El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece dispuesto a celebrar su reunión pendiente con Pablo Iglesias y, además, hacer una versión extendida, a fondo, más allá del café con el que Moncloa quería solventar este encuentro, ya aplazado por dos veces. Aunque la consigna es discreción y, a lo sumo, darlo a conocer cuando se produzca, no antes, distintas fuentes consultadas dan por seguro que tendrá lugar esta semana, tras quince días en que ha sido imposible bien por dificultades para cerrar agenda o falta de voluntad política por parte de Moncloa.

El segundo retraso provocó malestar en Unidas Podemos. Quizá por ello el compromiso para ese encuentro se haya renovado. En ese marco cabe ubicar también los intentos de Sánchez por rebajar la crispación en el Consejo de Ministros entre los socios de Gobierno. Y lo de ayer constituyó un guiño indisimulable a la ministra de Igualdad, Irene Montero, con quien participó en el acto institucional con motivo del Día de la Mujer.

El jefe del Ejecutivo no ahorró en gestos de complicidad al referirse a ella por dos veces como "querida ministra", lo que no es muy habitual en el lenguaje presidencial. Pero lo importante fue su anuncio de que la ley de libertad sexual, del "sí es si", será una realidad "dentro de muy poco tiempo", a pesar del varapalo, no vinculante, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que estudian los servicios jurídicos del Ministerio.

En Igualdad entienden que Sánchez, con sus palabras y con sus gestos, "ha respaldado a la ministra" y, en cierto a modo, avalado la Ley Trans, de la que no dijo nada en concreto salvo que "luchar contra la transfobia es hacer feminismo", que es la tesis de Montero.

Además, Sánchez terminó su intervención agradeciendo a Montero un "acto tan emblemático, tan entrañable, y también su labor al frente del Ministerio. Un Ministerio tan importante para nuestra democracia porque esa es la España que queremos, que tenga una democracia feminista".

Acaso sea la manera que tiene el jefe del Ejecutivo de compensar a Igualdad a sabiendas del enfrentamiento que mantiene con vicepresidencia primera por la Ley Trans. Las feministas del PSOE le han alertado del riesgo de ruptura del movimiento feminista si se acepta la autodeterminación de género tal y como está formulado en el borrador de Montero. Con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, a la cabeza del sector crítico, Sánchez ha preferido poner el acento en una ley que lleva un año de retraso y con la que la titular de Igualdad podría anotarse su primer tanto.

"Plan Corresponsables" para la conciliación

Precisamente, este departamento lleva hoy al Consejo de Ministros el "Plan Corresponsables", que destinará 200 millones de euros directos a la conciliación familiar. Se trata de facilitar dicha conciliación a las familias con hijos menores de 14 años mediante la creación de bolsas de cuidado profesional, la "creación de empleo de calidad en el sector de los cuidados y la puesta en marcha de un sistema de acreditación de competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia profesional o vías no formales", según el ministerio.

El objetivo final es desarrollar "una política pública feminista y un proyecto 'semilla' para garantizar el derecho al cuidado en España y que el Estado se haga corresponsable por primera vez de la conciliación de las familias".

Y aunque en el Consejo de Ministros se mantienen las formas, públicamente los enfrentamientos entre los socios de gobierno se han convertido en una constante que no se han superado tras las elecciones catalanas. En una cosa coinciden en vicepresidencia primera y en Igualdad. "Ya basta de pensar que esto es una pelea entre dos mujeres que, además se llevan fenomenal -aseguran en el entorno de Montero- esto es una negociación política". Pero, sea como sea, se sigue sin avanzar en la Ley Trans.