Pedro Sánchez se dedicará "en cuerpo y alma" a procurar su investidura, a "tejer alianzas" con los partidos para lograr "poner en marcha un proyecto político en positivo" y un nuevo Gabinete estable y "coherente con la letra y el espíritu de la Constitución". Y quiere contrastar su actitud con la de Alberto Núñez Feijóo, que directamente se "desentiende" del proceso constitucional de su propia investidura y despliega un comportamiento "nocivo para la sociedad", haciéndole "perder el tiempo".

El presidente del Gobierno en funciones retomó su agenda pública este viernes, tras dar negativo en covid, y lo hizo en la sede de la patronal CEOE, en Madrid, en un acto diseñado para presentar la propuesta de la presidencia española de la UE para fortalecer la autonomía estratégica del bloque comunitario. Hizo recaer el protagonismo en los pasajes económicos de su discurso, pero en el tramo final acabó haciendo referencia a la situación política, sin dar apenas pistas del proceso de negociación del PSOE y, por supuesto, sin mentar una hipotética ley de amnistía, que el Gobierno no ha confirmado en ningún caso. Eventualidad ante la que la derecha y dirigentes históricos del PSOE se han lanzado en tromba.

Ataca al líder del PP por su "descomunal pérdida de tiempo" y por someter el país a la "parálisis"

Sánchez expuso las líneas de acción que guiarán la política económica de la próxima legislatura si recibe el encargo el Rey y la confianza del Congreso. "No tenemos tiempo que perder", sostuvo. Y ese enganche le sirvió para hilar con la crítica a Feijóo: "Desde esa perspectiva se entiende mal la descomunal pérdida de tiempo de un candidato que, sabiendo su incapacidad para construir una mayoría en el Congreso, ha sometido al país a un periodo tan largo de parálisis".

El líder del PP, aseguró el presidente, "parece más empeñado en impedir otra investidura que en lograr la suya". Más aún, siguió: "Se desentiende por completo de su investidura y se concentra en evitar cualquier otra". Se refería así implícitamente al acto que los populares han convocado para el domingo 24 de septiembre, dos días antes de que arranque el debate de investidura de Feijóo, en protesta por la hipotética ley de amnistía que los socialistas aceptarían tramitar para lograr la reelección de Sánchez.

Sin "gestos vacíos"

El líder socialista agregó que la forma diletante del jefe del PP "es nociva para toda la sociedad". "El tiempo no es de tal o cual candidato: es de todos los españoles. Y España tiene cosas importantes y urgentes que resolver y no tiene por qué perder tiempo caprichosamente". En ese punto, Sánchez garantizó que si es postulado como candidato por Felipe VI, se dedicará "en cuerpo y alma a lograr una investidura auténtica" y no perderá el tiempo en "gestos vacíos". "Me dedicaré a dialogar con el resto de fuerzas políticas, pero también con la sociedad civil, para tejer alianzas y poner en marcha un proyecto político en positivo".

Anticipa que persigue "un proyecto de progreso y de convivencia", "conciliador", basado en las aspiraciones de la "mayoría social", pero no da más detalles

No dio más detalles de cuáles son sus planes y cómo desplegará sus negociaciones con los grupos, pero sí anticipó que quiere "un proyecto de progreso y de convivencia, que garantice la estabilidad del país y que sea plenamente coherente con la letra y el espíritu de la Constitución española". La precisión era importante porque era un mensaje directo a los empresarios que tenía delante, para empezar, y a aquellos que, fuera del partido —y también dentro: los críticos— están convencidos de que es capaz de saltarse la ley para lograr su reelección. No lo hará en ningún caso, vino a decir.

El presidente en funciones no habló esta vez de "audacia", de dar un paso más para enterrar "definitivamente" el procés, como hizo hace casi dos semanas, en su comparecencia de arranque de curso en el Ateneo de Madrid. Se limitó a esa referencia somera a un proyecto de "progreso y convivencia", sin ahondar más. Un proyecto, eso sí, "conciliador, basado en la ciencia y los valores, las necesidades y las aspiraciones de la mayoría social".

Los socialistas plantean, remachó, un proyecto que "mirará a los próximos meses, pero también tiene la ambición de mirar y dar respuesta a los retos de las próximas décadas y que las unirá en una estrategia coherente que ha sido avalada por la Comisión Europea y más recientemente en las urnas". En definitiva, concluyó: "Un verdadero proyecto para que España siga avanzando y no retroceda a tiempos oscuros".