Mucho tendrán que cambiar las cosas en el Gobierno de coalición para que socialistas y morados acerquen posiciones en torno a la ley trans. En la medida que se trata de una cuestión de un enorme calado ideológico, casi identitario, no permite vías intermedias ni echar mano del pragmatismo con el que otras veces se sustancian las diferencias internas. Es más. Destacadas dirigentes socialistas, tanto del Ejecutivo como del PSOE, incluida alguna ex ministra, han alertado a Pedro Sánchez de que "si aceptamos la ley de Irene Montero, nos cargamos el movimiento feminista", según ha podido saber El Independiente.

El asunto se ha enconado de tal manera que resulta imposible salir del mismo sin dejar damnificados a un lado o al otro. Desde vicepresidencia primera no sólo apelan a la plena coincidencia del PSOE en torno a esta cuestión -"estamos fuertemente unidos", dicen- sino que "hasta las propias asociaciones trans entienden nuestra posición". Y la posición es que no debe valer la simple voluntad de la autodeterminación para cambiar el género en el registro civil y provocar con ello el "borrado de mujeres". Ir en otra línea es "romper al feminismo" y así se le ha trasladado al jefe del Ejecutivo.

Moncloa remite a Calvo a la hora de hablar de todo lo que tenga que ver con igualdad

"En ningún país la simple voluntad sirve, todos exigen otros requisitos", insisten los medios consultados. Sánchez ha sido, de momento, sensible a la petición de las mujeres de su partido, posición a la que se suman también muchos compañeros de filas.

De hecho, Moncloa remite a Calvo a la hora de hablar de todo lo que tenga que ver con las cuestiones de igualdad. Es la vicepresidenta segunda la cabeza más visible del feminismo socialista junto con María Jesús Montero, Nadia Calviño, Isabel Celaá, Cristina Narbona o Adriana Lastra y no está dispuesta a soltar esa bandera.

Precisamente, este lunes Sánchez se reunirá con parte de esas dirigentes socialistas en la sede de Ferraz para trasladarse posteriormente al Ministerio de Igualdad donde se celebrará un acto institucional con motivo del 8-M en compañía de su titular Irene Montero. Es una manera de compensar e intentar atemperar los ánimos entre los dos sectores enfrentados.

Además, los socialistas han hecho un reciente guiño al colectivo LGTBi al registrar una proposición de ley para suspender, al menos durante cinco minutos, las competiciones deportivas en las que se lancen insultos homófobos. Creen que en pleno siglo XXI "la orientación sexual o la participación de las personas transexuales sigue siendo tema tabú en el deporte en general y en el fútbol en particular aún hay una invisibilidad obligada por la intolerancia y la presión social". Intentan acaso reconciliarse con un colectivo que ha tachado al feminismo socialista no pocas veces de "tránsfobo".

El pasado viernes, Carmen Calvo señalaba en una entrevista en El Socialista con motivo del 8-M que "el gran movimiento feminista y el movimiento de las mujeres de este país siempre miran al PSOE porque saben que ahí es donde siempre hay respuestas”, respuestas en forma de ley o de medidas políticas, agregó. La numero dos del Ejecutivo reivindicó "la memoria histórica del feminismo en nuestro partido".

Igualdad niega cualquier riesgo de ruptura del feminismo

Sin embargo, en el Ministerio de Igualdad niegan cualquier riesgo de ruptura del feminismo, entre otras cosas, porque Irene Montero, aseguran, se ha reunido con la práctica totalidad de los colectivos de mujeres para elaborar el contenido de su Ley.

Recuerdan además, cómo algunas comunidades autónomas ya recogen el principio de la autodeterminación de género "y no ha tenido los efectos indeseados que se están vaticinando. Luego todo es mucho más sencillo". Y para despejar dudas sobre el compromiso de Montero aseguran que ella bebe "del feminismo clásico" con posiciones claras respecto a lo que son algunos de sus caballos de batalla, como por ejemplo, el abolicionismo de la prostitución.

La lucha por la bandera del feminismo en el Gobierno de coalición marca la celebración de este 8-M, limitado por los estragos de la pandemia del coronavirus. Si en el anterior quedó demostrada la división entre los socios, que acudieron a la gran manifestación de Madrid por separado y cada uno con su propia pancarta, esta vez todos los ministros han seguido las recomendaciones de la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Darias, en una demostración de autoridad, aconsejó no acudir a ningún acto multitudinario incluso aunque estuvieran permitidos por la Delegación de Gobierno.

Desde Igualdad dejaron claro que Montero asumiría, como miembro del Consejo de Ministros, dicha recomendación, al igual que el conjunto del Ejecutivo, en una decisión que deparó una extraña unidad interna entre los socios. Eso sí, la decisión final de la Delegación del Gobierno en Madrid de suspender las manifestaciones supuso, a juicio de Montero, una "criminalización" del movimiento feminista.