El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha vuelto a descartar este miércoles desde Dubái un encuentro con Juan Carlos I. "Mi agenda es pública y ustedes la conocen", ha insistido sin entrar a la cuestión de si el Gobierno trabaja ya en los detalles de la operación para el regreso a casa del rey Emérito, una vez que la fiscalía cierre las líneas de investigación que mantiene sobre el monarca.

"Vengo en el día de España a poner en valor nuestro papel en esta importante exposición", ha deslizado. Sánchez ha realizado estas declaraciones en el marco de un breve viaje oficial para presidir la celebración del Día de Honor de España en la exposición universal de Dubái, la primera que alberga un país árabe. "Esta es una misión económica y empresarial muy importante para nuestro país. Queremos apalancar inversión", ha recalcado.

El presidente ha dado la callada a todas las preguntas acerca de este asunto formuladas por los periodistas, que hasta en tres ocasiones han tratado de saber si ofrecerá una visita puntual y discreta al emérito, quien cumplió 84 años el mes pasado, aprovechando que no habrá cobertura de medios en su traslado a Abu Dabi, donde vive Juan Carlos I. "Están intentando a ver de qué manera....", ha amagado el socialista en la última de sus intervenciones durante la rueda de prensa celebrada en el pabellón español.

Una queja que ha dejado en el aire mientras volvía a vender las bondades económicas del periplo. "Éste es un importante viaje para estrechar las relaciones económicas con Emiratos. En el tiempo es oportuno porque es el día de España y porque estamos poniendo en marcha muchos proyectos vinculados a los fondos europeos. Queremos captar inversión extranjera. El viaje está justificado desde la perspectiva económica y empresarial. Damos por cumplidos los objetivos que nos marcamos", ha agregado.

Alrededor de las 14 horas (hora española) Sánchez tiene previsto reunirse con el hombre fuerte de Emiratos, el príncipe heredero de Abu Dabi y vicecomandante del ejército emiratí Mohamed bin Zayed al Nahyan. Al Nahyan, de 60 años, es el principal responsable de que en el verano de 2020 el padre de Felipe VI convirtiera Emiratos, un lugar discreto donde no existe la libertad de prensa, en su residencia. Desde allí ha asistido a la actualidad española con escasa presencia mediática, reducida a lo que cuenta a sus allegados, entre ellos, empresarios y varios periodistas. El mensaje principal es su deseo de regresar a casa, siempre que no perjudique al desempeño de su hijo.

La reunión en palacio del presidente con Bin Zayed al Nahyan se produce sin cámaras ni medios de comunicación, por -precisa La Moncloa- exigencia de las autoridades locales. La pequeña delegación de periodistas que acompaña al socialista va a ser trasladada directamente desde Dubái al aeropuerto de Abu Dabi, donde aguardará el fin del encuentro para poner rumbo a Madrid con el propósito de participar este jueves en la votación de la votación de la convalidación del decreto sobre la reforma laboral en el Congreso de los Diputados. Los reporteros tampoco tienen autorización para registrar fotografías y vídeos en las instalaciones del aeropuerto.

La respuesta rehuyendo el asunto del Rey emérito obedece a la misma consigna mantenida hasta ahora por La Moncloa. Ayer martes, durante el viaje hacia Emiratos, Sánchez negó cualquier contacto con el monarca. También rechazó explicar si la situación de Juan Carlos I sería abordada con el príncipe heredero. "Voy a lo que voy", dijo vagamente.

Ignora los derechos humanos

Su apuesta económica por captar inversiones y reforzar la presencia española en el país árabe ha guiado el silencio en materia de derechos humanos. Fuentes del Gobierno subrayan los avances logrados por el país en igualdad y derechos de las mujeres y celebran los progresos en tolerancia religiosa en un país que restringe el culto cristiano y prohíbe el proselitismo de cualquier credo diferente al musulmán fuera de sus recintos. Sánchez ha ignorado así la carta que hace días le trasladaron desde Amnistía Internacional.

En la misiva, a la que ha tenido acceso este diario, la organización le reclamaba al presidente que trasladara la necesidad de detener siete años de bombardeos indiscriminados sobre población civil e instalaciones vitales en Yemen, la nación más pobre de la península Arábiga y el fin del bloqueo marítimo y aéreo del país, que ha favorecido la propagación de enfermedades como el cólera, la difteria o la hambruna. Asimismo, Amnistía solicitaba su mediación en la liberación del activista de derechos humanos Ahmed Mansoor, encarcelado desde 2017. Peticiones no respondidas por Sánchez.