"Vallas altas hacen buenos vecinos". Es uno de los diagnósticos que ha hecho el líder de Vox, Santiago Abascal, en mitad de una de las peores crisis migratorias y diplomáticas entre Madrid y Rabat que se recuerdan. El dirigente se desplazó ayer mismo a la ciudad autónoma para comprobar de primera mano la situación que se vive en la frontera del Tarajal, por donde han accedido de manera irregular miles de inmigrantes desde la tarde del pasado lunes. Tras dos días de éxodo migratorio, Marruecos ha cerrado ya el paso fronterizo con Ceuta, una vez el Gobierno español ha aprobado inyectar 30 millones a las autoridades marroquíes para reforzar, según el Ejecutivo, la lucha contra la inmigración ilegal. Pero este hecho no ha servido para modular el discurso del líder de Vox, que insiste en que lo que se está produciendo en Ceuta es una "invasión" por parte de "soldados" enviados por el país vecino. "La mayoría de ellos son varones en edad militar", ha defendido Abascal, en declaraciones a los medios este mismo miércoles desde Ceuta.

Más allá de exigir "devoluciones en caliente, en frío y en templado" de todas las personas que han accedido de forma irregular en el país, independientemente de su edad, Abascal ha resucitado la idea de construir un muro fronterizo "infranqueable", al más puro estilo de Donald Trump. Sin paños calientes, ha asegurado no importar las buenas relaciones que se quieran recuperar con Marruecos si el país vecino no hace sino "asaltar" la "frontera sur" de España por su "aspiración ilegítima y permanente de tomar Ceuta y Melilla", y ha vinculado lo sucedido con una nueva 'marcha verde' del siglo XXI sobre nuestro país. A su juicio, ha reprochado, aunque la crisis se atenúe en las próximas horas, "llegarán otras crisis peores, y seguiremos sin saber defendernos".

Sobre los 30 millones de euros que el Gobierno español ha inyectado a Marruecos para lograr el cese del flujo migratorio descontrolado de los últimos días, Santiago Abascal ha instado al Ejecutivo utilizar ese mismo dinero para "reforzar la defensa física de nuestras fronteras" y dotar de mejor material a las fuerzas armadas. Ha solicitado además a Sánchez el despliegue militar "de forma permanente" en las dos ciudades autónomas para prevenir futuras amenazas, y ha recordado que España debe defenderse "sí o sí" ante un país que envía a "jóvenes, mujeres y niños como arietes humanos".

Desde el Tarajal, el presidente de Vox ha criticado el "efecto llamada" al que, a su juicio, no sólo ha contribuido el Gobierno, sino también el principal partido de la oposición, y ha subrayado el mensaje de que el que entra en España de forma irregular lo hace, en general, delinquiendo, "ocupando casas o asaltando negocios". "¿Podríamos entrar nosotros en un país africano apedreando a los policías de ese lugar? La respuesta es no", censuraba. Y ponía el broche de oro a su discurso arengando uno de sus principales objetivos políticos: "Con Vox, el que acceda ilegalmente, nunca podrá obtener la nacionalidad ni una sola ayuda social en España"