Después de seis años sin debate del estado de la Nación Moncloa tiene previsto celebrarlo la segunda semana del mes de julio para dar cumplimiento al compromiso suscrito en este sentido por Pedro Sánchez. Para ello tendrá que habilitar el Congreso, puesto que para entonces ya se estará en periodo de vacaciones parlamentarias.

La última vez que la Cámara acogió este debate fue en marzo de 2015. Desde entonces, las cuatro elecciones generales celebradas y los largos periodos en que Mariano Rajoy, primero, y Pedro Sánchez, después, estuvieron en funciones, unido no pocas veces a falta de clara voluntad política, han ido entorpeciendo la celebración del que se considera uno de los debates anuales más importantes junto al de Presupuestos.

En Moncloa alegan que el jefe del Ejecutivo "no ha hecho otra cosa más que comparecer ante el Congreso" desde que estalló la pandemia y cada mes debía pedir el voto de sus señorías para convalidar las prórrogas de los sucesivos estados de alarma. Lo ha hecho también después de cada cumbre Europea, muchas de ellas de carácter extraordinario, ya no sólo por el Covid, sino también por la invasión de Ucrania, y hasta en un par de ocasiones, subrayan, "ha explicado su política con respecto al Sáhara. José María Aznar no dio explicaciones ni una sola vez por la entrada de España en la guerra de Irak", indican fuentes de Moncloa.

Un debate no reglado

Pero una de las peculiaridades del debate del estado de la Nación, que carece de regulación reglamentaria y lo introdujo Felipe González en 1983, es que los Grupos de la oposición tienen la posibilidad de presentar resoluciones posteriores, a modo de recomendaciones para el Gobierno. No tienen carácter vinculante, pero muchas de ellas se transaccionan con el partido mayoritario y pueden acabar derivando en proposiciones de ley. Ya no se trata solo del intercambio dialéctico en el pleno, sino también de la presentación de propuestas, lo que alarga este debate hasta tres días.

La apretada agenda de Sánchez y el calendario parlamentario impiden que esta cita se celebre en el presente mes. Antes de las vacaciones parlamentarias habrá una nueva comparecencia presidencial para dar cuenta de la cumbre europea de junio y otra para someter a votación de la Cámara la prórroga del decreto del plan nacional de respuesta, que defenderá el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Todo ello contando con que la semana que viene no habrá plenos por las elecciones andaluzas del 19-J y la última semana de mes, aunque está prevista actividad parlamentaria, Sánchez se volcará en la cumbre de la OTAN.

Sin "cara a cara" con Núñez Feijóo

A pesar de las dificultades, de descartar de plano la posibilidad de retrasar el debate al mes de septiembre, de no haber cursado la petición a los distintos ministerios de material sobre su grado de ejecución, balance y propuestas de futuro y de que la cita parlamentaria quedará algo deslucida dado que el líder del primer partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no tiene asiento en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo y lo más que podrá hacer será acudir sin voz y sin voto, Moncloa insiste en que habilitará el mes de julio para este debate. El primero para el presidente del Gobierno después de cuatro años de inquilino en la Moncloa.