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Euskadi lleva el 'trauma' del Covid a su relato de memoria junto a la guerra o el terrorismo

El Instituto Gogora de Memoria, Convivencia y Derechos Humanos recabará testimonios de víctimas del coronavirus, como ya ha hecho con la documentación del impacto de la Guerra Civil o los años de violencia terrorista en el País Vasco.

Un enfermo de COVID-19 intubado. EFE

Es sin duda un hecho sin precedentes recientes que está marcando la vida de las generaciones actuales. La pandemia ha cambiado nuestro modo de vivir, nuestra forma de relacionarnos y la manera en la que construimos el futuro. El Covid-19 ha provocado sólo en el País Vasco casi 3.200 fallecidos en menos de un año. Un impacto dramático en forma de virus letal que el Ejecutivo vasco quiere incluir en su relato de la memoria histórica reciente de Euskadi. Lo hará como un capítulo más del legado histórico de las últimas décadas que se quiere dejar documentado para futuras generaciones a través del Instituto Gogora de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.

De esta forma, el coronavirus ocupará un episodio más en el relato e investigaciones de carácter histórico que elabora el Gobierno vasco y en el que compartirá espacio con otros acontecimientos dramáticos de gran impacto social como la guerra civil, la dictadura franquista o los años de violencia terrorista. El Instituto Gogora tiene previsto recabar y documentar este año al menos una veintena de testimonios de víctimas de coronavirus. La incorporación de la pandemia como un momento histórico relevante viene justificado por su impacto social como un “trauma” con gran repercusión en el conjunto de la sociedad vasca. La pandemia ha provocado en el País Vasco casi 124.000 infectados.

Hasta ahora este Instituto se había centrado en recabar testimonios de otros fenómenos históricos y otros más recientes, como la Guerra Civil, la violencia de ETA, los GAL y otras organizaciones de extrema derecha o los casos de vulneración de los derechos humanos durante la dictadura y la Transición. De igual manera, este centro ha llevado a cabo investigaciones para documentar el número de muertes e incluso la identidad de los fallecidos durante la contienda civil española y que sólo en Euskadi ha cifrado en casi 20.000 personas.

El objetivo es comenzar a dar pasos para dejar registrado el impacto de la pandemia a través de la recogida de testimonios de personas, al igual que se ha venido haciendo en otros trabajos de investigación en el que la grabación de testimonios de víctimas ha adquirido gran protagonismo.

Ley vasca de Memoria Histórica y Democrática

Además del coronavirus, este Instituto dependiente de Lehendakaritza, destinará parte de sus 2,09 millones de euros a poner las bases para el desarrollo de la ley de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi que el Gobierno de Urkullu quiere aprobar. La iniciativa legal aún se encuentra en fase de anteproyecto y debe abordar su tramitación parlamentaria. Con esta ley se busca regular las políticas públicas que se puedan poner en marcha para promover la reparación moral y “la recuperación de la memoria personal y familiar de quienes padecieron persecución o violencia por razones políticas, ideológicas o religiosas durante la Guerra Civil o la dictadura.

La norma aspira a ser el motor para activar acciones como la localización de fosas de represaliados durante la guerra y la dictadura o incluso identificar a posibles responsables de vulneraciones de derechos humanos cometidos en el periodo 1936 a 1978. Prevé incluso poder remitir a las autoridades policiales y judiciales los indicios que se pudieran recabar de la comisión de posibles delitos.

Este año el Ejecutivo vasco se ha propuesto dar impulso a la aprobación de la Ley vasca de Memoria Histórica. También se pretende acelerar la financiación de proyectos de investigación relacionados con la memoria histórica en el País Vasco. Para ello se incluyen convocatorias de subvenciones a asociaciones de recuperación de la memoria e instituciones como la Sociedad Aranzadi o la Universidad del País Vasco. Es a ésta última, a la UPV, a la que el Instituto Gogora financiará un convenio por un importe de 145.000 euros para que elabore un informe sobre la vulneración de derechos humanos en el periodo que va desde la Guerra Civil Española hasta la Transición, entre 1936 y 1978.

Junto a ello este centro del Gobierno vasco invertirá 110.000 euros este año a la retirada de la simbología franquista dentro de las labores de recuperación de la memoria histórica. Con este fin, la localización de fosas o de identificación de restos hallados y que pueden corresponder a desaparecidos en la guerra continuarán teniendo financiación pública. Tareas de recuperación de fosas comunes que en el País Vasco ha sido asignada fundamentalmente a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, a quien se destinarán 15.000 euros este año.

20.000 víctimas

La memoria del periodo bélico en España absorbe este año la mayor parte de la financiación. En 2021 se quiere publicar la base de datos de las víctimas mortales de la Guerra Civil –estimadas en 20.000- así como la redacción de los informes sobre los acontecimientos registrados en la contienda y que han sido solicitados por muchas familias.

Además, Gogora financiará con 110.000 euros a la explotación del Museo de la Paz de Gernika. En este centro se recrea y documenta el bombardeo de la villa vizcaína. Actualmente afronta una fase de renovación que se quiere dejar ultimada a lo largo de este año.

El Instituto también activará a lo largo de este año el concurso de ideas para la construcción de un centro memorial en recuerdo a los acontecimientos del 3 de marzo de 1976. Los graves incidentes ocurridos en la capital vizcaína, tras la carga de la policía contra una protesta de trabajadores, se saldó con cinco fallecidos.

Por último, uno de las acciones que el Ejecutivo quiere por fin poner en marcha este año es la iniciativa ‘Herenegun!’ en las aulas. Se trata de una unidad didáctica que aborda los años de violencia terrorista en Euskadi y cuya redacción obligó al Gobierno a reconsiderar su contenido. Las quejas de las asociaciones de víctimas, por el tratamiento que se daba a ETA, su origen y la escasa presencia de sus víctimas, obligó a rehacer la unidad con aportaciones de distintos colectivos. La pretensión del Ejecutivo vasco es poder ponerla en marcha de manera experimental este curso en 4º de primaria.   

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