El Partido Popular (PP) continúa estructurando su propuesta electoral de cara al próximo ciclo municipal, autonómico y, en última instancia, nacional. En ella, la economía será uno de los pilares esenciales de la oferta programática conservadora, mientras que la batalla ideológica quedará relegada a un segundo plano frente a la gestión. En pleno debate de la estrategia que se seguirá de cara a la campaña de mayo de 2023, el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, ha dado instrucciones muy concretas a los barones territoriales: alejarse todo lo posible de Vox y de su discurso radical.
Fuentes del PP indican a El Independiente que el gallego está preocupado por el daño que la formación de Santiago Abascal puede hacer al partido. Por ello, desde Génova, el gallego ha transmitido a todas las direcciones populares regionales que no den oxígeno a Vox, marquen "líneas rojas" y que centren su estrategia en "reproducir el modelo de Galicia". A todos, excepto al PP de Madrid y a su dirigente Isabel Díaz Ayuso, que encarna el sector más ideologizado de las siglas.
Galicia cuenta únicamente con tres partidos con representación parlamentaria: el propio PP, los socialistas gallegos del PSdeG y la corriente nacionalista del BNG. Ni Ciudadanos, primero -con la ruptura del bipartidismo-, ni después -en 2020- han conseguido fraccionar, con su entrada a la cámara regional, la hegemonía de los populares en la era Feijóo. Un liderazgo de sucesivas mayorías absolutas basadas en la unificación de un espacio muy amplio: desde los grupúsculos sociales más extremistas, hasta el votante moderado e, incluso, progresista al que le generaba más confianza el expresidente que las marcas de izquierda.
Calar en el electorado socialista huérfano de representación y descontento con las políticas de Pedro Sánchez, es el principal objetivo establecido por el gallego a sus barones. El equipo de Feijóo considera que el PP ha alcanzado sus máximos electorales posibles por la derecha ante Vox, una de las opciones políticas con más fidelidad de voto. Por ello, cree que la clave para afianzar una mayor independencia respecto a los verdes es ahondar en ese descontento del centroizquierda.
El presidente en funciones de la Junta de Andalucía y candidato del PP andaluz a repetir el cargo, Juanma Moreno, ha sido el primero en aplicar el mandato desde Génova de cara a las inminentes elecciones del próximo 19 de junio. En los días previos al inicio oficial de la campaña, Moreno Bonilla ha marcado una clara distancia con la agrupación de Macarena Olona, rechazando su "discurso hostil" y asegurando que el interés general de los andaluces "está por encima" de los intereses propios: "el que no lo haga no tiene cabida en la Junta".
Por el contrario, y como ha quedado establecido desde el congreso autonómico de los populares madrileños, Ayuso y su equipo "son libres" y ejercerán desde la capital el principal planteamiento ideológico de oposición a la izquierda para potenciar el trasvase de apoyo desde Vox a los nichos conservadores. Lo hizo la semana pasada en Jerez de la Frontera. No obstante, la estrategia de Ayuso encuentra ciertas contradicciones. Mientras que, por un lado, hace un llamamiento para colaborar con Vox y "sacar al sanchismo de las instituciones"; por el otro lado, cuestiona sus formas por "perjudicar", sobre todo en materia de inmigración.
Líderes muy al centro
La intención de Feijóo, afirman las mismas fuentes, es la de contar con un equipo de baronías que transmita una imagen de gran moderación al público que ejercerá el voto en mayo de 2023. Por ello, el dirigente nacional habría contactado con líderes populares Paco Núñez, en Castilla-La Mancha, Marga Prohens, en Islas Baleares, y Manuel Domínguez, en las Islas Canarias; y con las direcciones de Aragón, Asturias, Cantabria, Ceuta, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja, Melilla, Murcia y Navarra -que tienen pendientes aún sus respectivos congresos regionales y el nombramiento de nuevos liderazgos-, para instarles a moverse en esa línea de actuación.
En el PP consideran esencial ganar peso electoral para, posteriormente, llegar robustecidos a unos comicios generales que pongan fin al ciclo de mandatos de Sánchez. Y, para ello, ante el hartazgo generalizado de la sociedad por la polarización, consideran que la moderación es la mejor llave hacia La Moncloa.
A la espera de que quede solventado el futuro de ese amplio abanico de aparatos autonómicos mencionados, los populares aspiran a rivalizar con el PSOE la mayoría de los feudos y acceder a la gestión. De ellos, solo ostentan el Ejecutivo Fernando López Miras en la Región de Murcia, Ayuso en la Comunidad de Madrid y Juan Vivas en la ciudad autónoma de Ceuta.
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