Cuando el foco lo copa con notoriedad el plano político nacional, el territorial, en el caso de la Región de Murcia, vuelve a cobrar cierto peso en vistas de la posibilidad de repetición de elecciones que podría darse de no llegar los grupos de PP y Vox en la Asamblea murciana a un acuerdo de investidura en las próximas dos semanas. Especialmente después de la apertura de "una nueva etapa" con los populares a nivel nacional, tal y como ha expresado el líder de Vox Santiago Abascal, tras acordar el apoyo a la ya confirmada sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo el 26 y 27 de septiembre.

Para llegar a ese punto, Génova ha tenido que plegarse a cuatro exigencias de Bambú, entre las que destacan la no contribución al "cordón sanitario" que -tras vetar el PP su presencia en la Mesa del Congreso y así acercarse al PNV para la investidura- Vox denuncia estar sufriendo del resto de formaciones. Así como el respeto al electorado del partido y la puesta en valor de los pactos autonómicos y locales ya tejidos. Y aunque desde Murcia fuentes de Vox aseguran no haber recibido ninguna confirmación de la dirección nacional, que suele supervisar las negociaciones y cerrar los flecos, creen que este acercamiento puede ser crucial. "Puede desbloquearse el veto a Vox y avanzar en un acuerdo que evite algo absurdo como es la repetición electoral", aseguran en conversaciones con El Independiente.

Las mismas fuentes consultadas aproximan ahora más un pacto con López Miras y su equipo, y esperan que, en esta ocasión, la oferta que se haga, "que aún no se ha producido", recalcan, vaya en consonancia con los resultados de los pasados comicios autonómicos de mayo. Y que incluya, incondicionalmente, entrar en el Gobierno. La última exigencia de Antelo fueron contar con una vicepresidencia y dos consejerías. Competencias que, como confirmaron desde el partido a este medio, vendrían a ser Agricultura y Medio Ambiente, Educación o Familias. Aunque, preguntado por ello, desde la formación no descartan rebajar esas exigencias y conformarse con un solo cargo que les permita estar en el Palacio de San Esteban, como ocurrió en Extremadura tras altas demandas de competencias.

Ese sería el camino más proclive para incentivar una cesión del PP murciano. Y el que más convendría a ambas formaciones. Sobre todo a Vox, quien, pese a considerar con anterioridad que en cada proceso electoral el partido crece, los resultados de las generales y el momento de ligera crisis interna por la salida de Espinosa de los Monteros y el arrinconamiento de la corriente más liberal en lo económico les puede pasar factura.

No hay una oferta en pie todavía. López Miras propondrá una nueva fecha de reunión en los próximos días"

El portavoz parlamentario Rubén Martínez Alpañez, quien conforma el equipo negociador de Vox, volvía a incidir esta semana en una entrevista en Onda Cero en "la falta de fiabilidad" que les genera el PP de López Miras, quien "incumplió el pacto" rubricado con los ultraconservadores hace cuatro años para sostener desde fuera su alianza con Ciudadanos.

"Lo incumplió todo y utilizó a tránsfugas de Vox para mantenerse en el poder al margen de la voluntad popular", recordaba Martínez Alpañez, que afeaba también su falta de disposición a seguir negociando, como partido que debe buscar los apoyos al haber ganado las elecciones.

Asimismo, el 'dos' de Antelo en la Asamblea hacía hincapié que a falta de dos semanas para que se produzca automáticamente la disolución de las Cortes y la repetición de elecciones, el PP debe comunicar si da por aceptado su principal demanda o no. "Si al parecer es no, pues tiene que decirlo cuanto antes" y así evitar, como se daría, que "los murcianos voten un miércoles". "En el momento en el que levanten el teléfono, nos vamos a agarrar para hacer todos los esfuerzos que haya en nuestra mano", confirmó.

Solo una negociación en tres meses

La intervención de Génova y Bambú se antoja necesaria por el estado de las relaciones entre ambos grupos, lo que puede perjudicar internamente a la larga, de haber acuerdo, al próximo Gobierno regional. Sobre todo frente a la idea de López Miras, ya decidido a ir a otro proceso electoral con el que mejorar resultados y lograr su independencia de Vox. Abascal, por su parte, podría pedir más templanza a los suyos tanto a nivel de diálogo como de exigencias para corresponder a un socio que ya considera preferente.

Hasta la fecha solo ha habido una negociación en firme entre López Miras y Antelo. Se produjo antes de la sesión de investidura fallida del popular, entre el 7 y el 10 de julio, que dio pie al inicio de la cuenta atrás para la fecha electoral. El 7 de septiembre cumple el plazo de dos meses para investir a un candidato. La reunión se organizó bajo el primer ofrecimiento del PP: un acuerdo programático de 88 medidas a cambio de no entrar en el Ejecutivo. Eso hizo a Vox levantarse de la mesa y acudir a la votación con el 'no' en la mano.

Vox plantó al PP a finales de julio y rechazó su oferta programática con un puesto en la Mesa en añadido y la designación de un senador autonómico"

La contraoferta de Vox, hechas antes y reafirmada durante la segunda sesión de investidura que requería solo mayoría simple, contemplaba, junto a esos tres puestos en el futuro consejo de gobierno, doce puntos programáticos sobre los que sustentar de manera posterior un acuerdo más amplio. El PP se negó, porque entre esos compromisos estaba aceptar la supresión de la Ley del Mar Menor, uno de los puntos de encallamiento más importantes entre las dos formaciones hasta el momento.

Antes de agosto, y ante un intento del PP de volver a abrir el diálogo, por no contemplar la entrada en el ejecutivo, Vox dio plantón a López Miras y a su revisión de propuesta. Ésta, además del mismo acuerdo programático, incorporaba un senador autonómico de designación para Vox y un puesto en la Mesa de la Asamblea para subsanar el veto anterior en la apertura de la cámara. Por el rechazo, los populares lamentaban contar con el Vox "más exigente" frente al PP con "los mejores resultados" -en porcentaje- del país. Un 41%, un punto por encima que Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

El mismo martes que Feijóo amarraba los apoyos de Vox para acudir a su audiencia con el Rey, decisivos para su nombramiento como candidato a la investidura, el barón popular aseguró que intentaría programar una nueva reunión con Vox, aunque sin detallar sobre el calendario. "Tenemos que verlo", se limitó a pronunciar. Dados los tiempos esas conversaciones deberían darse a principios de la semana que viene, para que, de salir adelante, quede margen para la convocatoria de otro debate de investidura.