Aunque en un primer momento el principal partido de la oposición había planteado la sesión de control de este miércoles como un intento de orillar al Gobierno por su "deficiente" gestión en la crisis diplomática y migratoria con Marruecos, la cuestión de los indultos a los presos del 'procés' ha capitalizado el foco del debate y del enfrentamiento entre la bancada del Gobierno y de la oposición. Pedro Sánchez ha vuelto a deslizar la intención del Ejecutivo de conceder finalmente la medida de gracia a los políticos independentistas con el pretexto de que "hay un tiempo para el castigo y otro para la concordia" y, acto seguido, ha recogido el testigo la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que ha vuelto a hacer un alegato por la "convivencia" de todos los españoles, instando tanto a PP como a Vox a "aceptar la realidad histórica de este país, que cuenta con una estructura territorial diversa".

Tras la intervención de Sánchez, en la bancada popular han quedado despejadas las dudas de que el Gobierno impondrá finalmente los indultos a los presos del 1-O en contra del criterio del Supremo y de la Fiscalía. "Está claro que han quedado confirmados", censuraba la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, que insistía en la cuestión e intentaba que Calvo, a quien dirigía su invectiva parlamentaria, reconociese las intenciones del Gobierno al respecto. La vicepresidenta primera no sólo esquivaba la pregunta, sino que pasaba al ataque contra el principal partido de la oposición. "El problema más grave de deslealtad que tiene la política española es la forma que han adquirido ustedes de hacer oposición. Son un PP irreconocible", manifestaba, al tiempo que insistía en la denuncia ya recurrente en el Gobierno de la falta de "colaboración" de los populares con el Ejecutivo.

"Irreconocible está el PSOE con ustedes", se defendía Gamarra. "Si no, pregúnteselo a Felipe González", insistía. El PP ha reafirmado, de nuevo, su intención de recurrir la concesión de la medida de gracia ante el Tribunal Supremo aunque, por el momento, no se unirán a las protestas y movilizaciones que ha prometido Vox si llegan a imponerse los indultos a los políticos independentistas.

En este mismo sentido se ha expresado también el diputado de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que ha denunciado que el Gobierno pretenda "ilegalizar a Vox" mientras indultan a aquellos que "son un verdadero peligro para la democracia" y que "tienen como último fin acabar con ella". En respuesta, Calvo ha vuelto a evitar mencionar los indultos, y ha arremetido contra Vox por los últimos episodios vividos en Ceuta, a los que la formación de Santiago Abascal acudió para "no hacer absolutamente nada". "¿En qué ayudan hablando de violencia cuando niegan la violencia de las mujeres asesinadas? ¿No son patriotas esas españolas?", inquiría.

Campo insiste en "esperar" al informe del Supremo

El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha insistido en que el Ejecutivo no tiene una decisión tomada respecto a la medida de gracia y que su "obligación" pasa por esperar a los informes del Supremo. Según el resultado, ha dicho, "tomaremos una decisión", que se llevará para su deliberación en el Consejo de Ministros "en el momento en que corresponda".

No es un argumento que haya convencido a los populares, que asumen que el Gobierno ya tiene tomada una decisión al respecto. "Están a punto de cometer una felonía, de traicionar al pueblo español", manifestaba el portavoz de Justicia del PP, Luis Santamaría quien, para más inri, ha acusado al Gobierno de "mentir" y de "no ir con la verdad por delante" ante los ciudadanos. "Traición es utilizar el derecho de gracia con fines políticos. Indultar con informes en contra del Supremo y de la Fiscalía es ponerse al margen de la ley. Espero que pronto los españoles nos indulten de la condena que supone aguantar a Pedro Sánchez", zanjaba.