Es el corazón de la Rioja Alavesa, el último bastión que le queda al PP vasco y que el pasado 28-M logró revalidad y ampliar. Los viñedos y las bodegas concentran gran parte de la actividad económica, social y política de la zona, no sin pugnas vitivinícolas periódicas con la vecina La Rioja. La pasada legislatura los populares apenas ostentaban poder institucional. Tras los últimos comicios, ese poder no cambiará mucho pero al menos sí será un partido más determinante fuera de ahí.

En realidad, que el PP pueda gobernar en más ayuntamientos no dependerá de ellos. Su labor, captar votos para las urnas, ya la hizo y arrojó un buen resultado en localidades como Baños de Ebro o Navaridas, donde volverá a gobernar. En las cercanas Laguardia y Labastida, en el corazón de la Rioja Alavesa, haber ganado las elecciones, incluso con más apoyo, podría no ser suficiente.

En estos municipios el PP está en manos del PNV, como lo está el PNV en otros como Durango, la Diputación de Gipuzkoa, Ribera Baja, Zigoitia, Kuartango u Oion. Desde el primer momento los populares avanzaron que cederían de modo gratuito, sin contraprestación, sus votos para desalojar a EH Bildu allí donde fuera posible. Lo es en Vitoria, donde los votos del PP darán la alcaldía al PSE, lo será en Durango, donde el PP apoyará a la candidata del PNV y lo volverán a ser en la diputación guipuzcoana para impedir que EH Bildu gobierne la institución. También en este caso en beneficiado del PNV.

En Sabin Etxea saben que el PP no permitirá que Bildu gobierne. También que la generosidad de la cesión popular no debería corresponderse con gesto alguno por su parte, no al menos de modo imprescindible. Por el momento todos sus dirigentes han evitado hablar de algún tipo de compensación hacia los populares. Ni siquiera en lo pocos lugares en los que el PP puede aspirar a gobernar. Los dos municipios ‘populares’ en los que el PNV podría compensar el apoyo del PP son fundamentalmente Laguardia y Labastida. El precedente no invita al optimismo. En 2019 PNV y EH Bildu se apoyaron para desbancar al PP de las alcaldías de ambos pueblos. Ahora Otegi ya ha dicho que revalidará su apoyo al PNV para volver a impedirlo.

El "sentir mayoritario del pueblo"

En el PP confían en que esta vez sea distinto. Ellos facilitarán alcaldías más importantes al PNV como Durango o el Gobierno de Gipuzkoa. Devolver el favor facilitando las alcaldías de dos municipios de apenas 1.500 habitantes sería un coste más simbólico –en plena campaña electoral para el 23-J- que cuantitativo. Fuentes del PP en ambas localidades confían en que pueda cerrar algún tipo de entendimiento con el PNV e impedir de nuevo la alianza PNV-Bildu.

El pasado 28-M el PP se impuso con claridad en Labastida. Cuatro concejales (426 votos) frente a los 3 del PNV (268 votos) y los 2 de EH Bildu (175 votos). En Laguardia los populares lograron 345 votos, que se tradujeron en 4 ediles, uno más que en 2019. El PNV logró 3 representantes y EH Bildu 2.

“El sentir mayoritario en el pueblo, incluso entre muchos afiliados y votantes del PNV, es que nos deberían dejar gobernar, que hemos ganado con holgura, y que un gobierno en solitario obligará a buscar acuerdos”, aseguran fuentes populares de Labastida. A 20 kilómetros de allí, en Laguardia, la sensación es parecida. El PP obtuvo un buen resultado y debería ser quien gobernara, “aquí nos conocemos todos, no se hace política nacional ni se habla de proposiciones de ley sino de caminos y farolas”, señalan fuentes de la formación popular. En ambos casos la intención es mantener contactos con el PNV en los próximos días de cara a la constitución del consistorio, si bien saben que la decisión dependerá de lo que acuerden las respectivas direcciones de los partidos.

Los "secuaces de ETA"

Ahora, en el PP comienzan a matizar su posición aunque no la cambian, la mantienen en pie: ceder los votos para impedir gobiernos de EH Bildu. Sí han plateado abrir la puerta a algún tipo de acuerdos, de compensaciones. El primero que lo propuso fue el juntero por Gipuzkoa, Mikel Lezama, que reclamó al PNV que compensará al PP, -gracias al cual gobernará la Diputación-, con alguna dirección como “la de deportes”, señaló`. Dejarles gobernar en Laguardia y Labastida sería otra de las reclamaciones que a modo de ‘compensación’ se negociaría. En otros municipios en los que el PP también será clave también se están produciendo los primeros sondeos con el PNV para explorar fórmulas.   

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz recordó ayer al PNV que aliarse con EH Bildu para ir en contra del PP tiene un coste en términos de “dignidad democrática”: “Son los secuaces de ETA. Son los que justifican el terrorismo, la violencia, los que no la han condenado y llevan a los terroristas en sus listas». Durante el acto en recuerdo al concejal de Durango, Jesús Mari Pedrosa, de cuyo asesinato a manos de ETA hoy se cumplen veinte años, cuestionó que mientras ellos ceden sus votos para apoyar al PNV «otros partidos no deben, no pueden, no tienen que beneficiarse de los votos de Bildu».

Poco después el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi también confirmó que cederá de modo gratuito los votos de sus concejales de Laguardia y Labastida para facilitar al PNV arrebatar las alcaldías al PP en ambos municipios. Aprovechó para criticar al partido de Ortuzar y al PSE, que acaban de actualizar su acuerdo para facilitarse el apoyo reciproco en las instituciones, que mientras ahora se beneficiaran de los votos del PP «en 15 días van a decir que son muy malos, que a los ‘Ayusers’ hay que pararles… un poco de seriedad».