Génova difundió ayer unas imágenes de Alberto Núñez Feijóo ultimando en su despacho el discurso que ofrecerá hoy en el debate de investidura y en el que, más allá de las duras críticas que vertió este domingo en un mitin contra la amnistía, "será propositivo", señala un miembro de su equipo. Se enfrenta a la que puede ser la intervención más importante de su carrera política porque aún a sabiendas de que no cuenta con los votos suficientes para salir del Congreso como nuevo inquilino de la Moncloa, necesita demostrar que el país tiene una alternativa de Gobierno y su partido un líder con vocación de permanencia.

"Este es un discurso de investidura de un presidente y explicará su programa", explican en Génova. Bien es cierto que por medio se ha cruzado la penúltima confesión de ERC, no solo dando carta de naturaleza a la negociación con Moncloa de la amnistía para los implicados en el procés, sino incluso confirmando la existencia de un intercambio de documentos con propuestas "técnicas" una vez resuelta ya "la parte política", según dijo ayer la portavoz de ERC, Raquel Sans.

Con estos mimbres, el ganador de las elecciones articulará su propuesta al país y explicará "lo que está dispuesto a hacer y lo que no hará con tal de llegar al Gobierno". Incluso se erige en portavoz de los partidos que le apoyan. "Tenemos que estar a la altura de 11 millones de votos", que son los que suman con Vox, UPN y Coalición Canaria. Pero también habrá una apelación "a partidos nacionalistas y del entorno periférico" para que cambien el sentido de su voto, con la mente puesta en los cinco diputados del PNV, con capacidad para dar la vuelta a la votación.

Y afrontan el reto, dicen, "tranquilos, serenos y reforzados con el acto de ayer" en la plaza de Felipe II de Madrid, el mismo que les ha permitido sacudirse la frustración y el estado de shock del partido tras el 23-J. Y aunque la demostración de fuerza de ayer no cambia el reparto de votos en el Congreso, "tenemos el apoyo de las urnas y de la calle" proclaman.

A grandes rasgos el dilema que se pretende plantear es "o Feijóo o amnistía", cuestión que incluirá ya en su primera intervención antes de las réplicas y contrarréplicas con el resto de los Grupos de la oposición. El líder del PP explicará sus planes para la gobernabilidad del país, empezando por un Ejecutivo monocolor, considerado por los populares un valor en sí mismo tras cuatro años de disputas y enfrentamientos entre el PSOE y Unidas Podemos.

Propone endurecer la malversación y crear el delito de "deslealtad institucional", en sustitución al de sedición

Génova se guarda, en todo caso, el contenido de los anuncios más noticiosos, aunque ayer adelantó la exención de impuestos por dos años a los nuevos emprendedores y esta mañana ha revelado alguna más en relación a la rebaja de impuestos y a la reforma del artículo 49 de la Constitución para quitar el término "disminuido" de la misma . También quiere endurecer el Código Penal en lo que afecta al delito de malversación y crear el delito de "deslealtad institucional", en sustitución al de sedición, que desapareció como figura penal para dar satisfacción a ERC

Esa parte propositiva girará en torno a tres ejes, según explicó ayer la secretaria general popular, Cuca Gamarra. Esto es, el eje económico, el social y el institucional, todo ello muy imbricado con su propuesta programática del 23-J así como al Plan de Calidad Institucional y Regeneración Democrática, presentado el pasado 23 de enero en en el Oratorio de San Felipe Neri (Cádiz), donde se promulgó la Constitución de 1812.

De hecho, en aquel momento se comprometió a aplicarlo en los primeros cien días del que hubiera sido su gobierno en caso de haber sumado mayoría suficiente en el Congreso de los Diputados, considerando entonces que España "vive una honda crisis institucional cuya mayor gravedad surge por el hecho de que el independentismo segregador y el populismo condicionan sin rubor la gobernabilidad de la Nación e imponen su criterio en decisiones clave para el futuro colectivo".

Esto en enero pasado, porque el PP considera infinitamente peor la situación actual, una vez que parece confirmarse que Moncloa pagará el peaje de la amnistía. Las palabras de ERC le da más munición a Núñez Feijóo contra un Pedro Sánchez que aún no se sabe si tomará la palabra, aunque Génova trabaja con esa idea por los antecedentes de otros debates de investidura. Dicen estar preparados para un cuerpo a cuerpo.

Discurso de hora y media

En principio está previsto que sea el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, quien explique la posición de su partido, aunque Sánchez, en calidad de presidente del Gobierno tiene la prerrogativa de poner intervenir cuando quiera. Feijóo dispone de tiempo ilimitado para hablar -su discurso inicial durará cerca de hora y media- y él mismo puede optar por responder uno a uno a los intervinientes o hacerlo en bloque. Se da por seguro que Sánchez no se limitará a ser un convidado de piedra, aunque Moncloa no quiere revelar su estrategia.

Tampoco en el PP aclaran si su líder utilizará esta vez en llamado pinganillo para seguir las intervenciones que, sin duda, los independentistas harán en catalán. De hecho, los diputados de Junts no usarán ya el idioma común de los españoles ni en la tribuna ni siquiera en los corrillos con periodistas. El PP ha sido muy crítico con el cambio de criterio del PSOE, tras años de estrategia conjunta en este tema, y lo previsible es que intente evitar la foto de su jefe de filas con auriculares, lo que le obligará a seguir la versión subtitulada en las pantallas del Congreso.

Feijóo estará arropado además por 11 presidentes autonómicos, entre ellos la madrileña Isabel Díaz Ayuso y el andaluz Juan Manuel Moreno, y de cinco líderes territoriales, que seguirán el debate desde la tribuna de invitados.