La "discrepancia política profunda" entre los miembros de Unidas Podemos que la crisis de la candidatura de Andalucía ha dejado ver con toda su crudeza, podría tener un nuevo capítulo tras las elecciones autonómicas del próximo domingo. El equipo de Yolanda Díaz no descarta más limpias de carácter político en los Ministerios de Irene Montero e Ione Belarra, siguiendo los mismos pasos que la que fuera jefa de gabinete de la ministra de Igualdad.

Certezas no hay, "pero la señal, está dada, lógicamente y no hay que ser ciegos", en alusión al cese de Amanda Meyer. "¿Se va a trasladar a los restantes miembros del PCE o de IU en cualquiera de los dos ministerios?", reflexionan las fuentes consultadas, "vamos a ver después de las elecciones. Es un futurible. Es una reflexión -agregan- que tienen que hacer Belarra y Montero. Lo que está claro es que aquella no fue una decisión administrativa ni de nueva fase para impulsar nada", subrayan contra la versión oficial que ofreció Igualdad.

La persona más expuesta es, sin duda, el secretario de Estado de la Agenda 2030 y secretario general del PCE, Enrique Santiago, que, como informó este fin de semana El Independiente, ha virado hacia posiciones más posibilistas en torno a la vicepresidenta segunda, marcando distancias con Podemos.

IU y el PCE "han decidido andar por el mismo camino y Podemos lo interpreta como una traición"

Izquierda Unida y Santiago eran, junto a Ione Belarra, la máxima expresión de colaboración para hacer de Unidas Podemos la piedra angular del proyecto de Yolanda Díaz, pero el plan ha cambiado. La más que previsible candidata a la presidencia del Gobierno ha dejado claro que su proyecto no será una mera amalgama de siglas sino una plataforma a la que quiere incorporar a la sociedad civil y a independientes con un papel destacado.

El mensaje del líder de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, y de Santiago "ha venido a ser 'compañeros, os estáis metiendo en un callejón sin salida y no vamos a seguiros'". Podemos "puede hacer lo que soberanamente considere, pero entre eso y arrastrar al PCE y a IU, media un abismo. Espíritu suicida, el justo. Ambos partidos han decidido andar por el mismo camino y Podemos lo interpreta como una traición, sin razón, pero ellos lo viven así", prosiguen en el entorno de la vicepresidenta.

Podemos niega por su parte que haya ninguna "razzia" contra dirigentes de IU o del PCE, es más, destacan su "generosidad" habiendo nombrado a dirigentes de otros partidos en la cuota de poder gubernamental que les toca, empezando por la propia Díaz. "Podemos es el único partido que ha ejercido la confluencia de verdad", se defienden en el partido morado.

Además, ponen en valor las palabras de Pablo Iglesias de este fin de semana apoyando a la candidata a la Junta de Andalucía, Inmaculada Nieto, incluso pronunciando el nombre que más se le ha atragantado en los últimos años, el de Íñigo Errejón.

Toni Morillas y Clara Alonso

Explican que si fuera lo de Meyer sólo por una cuestión política y no por la confianza que exige un cargo como el que tenía al lado de Montero. la primera en caer hubiera sido Toni Morillas, directora del Instituto de la Mujer, que aúna la doble condición de militante de IU y del Partido Comunista de Andalucía y es pareja de una de las personas que está al mando de la campaña electoral. Otras fuentes apuntan a otra militante de IU y del PCE, Clara Alonso, directora de comunicación del Ministerio.

En lo que sí hay coincidencia es en que nadie quiere hablar de ruptura a pesar del largo proceso que queda por delante para constituir la plataforma electoral de Díaz. "Al final vamos a acabar todos en el mismo sitio", vaticinan los suyos a pesar de las dificultades.

Hoy volverá a haber un foto de unidad en Andalucía. Díaz coincidirá de nuevo con Ione Belarra y Alberto Garzón en el que se considera el mitin central de la campaña andaluza aunque no se pondrá el broche final hasta la noche del viernes. Por Andalucía se atreve con la mítica localidad sevillana de Dos Hermanas, que ha venido siendo el feudo socialista por excelencia, ahora muy lejos de aquellos llenazos históricos que protagonizó en su momento Felipe González.