Pedro Sánchez busca un nuevo duelo con Alberto Núñez Feijóo en el Senado. Y en formato largo, no un simple toma y daca en la sesión de control en la Cámara alta que toca una vez al mes. El presidente ya ha pedido comparecer en el Senado este mismo mes para medirse por tercera vez con el líder del PP. Y además también acudirá al Congreso, en una sesión más ordinaria, puesto que le tocaba explicar en el palacio de la carrera de San Jerónimo las conclusiones del último Consejo Europeo. El año electoral arranca en el Parlamento, por tanto, con dos plenos extraordinarios y de choque entre los dos grandes partidos.

Las dos comparecencias se celebrarán este mismo mes, así lo quiere el Gobierno. Primero, en el Congreso, y después en el Senado, donde el debate es prácticamente bipartidista, a dos. La doble petición se formaliza este martes por la Moncloa en cada Cámara, según adelantó la SER y confirmó minutos después el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, antes del desayuno informativo del jefe del Ejecutivo canario, Ángel Víctor Torres, en Madrid.

El presidente explicará el último Consejo Europeo y también presumirá del "liderazgo" de España en materia energética, económica, social y medioambiental

La idea de la Moncloa es que el debate en el Congreso sea la semana próxima —en principio, la tarde del martes 24—, y en el Senado, la siguiente —el martes 31—. "Son dos debates para dar cuenta de los Consejos Europeos, del liderazgo que España está tomando en materia energética, económica, social y medioambiental y para explicar todas las medidas que estamos adoptando para paliar los efectos de la guerra en Ucrania. Y también para hablar de todo lo que tenemos por delante en 2023", desgranó Bolaños a los periodistas.

"Proteger a la ciudadanía"

Pero el deseo confesado de la Moncloa es buscar la confrontación directa con Feijóo en el Senado. Sánchez ya debatió con él en una comparecencia larga —como la que habrá en enero— en septiembre y octubre pasados, para hablar de política fiscal y energética. Y el análisis que hizo entonces el Gobierno es que el presidente quedó bien parado y por encima de su rival, a quien en el primero de esos careos presentó como un líder "insolvente" o "con mala fe". Un tono que hirió mucho al PP y frente al que se revolvió. En el segundo, las formas se recondujeron porque ambos líderes sostenían una negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), conversaciones que los populares rompieron el 27 de octubre.

Sánchez quiere "confrontar" con el PP, para ver "si hay alguna idea, más allá de estar en contra de todo e intentar derogar todos los avances del Gobierno", asegura Bolaños

"Nos gusta mucho debatir, nos gusta mucho debatir sobre todo en el Senado porque es una gran oportunidad para que los españoles puedan ver cuál es el proyecto de país que tenemos en el Gobierno, lo que estamos haciendo y lo que queremos hacer para proteger a la ciudadanía. Y [queremos] también confrontar con lo que tenemos enfrente, para ver si hay alguna idea, más allá de estar en contra de todo e intentar derogar todos los avances que este Gobierno está poniendo en marcha", remachó el ministro de la Presidencia.

La Moncloa busca seguir erosionando a Feijóo, porque defiende que ha sido clave a la hora de frenar su crecimiento en las encuestas. Pero las últimas semanas tampoco han sido buenas para los socialistas, por el desgaste por la reforma de la sedición y la malversación. Polémicas que ha conseguido neutralizar —al menos, por ahora— gracias al plan antiabortista de Castilla y León. El Ejecutivo quiere poner contra las cuerdas al jefe del PP, al que interpela por su silencio y por no embridar a su barón regional, Alfonso Fernández Mañueco. Este mismo martes, el Consejo de Ministros aprobó un requerimiento de incompetencia, primer paso para acudir al Constitucional.