenar diligencias previas como escuchar a Dina antes de decidir sobre la imputación de Pablo". Y en función de esta declaración archivar el caso como el alto tribunal hizo con el máster del líder del PP, Pablo Casado.

El Supremo podría ordenar diligencias previas como tomar declaración a Bousselham

En el fondo, dicen, "Marchena es muy político y quiere ser presidente del CGPJ. Se ha sabido mover entre PP y PSOE y tiene amigos como Grande-Marlaska y Robles", dando a entender que no pondría en peligro la continuidad del gobierno de coalición si fuera "de buena fe". Pero es que, además, están convencidos en la formación morada de que "no hay caso Dina" que implique de ningún modo a Iglesias, salvo la "equivocación" de no devolverle la tarjeta de su móvil, lo que no es detalle menor.

García Castellón ha elevado la causa al Supremo al que corresponde pedir el suplicatorio de Iglesias en su condición de aforado. Ahora el alto tribunal dirimirá si hay caso contra el vicepresidente segundo y le llama a declarar en calidad de investigado para que acuda asistido de abogado. Moncloa dice apoyar a su vicepresidente segundo, hacia el que Pedro Sánchez asegura tener "absoluta confianza", pero sabe que el Grupo socialista no podrá rechazar el suplicatorio de pasar por la Cámara Baja. Otra cosa sería un escándalo mayúsculo en mitad de un fuerte enfrentamiento institucional entre el Ejecutivo y la Justicia.

Además, la situación de Iglesias ha dividido a los propios ministros socialistas, entre los que creen que su situación es insostenible y aquellos que defienden que la única manera de apuntalar el resto de la legislatura es que el líder de Podemos siga al frente como vicepresidente segundo. Eso sí, ambos sectores coinciden en que si el Supremo decidiera su imputación y posterior apertura de juicio oral su salida del Ejecutivo es inevitable, y habría que intentar salvar la coalición, aunque con muchas dificultades.