La dimisión en diferido de Susana Díaz tras perder de forma inapelable las primarias andaluzas frente a Juan Espadas, puede ser un punto y seguido y no un punto y final. Ferraz no disimula su disgusto con la pretensión de la ex presidenta de la Junta de mantenerse al frente del partido hasta finales de año, cuando se celebrará congreso regional, aunque lo cierto es que albergaban pocas esperanzas de que se fuera de inmediato.

Se confirma así el que era uno de los temores de Moncloa antes de las primarias, esto es, que la todavía líder de los socialistas andaluces esté intentando ganar tiempo para ver si "el PP gana las autonómicas en caso de que Moreno Bonilla adelante elecciones este año" antes de cónclave congresual socialista.

Siendo una estrategia a varias bandas que depende de demasiados condicionantes, la sombra electoral planea en el debate político andaluz por mucho que el presidente popular asegure que no está en su ánimo llamar a los ciudadanos a las urnas. Algunos sondeos empiezan a apuntar a la posibilidad incluso de una mayoría absoluta para Moreno, laminado Ciudadanos y con Vox a la baja.

Si los pronósticos de los sondeos se cumplen, el de Espadas sería un mal estreno

Si los pronósticos de los sondeos se cumplen, el de Espadas sería un mal estreno que condicionaría su subsiguiente elección como secretario general del partido, para lo que habría de convocar de nuevo primarias. Y Díaz se podría ver tentada a volver a "entrar en juego, crear un sector crítico o dejar bien posicionados a los suyos" haciendo valer el 38 por ciento del voto de la consulta a las bases del pasado domingo.

Lo cierto es que a pesar del claro triunfo del alcalde de Sevilla, en Ferraz no las tienen todas consigo. La idea era imponer una gestora, tal y como hicieron en Madrid, de modo que se cerrase de forma definitiva ese capítulo. Los sanchistas andaluces aseguran no estar en eso, no, al menos, "de momento", con lo que tampoco descartan esa vía en caso de que vieran alguna maniobra extraña de Díaz, a la que le basta esperar acontecimientos.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, negó este lunes tras la reunión de la ejecutiva socialista que "tengamos ningún problema de orden interno que debamos abordar”. Eso sí, lanzó un aviso a navegantes al afirmar que los socialistas "creemos en la democracia y la demostramos. Es la militancia la que da y la que quita liderazgos en el PSOE. Con Espadas abrimos un tiempo nuevo, estamos confiados en su capacidad para ofrecer un proyecto nuevo e ilusionante. Sabe que tendrá detrás a todo el partido”, tal y como lo ha tenido durante el proceso de primarias.

Gómez de Celis: "Habría dimitido de perder las primarias"

Pero si hay un dirigente socialista que ha sido claro respecto al camino que debería haber tomado Díaz, es el secretario de Relaciones Institucionales del PSOE y vicepresidente primero del Congreso, el andaluz Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. En una entrevista en Canal Sur, no ha ocultado que el "habría dimitido" de haber perdido las primarias y dejado claro que no va a haber ninguna bicefalia.

"El líder del PSOE de Andalucía es Juan Espadas" y todo lo que determine o proponga "será asumido por todos los socialistas andaluces, desde la primera --en alusión a Susana Díaz- hasta el último militante", informa Europa Press.

De hecho, una de las primeras medidas del alcalde de Sevilla será cambiar la dirección del Grupo Socialista, de modo que Díaz deje de encabezar la oposición a Moreno Bonilla. Su mayor hándicap es que carece de escaño en el Parlamento andaluz, lo que limita mucho su capacidad de maniobra política y de confrontar directamente con el presidente de la Junta de Andalucía. Intentará suplir esa carencia desde la alcaldía de la capital autonómica.

Espadas llega al PSOE-A con la intención de comulgar con Moncloa, a la que debe su triunfo. De que con él se ha acabado el liderazgo crítico andaluz dan muestra sus palabras sobre los indultos en una entrevista concedida ayer a Onda Cero. "Apoyo al Gobierno en la concesión de los indultos, igual que lo apoyaría si no los concediera", le dijo a Carlos Alsina. Y aclaró, por su quedaban dudas: "ahora toca respaldar y apoyar al Gobierno".

Si no fuera porque Susana Díaz se resiste a desaparecer de la escena política, Moncloa respiraría ya tranquila con Andalucía. Claro que, como decía el ex secretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos "una cosa es ganar congresos y otra ganar elecciones".