El pasado sábado, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y su homóloga madrileña, Isabel Díaz Ayuso, exhibían buena sintonía y paseaban por lo alto del Puerto de Navacerrada para exigir al Gobierno una rectificación sobre el "injusto" cierre de la estación de esquí que comparten ambas comunidades. Apenas tres días después, la imagen entre las administraciones de los dos líderes regionales es otra completamente diferente. La entrevista a Fernández Mañueco que publicó este lunes el diario El Mundo ha reavivado el malestar interno con el dirigente castellanoleonés, y no sólo en Madrid, sino también en la esfera nacional.

La maquinaria electoral del Partido Popular se encuentra trabajando a destajo desde hace semanas de cara a unas elecciones en que Díaz Ayuso persigue la mayoría absoluta y en las que un triunfo incontestable de la política madrileña se entiende también como el trampolín de Pablo Casado para llegar a Moncloa. La coordinación que exponen ambos equipos es "absoluta" para que no haya distracciones que desvíen la mirada pública de un objetivo común que marcará el resto de la legislatura. Y en esa estrategia -aunque "cada uno es libre de decir y pensar como quiera", según valoran en el equipo más cercano de la líder madrileña-, las recientes declaraciones de Mañueco en plena campaña electoral han sido recibidas en algunos sectores del PP como una enmienda al "modelo de libertad" con el que predica no sólo la presidenta madrileña, sino la propia dirección nacional de cara al 4-M.

En la entrevista con el citado medio, el barón popular cuestiona por ejemplo que el hecho de "fichar a una persona no tiene por qué traer los votos", en relación a la incorporación de Toni Cantó a las filas de Isabel Díaz Ayuso; asevera que "convertir las elecciones en Madrid en unas generales" es un "error" porque "España es mucho más que Madrid"; y, aunque alaba la "naturalidad" con la que actúa la líder madrileña y considera que su gestión "es capaz de aglutinar una mayoría de centroderecha", afirma que tiene "un perfil muy marcado" y que "ese modelo no puede trasladarse al resto de España".

Opinaba también Mañueco en El Mundo sobre la gestión de la pandemia que ha realizado Díaz Ayuso en su afán por mantener un equilibrio entre economía y salud que le ha costado más de un enfrentamiento con el Gobierno y con las comunidades autónomas que, como Castilla y León, han optado por modelos más restrictivos. En este sentido, el barón del PP recordaba que los datos de su comunidad autónoma "son mejores" que los de Madrid pese a aplicar cierres más severos. "En Castilla y León hemos resistido mejor. Nuestro PIB ha caído un 6,9%, menos que el 7,9% de Madrid (...). Tenemos claro que la seguridad sanitaria era lo mejor para la reactivación económica", sentenciaba.

"Deberíamos estar remando todos a una", lamentan fuentes del PP de Madrid, que censuran las palabras de Mañueco y cuestionan por qué el modelo de Ayuso "no es exportable" a Castilla y León o al resto de España. "El modelo de Madrid genera empleo, prosperidad, atracción de inversión extranjera y bienestar. Toda España conoce el modelo de Isabel. Muchos hosteleros de otras partes de España te llaman y te dicen 'queremos una Ayuso'. [Mañueco] tiene que escuchar más a la gente", critican. "El modelo de Madrid es extrapolable a toda España", enmiendan también desde el equipo de confianza de la presidenta que, aunque matizan que hay ciertas realidades sociales o económicas que son diferentes en cada comunidad, la gestión de Ayuso debe servir de "ejemplo" a toda España, también a sus compañeros de partido.

Las críticas se escuchan también en arenas nacionales. Fuentes cercanas a la cúpula del PP deslizan una crítica al dirigente por "sacudir" a Ayuso en plena campaña y advierten de lo desafortunadas de este tipo de declaraciones en este contexto porque "das un argumento al enemigo" en una batalla que lleva la polarización y la crispación como bandera. "Todo lo que no suma, resta. Esa entrevista no ayuda. Y las cosas que no ayudan, al menos en este momento, no hay que hacerlas", sostienen.

Guerra soterrada entre Mañueco y Casado

Más allá del malestar interno generado a raíz de la citada entrevista, las declaraciones de Mañueco se entienden en Génova como la punta del iceberg de una guerra soterrada entre el barón popular y la dirección nacional del partido, que estudia relevar al dirigente como candidato del PP en Castilla y León en las próximas elecciones autonómicas. "Se lo está ganando a pulso", comentan las fuentes consultadas. "Debe saber que va a perder el puesto y está haciendo méritos para ello", opinan.

La tensión entre Génova y el presidente de Castilla y León, que apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría cuando ésta se enfrentó a Casado en las primarias del partido, es algo que reconocen de puertas para adentro en el equipo del presidente del PP. El intento de la dirección de relegar a Mañueco empezará por el proceso de renovación territorial que está tejiendo el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y que en última instancia terminará por neutralizar a Mañueco mediante la imposición de cargos afines a Génova que afiancen el control de la dirección en Castilla y León.

La desconfianza se acrecentó hace unos meses, cuando Génova purgó sin previo aviso al mentor político de Fernández Mañueco, Pedro Viñarás, que ejercía como gerente del PP en Castilla y León, y colocó a Borja García Carvajal, afín a la dirección nacional. El barón popular desafió la decisión del partido y reubicó a Viñarás como asesor del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes, lo que precipitó que el Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP abriese directamente un expediente al grupo parlamentario del PP autonómico por la contratación del 'fontanero' de Mañueco. "Le quiero a mi lado", llegó a desafiar el presidente de la Junta.

El nuevo foco de conflicto llegará con las próximas renovaciones provinciales en Castilla y León. En Ávila y Valladolid se libraron con un acuerdo respecto al candidato entre la dirección nacional y la regional, pero los problemas se esperan especialmente en el congreso de Salamanca, lugar de origen de Mañueco, donde la dirección plantea una candidatura alternativa para restar poder al dirigente autonómico de la mano de Chabela de la Torre, ex diputada provincial. Los movimientos de Génova podrían extenderse también a Segovia y Zamora, entendidos como los dos bastiones del presidente de la Junta, además de Salamanca. Ante tal intervención nacional, Mañueco ha comenzado ya a marcar territorio y prometer batalla: "La dinamización interna es importante, pero más lo son los resultados electorales. No se trata de negociar en despachos (...). Hemos celebrado los congresos de Ávila y Valladolid con acuerdo. Pero tampoco pasaría nada porque hubiera dos candidaturas en algún sitio", defendía este lunes.