Bambú escribe un nuevo capitulo de tensión en lo que a sus relaciones con el PP se refiere mientras que desde Moncloa Pedro Sánchez presume de encontrarse sobre 'tierra firme' [título de su nuevo libro, que hoy sale a la venta]. Después de semanas de amagos y tiranteces con los de Alberto Núñez Feijóo a cuenta de la amnistía, Vox ha decidido romper relaciones nacionales con los populares. Mantendrá, no obstante, la dinámica habitual en los cinco gobiernos autonómicos que comparte, así como en el plano local. El motivo es el rechazo a su reciente propuesta de ilegalización de ERC y Junts en el Senado, o la falta de disposición de Génova para usar su mayoría absoluta y paralizar la tramitación de la ley de amnistía una vez llegue a la Cámara Alta. Algo que el PP afirma no puede hacer dentro de la legalidad. Por esto Santiago Abascal ya sugirió una ruptura territorial que, de momento, no se produce. Porque ven disposición de colaboración en las regiones.

Pero, al margen del plano institucional, el desencuentro se debe también a la omisión que los ultraconservadores perciben en el PP para colaborar coordinadamente en los tribunales [con querellas, que en muchos casos se prevé plantear contra los miembros del PP], la UE [donde el PP ha fomentado desde su grupo el debate de la amnistía] o en la calle, con diferenciados tipos de concentraciones. La presencia en Ferraz ha marcado un contrapunto entre dos partidos que comparten el diagnóstico pero no la acción a implementar. Al menos no en su totalidad. Desde Vox se denuncia que el equipo del PP no responde al teléfono y que serán ellos los que den la "batalla" contra la amnistía en esos "cuatro frentes".

La decisión la ha trasladado el secretario de Vox, Ignacio Garriga, en una comparecencia posterior al Comité de Acción Política (CAP) de este lunes. Este, ha incidido, como viene haciendo su partido desde la semana pasada, en la cooperación entre populares y socialistas en aspectos como la distribución de las comisiones parlamentarias. Algo que a su juicio, en contexto de confrontación, no es aceptable. Más cuando marco impuesto por Bambú es tildar de "golpe de Estado" el inicio del nuevo mandato del Gobierno de coalición. Ya el secretario general del Grupo Vox en el Congreso, José María Figaredo, resaltaba "con perplejidad" este domingo, desde el Templo de Debod en Madrid, en la convocatoria contra la amnistía del PP, que "el PP con una mano convoca manifestaciones los domingos y con la otra pacta comisiones y cargos con el PSOE". A golpe de comentario en X, Abascal calificaba de "burla inaceptable a los españoles" la situación.

Vox cree que con la negociación de las comisiones parlamentarias y la designación de perfiles como Tellado o Álvarez de Toledo, Feijóo abre una nueva etapa"

A esas palabras de Figaredo se ha remitido, nuevamente este lunes, Garriga. "Ahora mismo se está rubricando en el Congreso ese pacto PP-PSOE-Sumar de reparto de comisiones", por el que los populares presidirán doce de las más de 30 que se abrirán en la Cámara Baja. Algo en consonancia, pese a todo, con su peso representativo al ser los ganadores de las elecciones. "Es la evidencia de que el PP no está dispuesto a protagonizar lo que requiere el pueblo español (...). Por eso constatamos que no quiere trabajar de la mano de Vox para parar el golpe de Estado con Sánchez como cabecilla". El responsable de la coordinación territorial de Vox también ha asegurado que con este paso atrás vuelve "el PP más obsesionado en distanciarse de Vox que del PSOE", en lugar de "apartar las siglas y defender la nación".

"Otra forma de trabajar en las autonomías"

En Vox defienden que serán "responsables" y plantarán "cara desde los gobiernos regionales de forma más coordinada". Porque allí, los líderes autonómicos del PP, caso de Carlos Mazón o Jorge Azcón, presidentes de la Comunidad Valenciana y Aragón, están "evidenciando que otra forma de trabajar es posible" mientras que "Génova y Feijóo han decidido ir por su lado". "Han entendido el mandato de la ciudadanía" para cooperar por "la alternativa", ha añadido.

Garriga ha expuesto que Feijóo, con el nombramiento de perfiles duros en las portavocías del Congreso, entre otros movimientos, "ha abierto una nueva etapa" que se complementa con la disposición a alcanzar acuerdos con los socios del Gobierno. lanzado una pregunta a la sede nacional del PP: "¿Qué van a hacer los señores de Génova?". De momento, "ellos han sido los que han constatado que es imposible avanzar", ha proseguido, aclarando que seguirán en la calle para que Sánchez "no se salga con la suya". Incluso seguirán participando en las manifestaciones que convoque el PP: "Estaremos en todas las plazas donde se grite 'sí' a España y 'no' al separatismo". Desde Vox no descartan que, en esta fase colaborativa, Génova y Moncloa acuerden desbloquear el CGPJ tras cinco años de bloqueo. La situación actual, no obstante, es de voladura de puentes entre los dos grandes partidos para un acuerdo del que Vox, no obstante, defiende la independencia judicial y que "los jueces los elijan los jueces".

En el PP se escudan, no obstante, que se limitan a cumplir con los procedimientos de configuración del Parlamento y votar a sus candidatos. El anuncio de Vox se produce en respuesta a una estrategia de Génova de actuar sobre sus intereses y aprovechar el contexto de desgaste de los de Abascal, que los necesita para implementar cualquier acción de alto grado como las mociones de censura o la presentación de recursos de inconstitucionalidad al TC.

El PP dice que "es difícil" seguir a Vox

En una comparecencia previa desde Génova, el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, se ha mostrado confundido y ha declarado que no sabe "a qué tipo de 'relación' se refiere Vox". "Lo desconozco. Es difícil seguirles", ha continuado. Sémper ha recalcado que "la semana pasada nos acusaban de ser gallinas que no ponían huevos, o algo parecido; hacían alusiones a la testosterona" del PP. "Nosotros estamos convencidos de que el momento que atraviesa España es crítico, y que requiere que estemos por encima de estrategias partidistas y de las siglas, aunque haya sillones o poder en juego", ha trasladado el popular, quien ha empleado las propias palabras en las que lleva incidiendo Vox las últimas semanas para pedir al PP colaborar.

"Estamos en ofrecer una alternativa eficaz, en hacer una oposición sensata que esté a la altura de lo que España reclama. Y si compartimos [con los españoles] que hace falta una buena oposición al Gobierno, no nos vamos a despistar con los intereses partidistas de otros. Tampoco los de Vox", ha dicho Sémper. Éste ha asegurado entender "las circunstancias internas por las que atraviesa" el partido de Abascal, en una referencia velada a esa pérdida de autonomía previamente destacada. Pero dice que eso "no va a condicionar la posición política del PP". "Queremos ser claros al conjunto de los españoles, solo nos debemos a sus intereses", ha concluido al respecto.