Las declaraciones de Pablo Iglesias respecto al déficit democrático en España por tener presos a los condenados por el procés y las anteriores, comparando a Carles Puigdemont con el exilio republicano, responden, a juicio de los socialistas, a una estrategia para “intentar que gane las elecciones ERC" frente al candidato del PSC, Salvador Illa. Creen que el vicepresidente segundo sigue la estrategia de En Comu Podem, en concreto, la del portavoz del Grupo Confederal en el Congreso de los Diputados, Jaume Asens, al que consideran “muy cercano” al partido de Oriol Junqueras con "guiños" a las tesis soberanistas.

De hecho, Asens tiene interlocución directa con los republicanos independentistas, quienes les han trasladado su disponibilidad a ensayar un nuevo tripartito que incluya al PSC -eso sí, presidido por Pere Aragonès y no por el ex ministro de Sanidad- aunque ERC niega tal eventualidad e incluso habla de un intentar un gobierno monocolor en minoría que se antoja poco menos que imposible.

Antes tendría que ganar a la lista encabezada por Carles Puigdemont, que no sólo se le acerca peligrosamente, sino que hay sondeos, como el del Grupo Henneo, que apuntan a que podría terminar ganando finalmente las elecciones autonómicas para volver a dejar a los de Junqueras de fuerza subsidiaria del independentismo catalán.

Frente al llamamiento al "voto útil" de Illa

Quizá el llamamiento al “voto útil” que está realizando el candidato socialista sea visto como una amenaza por los comunes ante el temor de un trasvase de papeletas a las siglas socialistas, porque si bien varias encuestas apuntan que aguantan y que el "efecto Illa" es muy limitado, en Unidas Podemos admiten que un alto porcentaje de votantes no van a decidir el destino de su papeleta hasta llegar a las urnas el próximo domingo.

Esta estrategia que los socialistas atribuyen a los morados, con Iglesias de punta de lanza, se contradice con la declarada disponibilidad de Illa a intentar un gobierno de coalición en caso de ganar las elecciones siguiendo el modelo del Ejecutivo central. Tiene claro que se presentará a la investidura –“sí o sí”, dicen en el PSC- si saca más escaños que el segundo partido, pero “muy probablemente” también lo hará si gana en votos. No sería la primera vez que los socialistas catalanes son los más votados, como en las autonómicas de 1999, pero la aplicación de la LOREG, dado que Cataluña carece de ley propia, beneficia a las candidaturas independentistas en las provincias menos pobladas, esto es, Lérida y Gerona.

La campaña electoral ya arrancó mal entre los socios del Gobierno central cuando el líder de Podemos calificó a Illa de “candidato de los poderes mediáticos”. “En Cataluña es cierto, es un hecho”, afirmaron fuentes del entorno de Iglesias. Pero de ahí ha pasado a hacer “guiños” al independentismo, a juicio de los socialistas. En todo caso, mal no le fue a Pedro Sánchez cuando consiguió sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de este año gracias a las negociaciones de su vicepresidente segundo con ERC.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, afirmó este martes en su comparecencia tras la reunión del Consejo de Ministros, que las palabras del vicepresidente segundo cuestionando la calidad democrática española o comparando a Puigdemont con el exilio tras la Guerra Civil, hay que entenderlas en el marco de las elecciones catalanas. Pero no explicó cuál es la estrategia que se esconde tras las mismas. «Declaraciones que se pueden escuchar estos días hay que contextualizarlas en el marco de la campaña. Fuera de este marco no se comprenderían», dijo tras negar cualquier tipo de polémica interna en un Gobierno donde los socios parecen coincidir en pocas cosas.

Los morados confían en aguantar el 14-F tras al debacle gallega y vasca

En Unidas Podemos detectan la constante "de que esta vez la indecisión se va a decidir en el ultimísimo minuto", pero defienden que "a nosotros no sólo no nos está afectando el 'efecto Illa', sino que más bien se produce una recuperación de la fidelidad y de la intención de voto precisamente porque ERC no acaba de descartar que vaya a gobernar con Junts y eso moviliza a nuestro electorado".

Asimismo, otras fuentes moradas consultadas admiten que las elecciones autonómicas normalmente se han saldado con "un drama" para Podemos. Ocurrió en mayo de 2019, por ejemplo en Madrid, y más recientemente en julio del año pasado en las gallegas y vascas.

En el primer caso se quedaron fuera de la Cámara regional y en Euskadi perdieron casi la mitad de su representación. Las catalanas de 2017 tampoco les fue muy bien y eso que entonces tenían un candidato, Xavier Domènech, con más grado de conocimiento que la actual, Jessica Albiach. Pero Domènech, además de enfrentado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, hizo una campaña que "emocionalmente no arrastraba voto". El resultado es que Podemos está ayuna de poder territorial tanto orgánico como en las instituciones y no quiere quedar en esta consulta más debilitada y al albur de los socialistas.