El choque entre los socios va a ser ya inevitable. Se veía venir desde hace semanas pero ya hay una decisión anunciada. Si el PSOE no llega a un acuerdo con el Ministerio de Igualdad para reformar la ley del solo sí es sí, y ese acuerdo es a día de hoy más que improbable, Unidas Podemos votará en contra de la proposición de ley socialista que será tomada en consideración el próximo martes por el Congreso.
Lo anunció el portavoz de los morados este viernes en la Cámara baja, Pablo Echenique. Y era la primera vez que Podemos adelantaba el sentido de su voto, de ahí lo relevante de sus palabras. "Llevamos dos semanas ya haciendo propuestas y pidiendo al PSOE que se siente a negociar. Nosotros pensamos que el PSOE debería apostar por un acuerdo con la mayoría feminista de la Cámara, con un acuerdo en el seno del Gobierno con el Ministerio de Igualdad y no apoyarse en el PP. Si finalmente llega el momento de votar una vuelta al Código Penal de La Manada —aseguró Echenique—, evidentemente nosotros votaremos en contra de volver al Código Penal de La Manada, pero no queremos que eso ocurra. Queremos que haya un acuerdo y es en lo que estamos".
El portavoz del grupo confederal no dejó lugar a dudas de que el voto en contra no se remitía únicamente al trámite final, al de aprobación de la reforma, sino al primero de ellos, el que se da este martes, cuando el Congreso simplemente toma en consideración la proposición de ley socialista. "La ley que está planteada vuelve al Código Penal de La Manada [...] y no vamos a votar con el PP volver a él. Si llega ese momento, intentaremos por todos los medios que no llegue, nosotros votaremos en contra", concluyó. Que la reforma sea votada con la derecha es, para los morados, un "espectáculo poco edificante", pero es lo que resultará del pleno del martes en la Cámara baja, cuando el PP, además de otros partidos como el PNV o el PDeCAT, sí que acepten tramitar la iniciativa socialista.
Sánchez insiste en que hay un "sentir mayoritario entre los grupos" a favor de hacerlo, para "corregir técnicamente" una "buena ley" que está teniendo "efectos indeseados"
El presidente, Pedro Sánchez, fue preguntado este viernes en Helsinki, adonde puso punto final a su segunda gira preparatoria de la presidencia de España de la Unión Europea. En una comparecencia junto a la primera ministra de Finlandia, la socialdemócrata Sanna Marin, insistió en que el martes solo se ventila la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE, y hay un "sentir mayoritario entre los grupos" a favor de hacerlo, para "corregir técnicamente" una "buena ley" que está teniendo "efectos indeseados". No para "enmendarla políticamente".
Sánchez no quiso colisionar con Podemos y esquivó en todo momento el choque. No dio una respuesta al anunciado voto en contra de los morados. Insistió en que el "compromiso feminista del Gobierno en su conjunto, también de Unidas Podemos, es total y rotundo", como lo certifica la "hoja de servicios" desplegada por el Ejecutivo en estos últimos años: desde la reforma de la ley del aborto a la aprobación de la Ley Trans, o todas las medidas que "han redundado en beneficio de las mujeres", como la subida del salario mínimo o de las pensiones, o la reforma laboral que ha hecho que ellas ganen estabilidad en el empleo. "Esto demuestra claramente que esto es un Gobierno feminista que comparte muchas más cosas de las que nos separan", remachó. Para el ala socialista del Ejecutivo, lo importante es que la reforma salga adelante, más allá de quién la apoye.
La última propuesta de Justicia
La última propuesta de Justicia defiende que solo hay una vía posible: dejar las penas como están en el tipo general del artículo 178 del Código Penal e introducir un subtipo que imponga condenas más altas, semejantes a las que había antes de la entrada en vigor del sí es sí, cuando concurre violencia, intimidación o anulación de la voluntad de la víctima.
La ministra insiste en que son una minoría los jueces que aplican rebajas de penas. El PSOE sostiene que Podemos no quiere cambiar la ley
Así, la ley impone de uno a cuatro años de cárcel al responsable de una agresión sexual, y subiría a una horquilla de uno a cinco años si hay violencia. Si se trata de una agresión con penetración vaginal, anal u oral, la pena va de cuatro a 12 años, pero si concurriera la violencia, el castigo iría de los seis a los 12 años. Los morados rechazan esta vía porque supondría "volver al Código Penal de La Manada", a que se pregunte a la mujer si se resistió lo suficiente. Los socialistas lo niegan y subrayan que no se toca en modo alguno el consentimiento, el corazón de la norma.
Las posiciones no se han movido desde hace semanas, ni es previsible que se muevan en las próximas horas. El PSOE decidió registrar su iniciativa a la vista de que no había avances en la negociación. Y en la dirección sospechan que Igualdad, por mucho que lo proclame, no quiere reformar la norma. El pasado martes, la ministra Irene Montero insistió en que las rebajas de condenas a agresores sexuales —ya son al menos 721 reducciones, resoluciones que han supuesto, como mínimo, 74 excarcelaciones, según los datos oficiales publicados este jueves por el Poder Judicial— son solo "una minoría".
Pero aunque fuera solo un caso, reconoció Montero, ya sería suficiente para dar una respuesta a las víctimas y al conjunto de la sociedad. "Y esa respuesta debe ser una respuesta unitaria del Gobierno y de la mayoría feminista y preservando el consentimiento en el centro del Código Penal". Aunque se le preguntó insistentemente, la ministra no quiso anticipar qué votaría el grupo de Unidas Podemos en el Congreso, con el argumento de que buscaría el consenso con el socio mayoritario del Ejecutivo "hasta el último segundo".
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