No hay señales, ni papeles en público, ni confirmaciones oficiales. Pero los contactos para conseguir la investidura de Pedro Sánchez continúan. Y este jueves el Gobierno recibió un cable por parte del Tribunal Supremo: no admitió los recursos de Vox y de varios diputados de Ciudadanos contra los indultos concedidos al exparlamentario catalán y expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez y el expresidente de Òmnium Cultural Jordi Cuixart —los Jordis—. Y esa decisión sirve al Ejecutivo como un aval para proseguir con su difícil negociación con Carles Puigdemont, que tiene como centro de gravedad la aprobación de una futura ley de amnistía.

El Gobierno quería claramente poner el acento en la resolución del Supremo, que ya hace anticipar que la treintena de recursos que se mantienen vivos ante el tribunal por los indultos —como los que afectan al exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras, líder de ERC, y a los exconsellers Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa— puede correr la misma suerte y serían inadmitidos por la misma argumentación, la falta de legitimación activa, salvo el que presentó el exdelegado del Gobierno central Enric Millo, al aducir que fue perjudicado directo.

Bolaños defiende que los indultos fueron un "paso importante para la convivencia", una "decisión valiente" que "mucha gente no entendía" en aquel momento pero que se probó "acertada y útil"

El titular de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, preguntado por los periodistas antes de una visita a una exposición sobre Salvador Allende en el madrileño Museo Nacional de Antropología, manifestó primero su "total respeto" a las decisiones de la Justicia. "Pero en este caso en concreto el Gobierno expresa su satisfacción por que el Supremo haya ratificado la total legalidad de los indultos que concedimos en 2021", sostuvo, si bien los magistrados no han entrado al fondo de la cuestión, ya que se han quedado en el paso previo: el rechazo a esos escritos por falta de legitimación.

De cualquier modo, para el Ejecutivo aquella medida de gracia fue "un paso importante para la convivencia en Cataluña". Una "decisión valiente" en aquel momento que "mucha gente no entendía", y que dos años después se ha asimilado: los ciudadanos son conscientes, defendió el ministro, de que los indultos fueron una decisión "acertada" y "útil que sirvió para la convivencia y para ir curando heridas en Cataluña".

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"Y ese es el propósito del Gobierno y ese es el camino que tenemos en el PSOE: convivencia, ley, Constitución e ir cerrando definitivamente aquellas heridas que en 2017 se provocaron en Cataluña". Ahí estaba lo mollar del discurso de Bolaños, hombre de la máxima confianza del presidente en funciones y negociador clave con las formaciones independentistas. Los indultos marcan, para el Ejecutivo, el "camino" a seguir, sin desbordar el marco legal y constitucional, como ha demostrado el Supremo, y con el ánimo de recuperar la "convivencia" en Cataluña.

La encuesta de Metroscopia

La decisión de los magistrados, en consecuencia, alivia al Gobierno pero también le sirve para apuntalar su misión pedagógica acerca de la negociación con Junts y ERC. Sobre todo si finalmente los socialistas aceptan aprobar una ley de amnistía, cosa que por ahora sigue sin quedar clara y de la que no da ningún tipo de pista. Ni confirmación oficial siquiera de si ese es el plan.

El Ejecutivo no responde si baraja o no la amnistía. Subraya que el PSOE está "donde ha estado siempre, apostando por la convivencia"

De hecho, los periodistas preguntaron a Bolaños si el Ejecutivo está barajando la amnistía, si cree que mejoraría la "convivencia". El ministro ni ratificó ni desmintió: el PSOE está "donde ha estado siempre", "apostando por la convivencia", por el cumplimiento de la ley y de la Carta Magna, por el "reencuentro" y por cerrar las "heridas" que el procés dejó abiertas. No hubo forma de sacarle de esas coordenadas. Incluso cuando se le inquirió por la última encuesta de Metroscopia, que señala que el 70% de los españoles está en contra de la amnistía —y que también se opone a ella el 59% de los electores socialistas—, el titular de la Presidencia en funciones respondió que sería hasta "divertido" hablar de sondeos, viendo cómo fracasaron antes de los comicios del 23-J. Y repitió que el objetivo del PSOE es y seguirá siendo "cuidar la convivencia", que se "recuperen lazos y afectos" perdidos, y siempre "dentro de la ley y la Constitución, como ha ratificado el Tribunal Supremo".

La resolución del TS sobre los indultos, pues, se convertía en un arma dialéctica contra la derecha y contra algunos dirigentes históricos del PSOE, que creen que Sánchez es capaz de saltarse la legalidad para continuar en el poder. El Ejecutivo siempre responde que cumple con la Carta Magna y hace cumplirla en todos y cada uno de los territorios, lo que no ocurrió con Mariano Rajoy, cuando se vio desbordado por la convocatoria de dos referéndums ilegales, el de 2014 y el del 1-O de 2017.

Bolaños se refirió a esa experiencia pasada para cargar contra el PP y Alberto Núñez Feijóo por convocar el acto de "rechazo" a la amnistía el 24 de septiembre en Madrid: "Cuando el PP no gobierna, dice que está en riesgo la unidad de España. ¿Alguien cree que hoy hay mayor riesgo de ruptura que en 2017? Sería ridículo si no fuera grave".

El titular de la Presidencia reprocha a Feijóo que convoque "manifestaciones preventivas" que solo buscan instalar "una gran mentira"

El ministro reiteró que el Gobierno siempre ha trabajado por "normalizar la situación institucional y social en Cataluña", y en esa tarea continúa. Así, reprochó a Feijóo que actúe ya como oposición en lugar de centrarse en su investidura, toda una "falta de respeto al Rey y a la ciudadanía". Y recriminó al PP que se dedique a convocar "manifestaciones preventivas que no van a ninguna parte" pero que solo buscan instalar "una gran mentira en la población española, que es que hoy la situación en 2023 es peor que la situación de 2017", cuando la de hace seis años era una "auténtica catástrofe" por la "incompetente gestión del PP".

Al Ejecutivo le ayudaba el resorte proporcionado por el Supremo pero, como advertía un veterano dirigente socialista con interlocución con la Moncloa, los recursos contra los indultos "no tenían opción", porque la medida de gracia es una potestad del Ejecutivo difícil de tumbar, así que la decisión conocida este jueves "no influye". Y además no son medidas semejantes ni del mismo calado: "El debate de la amnistía será más duro que los indultos. Pero se ganará", incide esta misma fuente. El Gobierno va preparando el camino, aunque todavía no se conozca la estación final.