El próximo 12 de julio el Círculo de Economía vivirá sus primeras elecciones en seis décadas. La entidad que en los dos últimos años ha recuperado protagonismo haciendo de anfitrión y puente entre Gobierno y Generalitat, entre ERC y Casa Real, dirime su futuro. Los 1.300 socios del Cercle deberán escoger entre las candidaturas lideradas por Rosa Cañadas y Jaume Guardiola en unas elecciones inéditas. Se romperá una de las reglas de oro de la entidad catalana: relevos pactados, sin ruido, en un continuo ininterrumpido desde 1952.

Guardiola, ex consejero delegado del Banc Sabadell, presidente de la Fundación Esade y miembro de la junta actual es el candidato continuista. El pasado diciembre, la junta directiva expresó un "amplio apoyo" a su candidatura, apadrinada por el actual presidente de la entidad, Javier Faus.

Se abogó entonces por un pacto con Rosa Cañadas, que ya llevaba meses trabajando en su candidatura, para una lista de integración con la presidenta de la Fundación Tanja en una de las vicepresidencias. Pero el acuerdo no se ha logrado, y la junta ha tenido que recular ahora para salvaguardar la neutralidad del proceso electoral.

Rosa Cañadas, esposa de otro ex presidente, Carlos Tusquets, ha roto los planes de Faus, que veía al actual presidente de la Fundación Esade como claro sucesor. Cañadas no cumple ninguna de las reglas no escritas del candidato a presidir el Círculo: ser miembro de la junta y contar con el beneplácito del presidente saliente. Pero aspira a ser la primera mujer en presidir el Círculo.

Cambio de paradigma

El Círculo de Economía nunca ha celebrado unas elecciones. Fue durante el mandato de José Manuel Lara Bosch (2005-2008) cuando se renovaron los estatutos y se incorporó un régimen electoral que nunca había sido necesario. El Círculo sigue así la estela de Foment del Treball, primero, y Pimec hace un año. Sin olvidar la Cámara de Comercio. Todas ellas entidades fundamentales de la sociedad civil catalana con liderazgos eternos o relevos pactados durante los años del pujolismo y el "oasis catalán".

La junta saliente de Faus no quiere arruinar el crédito recuperado por la entidad en los últimos años, aunque dos elementos han marcado ya el proceso. El primero, la apuesta de la junta saliente por Guardiola, que una vez convocadas las elecciones se intenta matizar.

El segundo, la entrada -no exenta de polémica- de 90 nuevos socios. Socios apadrinados por Guardiola, lo que ha puesto en guardia a la candidatura de Cañadas. Aunque se trata de nombres difícilmente rebatibles, como el ex presidente del Barça, Sandro Rosell, o el ex presidente de Freixenet, José Luis Bonet.

Su incorporación cubrirá las bajas de los últimos años y no debe ser determinante para unas elecciones en las que concurren 1.300 socios. Pero sí pueden serlo para conseguir los 50 avales necesarios para poder luchar por el cargo.

Actor clave en Cataluña

La próxima junta recibirá, en todo caso, un Círculo de Economía que ha tenido un papel clave en el proceso de distensión entre Gobierno y Generalitat tras el 1-O. Especialmente tras la inhabilitación de Quim Torra y la elección de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat. De hecho, en la última reunión del Círculo, el propio Faus reconocía la sintonía con Aragonès y un grado de complicidad imposible con sus antecesores.

Aunque el president no se lo puso fácil en las jornadas del año anterior, cuando el Círculo se convirtió en escenario de su primer encuentro con Felipe VI. Gobierno y Casa Real -con la complicidad del Cercle- pactaron la visita del presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, a Barcelona en el marco de las jornadas del Círculo para propiciar el encuentro entre el y Aragonès.

Unas jornadas que sirvieron de previa al anuncio oficial de los indultos del Gobierno a los líderes del procés, escenificado por Pedro Sánchez tres días después en el Liceo de Barcelona. Previamente, el Círculo fue también el escenario de un apoyo nada baladí a esos indultos. El del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que avaló la medida para destensar la crisis política catalana, lo que le valió sonoras críticas en el seno de la patronal.

Hace apenas una semana, la reunión del Círculo volvía a marcar la agenda política con el reencuentro entre Sánchez y Aragonès tras estallar el escándalo del espionaje con Pegasus.

Crisis en 2020

El protagonismo alcanzado con sus últimas reuniones, y algunas de sus notas de opinión durante el procés no ocultan, sin embargo, los altibajos del mandato de Faus. Un mandato marcado por el desencuentro con los anteriores presidentes de la entidad, que se empezó a fraguar en 2019. Y por las tensiones generadas por el procés, también en el think tank empresarial.

Entonces Faus renovó totalmente la junta directiva del Círculo de Economía. Empresarios e intelectuales históricos fueron apartados para dar paso a directivos más jóvenes e importantes en sus empresas como Luca de Meo (Seat) o Jordi Gual (laCaixa). Un aterrizaje en la junta de una "nueva generación" en la que, según sus predecesores, faltó la finezza tradicional en la entidad

A la falta de consideración a sus "mayores" se sumó la imagen de proyección personal que Faus daba a su presidencia. La gota que colmó el vaso fue la reunión de Faus con el Rey, acompañado por Gual y Marc Puig como miembros del Círculo. Un encuentro en Zarzuela publicitado en la web de Meridia Capital, la empresa de Faus, como si se tratara de una reunión entre el monarca y tres altos ejecutivos, y no como un encuentro con la sociedad civil y empresarial catalana.

En 2020, superado lo peor de la pandemia, el ex presidente del Círculo, Juan José Brugera pidió a Faus su dimisión -respaldado por destacados exdirigentes de la entidad-, en una turbulenta reunión. El ultimátum llevó a Faus a reunirse con Antón Costas, presidente del patronato de la Fundación Círculo de Economía -representante oficioso, por tanto, de los dirigentes históricos de la organización-.

Faus consiguió así frenar la guerra en el Círculo. La junta hizo una nota de respaldo al presidente y su proyecto de renovación. Nota que comprometía a esa junta a afrontar los retos "respetndo los criterios fundamentales” de la fundación, y con “pluralidad de ideas y cohesión interna”.