Lo que se dilucida en las primarias andaluzas del 13 de junio es la candidatura a la presidencia de la Junta, no el liderazgo del partido, que mantendrá Susana Díaz al menos hasta que se celebre congreso regional, previsto a finales de año. Un proceso en dos fases que genera inquietud en Moncloa y Ferraz, temerosos de que la otrora todopoderosa presidenta de Andalucía acabe atrincherándose y organice un sector crítico “fuerte” si pierde la consulta a las bases o el liderazgo del partido más adelante, según señalan fuentes socialistas.

En el cuartel general de los socialistas están convencidos de que el adversario de Díaz, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, tendrá un resultado “mucho más contundente de lo que ella espera”. Hacen cuentas y aseguran que les salen, pero cuesta pensar que Díaz se tire a una piscina sin agua y lo fie todo a una especie de milagro de última hora.

Ferraz no ha conseguido disuadirla para evitar su participación en las primarias, y especulan con la idea de que "está buscando sacar el porcentaje que saque, cuanto más mejor, y esperar al resultado de las elecciones andaluzas, para, si gana y gobierna el PP, jugar a montar un sector crítico", afirman.

Ferraz cree que puede sumar ahora al 37% de Sánchez y López en las primarias de 2017, la mayoría de las provincias andaluzas

Tiene a su favor que lleva meses recorriendo todas las provincias y aparecer sin tutelas de la dirección federal del partido puede ser un aliciente para una parte de las bases susceptibles a ser monitorizadas desde Madrid. Aunque a la contra están los sondeos con intención de voto en Andalucía, que dan como seguro ganador al actual presidente autonómico, el popular Juan Manuel Moreno. Y eso ha encendido las alarmas entre muchos "susanistas".

Moncloa, Ferraz y los críticos a Díaz en el PSOE-A echan cuentas y dibujan un mapa favorable a Juan Espadas. Sus cálculos se basan en los resultados andaluces de las segundas primarias federales en 2017, las que devolvieron a Sánchez a la secretaria general socialista. Díaz sacó nada menos que el 63 por ciento del voto mientras que el ahora presiente del Gobierno y Patxi López, el tercer contendiente en liza, sumaron entre los dos cerca del 37 por ciento (31,6 el primero y el 5 por ciento el segundo).

Un arranque en principio poco prometedor para los intereses de Pedro Sánchez. Pero las mismas fuentes siguen echando cuentas. "A ese 63 por ciento -agegan- hay que quitarle Jaén, Granada, Huelva y Cádiz enteros", además de "la mitad de Sevilla, gran parte de Córdoba, Málaga y Almería".

En definitiva creen garantizado el triunfo en base bien del apoyo declarado de las respectivas direcciones provinciales, de la ruptura que se ha producido en no pocas de ellas y de sumar a la ecuación el 5 por ciento que sacó López. Pero ya se sabe que una cosa es lo que dicen los cargos provinciales y otra lo que luego vote cada uno de los militantes en libertad y eso es aplicable tanto para las cuentas de Moncloa como para las de Díaz.

"Yo sé que no soy la candidata de Madrid"

La aspirante a la reelección admitió este lunes en "La mañana de la 1" de TVE que "yo sé que no soy la candidata de Madrid", pero "aspiro a ser la candidata de los militantes. Si vivimos las primarias en libertad y respetándonos y sacando lo mejor de nosotros mismos, va a ser un éxito". Esa será pues su baza más fuerte en esta carrera de consulta a las bases que definió de "fiesta de la democracia interna", buscando "en cada rincón de Andalucía", el apoyo de los militantes.

La ex presidenta de la Junta, que cedió el testigo del Gobierno autonómico a Juan Manuel Moreno en 2019, dice tener "la ilusión y la aspiración de conseguir la confianza de los compañeros" y, en previsión de un triunfo, advierte: "Estoy convencida que el día después que hablen los militantes, todos nos vamos a unir para que vuelva el PSOE-A al Gobierno".

Por su parte, el alcalde de Sevilla y candidato impulsado por Moncloa, Juan Espadas, ha apelado desde "Despierta Andalucía" de Canal Sur a la unidad y al reencuentro. Han sido los dos términos más utilizados ante unas primarias que van a transcurrir, si nadie lo remedia, a cara de perro. Espadas cree llegado el momento de "cerrar las heridas" que supuso el enfrentamiento entre Sánchez y Díaz y en las que él apoyo, paradójicamente, a la secretaria general del PSOE-A.

Tras defender que el PSOE debe volver «a conectar con la sociedad, para regresar al Gobierno" autonómico cree necesario huir del escenario de 2017 "porque lo que tenemos todos claro es que las primarias las va a ganar un socialista, y hay que quitarse esos adjetivos, que lo único que hacen es separar en lugar de unir, el proyecto ganador tiene que ser de unidad».

Aunque no ha sido precisamente Díaz quien quería unas primarias con tanta prontitud, el calendario le beneficia desde el momento en que pilla a Sánchez y a Moncloa fuertemente cuestionados por la debacle de las elecciones madrileñas, que se han saldado con la marcha de Ángel Gabilondo y de José Manuel Franco. Un escenario sin duda propicio para armar un discurso contra Moncloa y contra Ferraz.