El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha cerrado el debate sobre el inicio de la tramitación de la ley de amnistía en el Congreso, que se votará a última hora de esta tarde, apelando con dureza al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo por su posicionamiento "tibio" en esta materia. Pero también por el cuestionamiento que el gallego hizo por las declaraciones de Abascal al diario argentino Clarín tras la toma de posesión del nuevo presidente Javier Milei. Concretamente, Abascal dijo que "habrá un momento en el que el pueblo español querrá colgar de los pies a Sánchez", en una alusión que recuerda al final de Benito Mussolini, el dictador italiano, tras la Segunda Guerra Mundial.

Tras cuestionar la intervención del portavoz socialista, Patxi López, que ha sido el encargado de defender la proposición de ley presentada por el PSOE a mediados de noviembre, y afear que su partido acuda a la Fiscalía tras sus palabras contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Abascal se ha dirigido en particular al popular. "Me alegra que le incomodemos hasta el punto de condenar mis frases. Eso demuestra que somos necesarios para denunciar este simulacro de oposición", ha dicho.

Abascal ha instado a Feijóo a decir "qué es lo que condena" de sus frases. "¿Que diga que los políticos sin escrúpulos tienen ventaja frente a los que sí los tenemos? ¿Que diga que las mentiras y la traición al pueblo acaba cansando al pueblo? ¿Que los que pactan con prófugos y excarcelan violadores acabarán pagándolo ante el pueblo?", ha continuado el líder de Vox. Tras cimentar así su argumentación, el diputado ha acusado a Feijóo de contribuir y sumarse a la corriente woke [un término amplio asociado a las luchas ideológicas y culturales de la izquierda que Vox vincula con la censura como sus socios internacionales] de la cancelación por repudiar "que use una frase coloquial". "Ya no se podrá decir ni 'correr a gorrazos', ni "mantear', ni 'colgar de los pies', ni 'echar a la hoguera'", ha enumerado reprochando al PP, en cambio, que tolere "nos gusta la fruta" a sabiendas del mensaje que respalda. No es otro que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dijera a Sánchez desde la tribuna del público durante la primera sesión de investidura "hijo de puta" tras aludir este al caso de las mascarillas de la comunidad que vinculó a su hermano.

Ruptura de relaciones nacionales

"Le hemos ofrecido una respuesta coordinada contra el golpe en lo institucional, en los gobiernos regionales, en los tribunales, en las calles y en los foros internacionales, donde se conoce por Vox de las fechorías de este Gobierno. A ustedes no les ha dado la gana coordinarse, y prefieren reunirse con Sánchez. Siguen como en campaña electoral [de las generales], más preocupados en acabar con Vox que en derrocar el golpe", ha dicho Abascal al inicio de su crítica, tachando de "pelea teatral" el intercambio de arengas entre Feijóo y López.

Abascal ha dado continuidad al anuncio hecho por el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, el lunes de la semana pasada, en el que la organización zanjaba cualquier colaboración con Génova y se limitaba a la dada en los territorios y las localidades. Como en su momento Garriga, Abascal ha afeado que el PP colabore con el PSOE "pactando la Mesa del Congreso" en agosto y la semana pasada "con el reparto de comisiones" parlamentarias. Algo que se hace con regularidad al comienzo de cada mandato. Y todo ello, mientras "se compromete los domingos con los españoles y convocan manifestaciones" en contra del Gobierno. "Hoy ha llegado a un acuerdo con el PSOE para las comisiones mixtas del Congreso y el Senado. Comprenda que nosotros no podamos quedarnos callados", ha insistido el dirigente de Vox.

Al término de su intervención, Abascal ha reivindicado que él no participó en campañas de la izquierda para vincular a Feijóo con el narcotráfico por la foto en la que aparece con el contrabandista Marcial Dorado a principios de los noventa. "Nunca me sumaré a los linchamientos. Le hemos visto como se sumaban ustedes".