Los socialistas buscaron en Juan Espadas un hombre moderado, con experiencia de gestión, que no generara rechazo y fuera capaz de pescar en esa ingente bolsa de voto que la debacle de Ciudadanos dejaba huérfana. Un perfil con el que abrir una nueva etapa en el socialismo andaluz tras perder de forma traumática el gobierno autonómico tras casi cuatro décadas de predominio absoluto.

Pero sondeo tras sondeo, incluido sorpresivamente el de este jueves del CIS, se apunta al PP como quien capitaliza, mayoritariamente, esas papeletas. Y una vez cercenado el crecimiento por el centro sólo queda mirar a ese voto desmovilizado más a la izquierda y es Pedro Sánchez quien aparece como "el contrapeso a la moderación de Espadas", dicen fuentes de la dirección socialista.

No deja de ser paradójico que los socialistas tiren del presidente del Gobierno no sólo para vender gestión, que tiene su lógica, sino para escorar la campaña hacia la izquierda, único nicho en el que aspiran a crecer si quieren romper el suelo electoral de Susana Díaz. La imagen de Sánchez, aducen, "está más inclinada hacia la izquierda que la de Espadas" y es necesario sacar de casa a parte de ese elector bien desmovilizado o que aún no tiene claro el sentido de su voto.

El PSOE sólo atrae un 2 por ciento del voto de Ciudadanos

Los datos del CIS, antes de la cocina de José Félix Tezanos, señalan que tan solo un 2 por ciento de los antiguos votantes naranjas -660.000 en las autonómicas de 2018- se apuntan a las filas del PSOE frente al 49,5 que engordará la cuenta electoral del popular Juan Manuel Moreno y el 5,9 que se decanta por Macarena Olona, de Vox. Es decir, si Moreno conserva sus 750.000 votos y arranca 300.000 que fueron a Ciudadanos, puede romper la barrera del millón de votos. Un exiguo 12,7 del electorado naranja de entonces asegura que repetirá la papeleta naranja, lo que le permitiría a Juan Marín salvar su escaño y, en el mejor de los casos, dos más. Una debacle en toda regla tras obtener 21 escaños hace cuatro años.

El PSOE tiene una fidelidad de voto muy baja, del 51,1 por ciento, frente al 79,6 de los populares y, además, un 12,6 de electores socialistas estaría dispuesto a votar el 19-J a Moreno Bonilla.

La gestión de Espadas como regidor de Sevilla es valorada hasta por sus adversarios del PP, que dicen de él que ha sido "un buen alcalde". Pero su limitado grado de conocimiento, sólo del 67,5 -dato en el que coinciden el CIS y el estudio de Centro- y perfil moderado no termina de resultar atractivo al sector socialista más a la izquierda.

Sánchez se vuelca con Andalucía

El jefe del Ejecutivo ya se ha dejado ver durante la precampaña en Granada, Jaén y Sevilla y este domingo estrenará campaña en Almanzora (Almería), localidad de 14.623 donde los socialistas obtuvieron en 2018 el 40,79 por ciento del voto. El 11 tiene cerrado Málaga y puede haber un doble cierre en Sevilla y Cádiz. Pero la agenda no está cerrada y la idea inicial es que acabe pisando todas y cada una de las ocho provincias entre la precampaña y la campaña, que arrancó ayer por la noche.

El PSOE-A, según el CIS, no ganará en ninguna provincia, ni siquiera en Sevilla, cuyo ayuntamiento ha dirigido Espadas hasta que se le proclamó oficialmente candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía. El sevillano cuestionó el sondeo del instituto demoscópico, el mismo que sistemáticamente sobrerepresenta al PSOE. «El CIS se equivocará como se equivocó en las últimas elecciones autonómicas en las que lo que hoy le da al PP le daba al PSOE y no fue ese el resultado», dijo el candidato socialista tras conocer el sondeo.

Coincidiendo con el arranque electoral en Andalucía y los cuatro años del triunfo de la moción de censura que descabalgó a Mariano Rajoy del poder, los socialistas han puesto en marcha una campaña que bajo el lema "Gobernar para transformar" glosa todas las medidas y logros del Gobierno en este tiempo. La venta de la gestión y las alusiones contantes a los casos de corrupción del PP, comparando el PP de antaño con el de Alberto Núñez Feijóo, son los ejes del mensaje que el propio Sánchez lanzó este miércoles a sus parlamentarios de Congreso, Senado y Eurocámara.

No obstante, en Andalucía, la palabra corrupción está ligada a los ERE, caso que toca de lleno a sucesivos gobiernos socialistas con las condenas, hoy recurridas ante el Supremo, de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, ex presidentes de la Junta de Andalucía y del PSOE.