Don Juan Carlos forzó a Zarzuela a acelerar la confirmación de su presencia, el próximo lunes, en Londres para asistir a las exequias de Isabel II de Inglaterra por la vía de trasladar sus intenciones a su círculo más cercano y filtrar la noticia a la prensa.

La primicia, publicada por El Mundo, causó malestar en Zarzuela, que si bien ya conocía las intenciones del ex jefe de Estado, la primera reacción fue limitarse a comentar que "nosotros no lo hemos confirmado. Cuando tengamos algo, lo diremos". Y no pasó mucho tiempo hasta que informaron de que los reyes eméritos habían comunicado a la Casa del Rey "su intención de atender la invitación cursada" por el ministerio de asuntos exteriores británico.

Entre el primer comunicado de Zarzuela, anunciando la invitación al funeral de Isabel II en Londres por parte del Foreign Office, y la confirmación de la asistencia del rey emérito, pasaron algo más de cuatro horas.

En ese interín de tiempo la gran incógnita residió en si Juan Carlos estaría presente en un acto donde tendría el foco de la prensa española, pendiente de cada uno de sus gestos y de captar un imagen del padre y el hijo juntos, escena pública que no se produce desde enero de 2020 cuando coincidieron en el funeral por la Infanta Pilar, hermana del rey emérito. Y además, ese posible encuentro tendrá como escenario el país donde tiene la única causa judicial aún abierta, en este caso por supuesto acoso y amenazas a Corinna Larsen, cuya irrupción mediática previa al lunes no es descartable.

La última imagen pública de Felipe VI y Juan Carlos I data de enero de 2020

De la última cita entre Felipe VI y Juan Carlos I no hay imagen. De esa larga y tensa reunión de cinco horas en Zarzuela del pasado 23 de mayo no hay documento gráfico, salvo un comunicado que, fiel al estilo de Palacio, decía entrelíneas que ambos habían analizado la situación creada con las revelaciones judiciales y periodísticas en torno a las andanzas del que fuera jefe de Estado durante 39 años.

Zarzuela se quiso tomar su tiempo para confirmar la presencia del emérito en la capital británica, cuyo entorno se apresuró a darla carta de naturaleza. En cuanto al formato y protocolo de esa visita, la Casa Real explica que se adaptarán, lógicamente, "a las decisiones organizativas y a las instrucciones logísticas que adopten las autoridades británicas en su condición de responsables del desarrollo de los actos".

Todo apunta a que llegarán por separado a la capital británica. El emérito lo hará desde Abu Dabi y muy probablemente Doña Sofía se adelante pues pasa largas temporadas en Londres. Los reyes irán desde Madrid para luego moverse en un formato muy parecido al de la misa de Acción de Gracias por el Duque de Edimburgo, compartiendo autobús con representantes de otras Casas Reales.

Moncloa insiste en que Felipe VI acude en representación de España y Juan Carlos en visita privada

La portavoz gubernamental, Isabel Rodríguez, puso ayer todo su empeño en subrayar que es Felipe VI el que acude en "representación de España", mientras que su padre responde a una "invitación privada". «El Gobierno no va a hacer ninguna consideración sobre lo que ha sido una invitación privada. Sí, poner de manifiesto que España va estar representada por el rey Felipe», dijo desde la sala de prensa de Moncloa.

De hecho, la primera reacción del Gobierno tras conocerse el óbito de Isabel II fue dar por descartada la presencia de don Juan Carlos en el funeral de su "tía Lilibeth", como la llamaba cariñosamente. Lo hizo el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien interrogado al respecto subrayó que "tenemos un jefe de Estado que es Felipe VI" y cualquier decisión se tomaría mano a mano entre Moncloa y Zarzuela. De hecho, será Albares el que acompañe en el viaje a los Reyes.

En cambio, el portavoz parlamentario socialista en el Congreso, Patxi López, si bien dijo no querer hacer comentarios sobre "decisiones personales por muy emérito que sea quien las adopta", fue mucho más osado al agregar un lapidario "en todo caso no sé si la Casa Real estará muy contenta con esa decisión", insinuando claramente que a Zarzuela le genera un problema no menor que padre e hijo coincidan este lunes en la capital británica.