Pese a no querer hacer estimaciones a largo plazo, el Partido Popular (PP) pronostica que, de celebrarse esta semana las elecciones, ganaría con holgura al PSOE y a su candidato, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Esa es la valoración que también hace el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, cuando se le pide que opine sobre las encuestas que le sitúan con el viento de cola. Unos sondeos que le asignan, al menos, más de 120 escaños y fijan un margen de veinte a cuarenta parlamentarios respecto a los socialistas. El propio Feijóo lo reitera indirectamente cuando hace afirmaciones contra el jefe del Ejecutivo como la última en el debate del martes en el Senado por los "ataques" a la oposición. "Señor Sánchez, su intervención no es propia de un presidente. Para hacer oposición sólo tiene que esperar a las próximas elecciones", le advirtió.

Precisamente, el primer cara a cara del nuevo y último curso político previo a las generales, ha dejado varias conclusiones en las filas populares. Primero, en el plano político, y es que, para ellos, el Gobierno carece de propuestas para contener la inflación y fomentar el ahorro energético. Lo achacan a la "copia" de medidas que, dicen, Sánchez viene haciendo desde el mes de abril, con la aprobación del real decreto de medidas anticrisis: el IVA reducido de la luz y el gas, las ayudas directas a las rentas bajas o la moratoria para que las plantas de cogeneración se acojan al tope del gas. Y, segundo, en el electoral. Y es que en el PP entienden que Sánchez intenta adoptar el discurso de Unidas Podemos y ahondar en la renuncia de pugnar por el centro con Feijóo que señalaron desde Génova en el mes de julio tras el debate del estado de la nación.

Tras el gran pleno parlamentario para comentar las principales preocupaciones de los españoles previo al parón estival -aunque ya con el ciclo de sesiones terminado en las Cortes-, el PP avisó de un "cambio estratégico" en Ferraz una vez Feijóo estaba afianzado en la presidencia popular. Lo hicieron integrantes de la cúpula en los minutos anteriores a la intervención de Cuca Gamarra en el debate. El fundamento recayó en la adopción de "banderas clásicas" de la izquierda a la izquierda del PSOE como el impuesto del impuesto a la banca y las grandes empresas energéticas, una medida que aún siguen viendo inviable. Especialmente en el plano judicial, ya que temen que una mala aplicación de la norma acabe perjudicando al futuro gobierno y obligándole a indemnizar a los afectados.

Para el PP, Sánchez está reanimando las formas y los peores discursos de Iglesias en el Congreso

Por entonces, el marco impuesto por los populares era que Sánchez quería competir directamente con su vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por "aglutinar los restos" del espacio que consiguió solapar Pablo Iglesias en 2016, con 71 escaños máximos de representación. Un argumento que, ahora, en el partido ven confirmado "de una manera clarísima". Fuentes del PP indican que a Sánchez "ya no le interesa" participar en "la moderación", y eso, "nos deja vía libre" para anexionar a nuevas capas de votantes que no se sienten identificados con ese giro ideológico. "Es algo que está ganando el partido", insisten las mismas fuentes.

En el seno popular consideran que la 'nueva' posición del presidente del Gobierno, limitada a la "confrontación" y al "insulto", "afecta y hace al PSOE más 'podemita'" mientras que deja un elenco de votos huérfanos: los socialistas más centristas que en las anteriores elecciones apoyaron la marca y los votantes de Ciudadanos que se han desvinculado del proyecto y anteriormente respaldaron al PSOE. "Eso lo está ganando el PP", aseguran. Y es que, internamente, los populares comparan el actual discurso de Sánchez con los protagonizados por Iglesias en el Congreso de los Diputados. "Está reanimando" su forma de hacer política, se lamentan fuentes conservadoras.

Se remiten a las encuestas y a Andalucía

Desde el PP transmiten a este medio que la apreciación de un giro de Sánchez hacia la izquierda no solo es interno: "se está comprobando en las encuestas, pero también sobre el terreno". "Los españoles ven que hay un proyecto detrás de Feijóo, que es un gran gestor". Citan como ejemplo Andalucía, donde nunca los populares habían conseguido influir hasta la pasada cita electoral del 19-J, donde "ha habido traspaso de voto". Según el CIS poselectoral de principios de julio, un total de 15,6% de los electores que votaron socialista en 2018, lo habrían hecho en esta ocasión por el presidente andaluz Juanma Moreno. Una cifra de casi 180.000 votantes.

Los populares creen que la salida de Sánchez de Moncloa no tiene marcha atrás

El 'robo' de papeletas al que apuntan los actuales sondeos generales son algo inferiores. El último, es el de la demoscópica 40dB para El País, que resalta que los votantes del PSOE se desmovilizan el doble que los del PP y el triple que los de Vox. Bajo su análisis, Feijóo se haría con cerca de 394.000 sufragios socialistas, el 5,8%. El doble augura NC Report para La Razón, que habla de entorno a los diez puntos de pérdidas en favor de los populares y 674.000 votos. "Sea cual sea la fuga" la salida de Sánchez de Moncloa "no tiene marcha atrás", se atreven a predecir en el PP, todo pese a haber comprobado que los tiempos en política son un amplio trecho. Añaden: "la gente tampoco olvida con quién está gobernando" en alusión al independentismo.

No compiten con Cs o Vox

Otras fuentes parlamentarias del grupo popular, también se refieren a las "facilidades" que encuentran para configurar ese "gran espacio" moderado con Cs "desactivado". Como consideró el partido a finales de junio, cuando los naranjas anunciaron el inicio de un proceso de refundación, en el PP creen que éste "no tiene ningún recorrido electoral". Más, admiten, cuando se está viendo empañado por problemas internos como una "falta de confianza en Arrimadas" por parte de las bases.

Por su parte, no conciben a Vox como competencia electoral directa, aunque sí en segundo plano y por un porcentaje de respaldo más modesto. Se reafirman en que los sondeos, como los anteriormente mencionados, ponen a los de Santiago Abascal en un escenario similar al actual, con horquillas de entre 46 y 51 parlamentarios. "Si Vox se mantiene y nosotros crecemos, es porque, en esta coyuntura, no son nuestros rivales directos", concluyen.